*** ENERO 2023 ***

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Distintas formas de extinguirse

En pie de Esperanza

En pie de Esperanza (escrita y dirigida por Leonel Dolara) es un poema a la vida. Una enseñanza amorosa que empieza desde algo tan simple como un vínculo inesperado y culmina con lo más increíble de la vida como lo es el compartir -desde el corazón-.

Lorena Szekely es quien lleva adelante el personaje protagónico de Esperanza, luciéndose como es habitual cada vez que sube a escena. Su experiencia y pasión por la actuación le permiten interpretar a una mujer anciana sin necesidad de caer en determinados artilugios ridículos. Hago hincapié en esto último porque resulta interesante cómo dolara elige a una actriz joven teniendo por delante el desafío de adquirir todo lo necesario para que desde las butacas sintamos que una señora de tercera edad está frente a nosotros.

Admirable su trabajo que se confabula exitosamente con el de su nueva pedicura, haciendo volar sus diálogos por esta casa en la que tanto se contiene y retiene.

Siempre el hogar de una persona grande aloja muchos sentimientos, aromas, fragancias y pasados sin resolver. Esta historia no escapa de eso sino que lo hace relucir como oro brillante. 

Una molestia en un dedito del pie abre el portón (porque puerta quedaría muy diminuto) a un universo en el que estas dos mujeres se sienten reflejadas. Sí, como el famoso espejo en el que pueden mirarse, juzgarse y, en definitiva, terminar hablando de ellas mismas.

Hasta acá podrán creer que es una obra un tanto espiritual, profunda, sensible y no se equivocan. Esto y más. Mucho más. Porque En pie de Esperanza consigue indagar sobre esos amores ultrajados, soñados, perdidos, tapados con la alfombra; sobre la soledad y su padecimiento, sobre lo que se desea y no se tiene. Sobre la muerte y sus propósitos y un bagaje que llega directo al corazón como la flecha de Cupido. Esa flecha que lastima y agrada a la vez. Que nos sacude y permite llevar a la reflexión.

Otro de los grandes temas que se tocan en la obra es el del vínculo de madre e hija, aquél que parece ser en ellas y en la mayoría como conflictivo, insano, tóxico y recurrente. Una parece saber lo que necesita la otra pero, la otra, no permite que se le otorgue. Quizás por capricho u orgullo. 

Y, como otro de los puntos importantes de la historia, surge un personaje imaginario que podría ser Esperanza misma reencarnada en otro ser, trasladándonos al presente y, por qué no, al futuro.

Un pie que sin salud no puede sostener la totalidad del cuerpo, con todo lo que eso implica. Que no logra tolerar la infinidad de sentires de esta mujer que transita la vida a su manera pero que encuentra constantes trabas de parte de su hija. Porque no siempre se piensa, en esta sociedad, qué es lo que necesita la persona adulta mayor sino que se pretende hacer lo que “corresponde”. Pero, ¿si Esperanza desea sumergirse en su enfermedad y perderse en la calle y esfumarse como vemos en las películas? ¿O acaso existe un modo de hacer las cosas? ¿Se respeta lo que desea el otro? ¿Qué lugar ocupa la culpa en este comedia dramática? ¿Cuándo va a ser el día en que se respete la decisión ajena por más que estemos en contra por miedo?

Esperanza lucha contra sus propios fantasmas, aquellos que su mente crea por diferentes motivos. Ella, necesita ser y no permanecer. 

Cuando las energías estén en la misma sintonía, lo inesperado ocurrirá y todo pesar ya no tendrá sentido de ser llevado a la mesa. Esa mesa con mantel que aguantó tanto o más que el pie en cuestión. 

La hermosa señora pudo andar a pesar del dolor (externo e interno), del cansancio, del qué dirán y de su total convencimiento sobre los personajes televisivos. La compañía no da igual y su ausencia tampoco. Por eso, el mensaje de esta pieza artística es enorme y cada quien podrá llevarse una parte consigo o la totalidad (aquella que su apertura de alma le permita abrazar).

Dramaturgia y Dirección: Leonel Dolara
Actúan: Rosella Bosco, Gabriela Del Mar, Stella Minardi y Lorena Szekely
Funciones: Viernes, 20 hs
Teatro Andamio 90 (Paraná 660 - CABA)

Mariela Verónica Gagliardi

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Un poema griego

La oscuridad de la razón1

En una tierra donde todo está permitido o no prohibido, vive una familia que -para nuestra sociedad actual- es disfuncional. Amores desenfrenados, deseos cautivos, una memoria cautelosa y la necesidad de sentir, de que el cuerpo se exprese; son algunas de las acciones que pueden verse durante «La oscuridad de la razon» (escrita por Ricardo Monti y dirigida por Virginia Innocenti).

Esta pieza teatral tuvo su origen en 1993, una década infame en que el uso de la razón pareció someterse a intereses de poder, a la venta de un país tan rico como el nuestro y a la necesidad de los gobernantes por pretender cultivar la ignorancia para manejar, a los más débiles, como rebaño. Sumada a dicha realidad, cobra protagonismo el mito de Electra, a través del cual se explica la relación entre víctima y victimario.

Ingeniosamente, es dicho mito el encargado de conseguir que tanto la tortura, la opresión y la censura; se difundan de un modo más artístico y menos ácido.

Si bien las escenas transcurren en Argentina, con la vuelta de Mariano (Juan Luppi) de su viaje por Europa, se produce una interesante fusión entre estereotipos, vestuarios y conceptos de la antiguedad.

Alma (Daniela Salerno) es, simbólicamente, Electra. Un personaje emblemático que se enfrenta con el de su madre Clitemnestra (Ana Yovino); aunando sus fuerzas y consiguiendo dos excelentes interpretaciones que hacen relucir aún más la adaptación de Virginia y la puesta en escena.

Al comenzar la historia presente, es inevitable sentir el aroma shakesperiano –vinculando algunas de sus obras como Hamlet y Macbeth- de tragedias griegas como el Mito de Electra y la crisis del liberalismo vigente en nuestro país –durante la divulgación de dicha obra de Monti-.

Resulta extraña esta amplia combinación de géneros, estilos y escrituras de antes y ahora. Pero, el dramaturgo logró hallar esa esencia para cautivarnos.

Se puede trasladar el mito a muchos casos policiales de la actualidad, esos casos en que personas toman la decisión de matar a sus padres o miembros directos de la familia. Estas situaciones que provocan escalofríos en mentes y corazones sanos, incentivan en otros seres una serie sentimientos que, supuestamente, podríamos deducir lo harían para culminar con sufrimientos tan agobiantes. Eliminar al que produce dolor, en vez de cambiar la actitud ante la vida sería el modo en que accionan esas personas. Esto se plasma en “La oscuridad de la razón”, una obra que tiene de protagonistas a todos los actores en escena, ya que cada uno de ellos consigue representar un simbolismo o persona trascendente, que sirven para explicar conceptos a veces olvidados.

Nunca es tarde para ser feliz, escuchamos a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, al llegar a la adultez, no siempre se consigue. Es así como observamos a Clitemnestra, a Lady Macbeth y a Gertrudis convivir en una misma mujer, aquella mujer que arde en deseos carnales y que no logra pensar con la mente. Esta mujer que simboliza a tantas otras que transitan su camino, egoístamente, e hiriendo a quienes les impidan ser felices o lograr su cometido.

Por otro lado, se encuentra Electra, una joven que ama a su padre (Pablo Mariuzzi), el rey Hamlet, el rey Agamenón y el rey Duncan. Un padre que es reemplazado por “otro” (Luciano Suardi). Asombrosamente, el espectador -según sus conocimientos- podrá contemplar una escena u otra, podrá recrear estos clásicos o disfrutar de una historia que trata sobre los valores de la vida, sobre lo mas inspirador -acompañado por la música, en vivo, de Maia Mónaco- quien crea una atmosfera mágica que puede contemplarse con los ojos cerrados.

Y esto es lo que tiene el teatro bien concebido, en que todo el elenco despliega sus alas para volar por ese espacio enorme que existe entre la vida y la muerte. Un espacio sobre el que no podremos reflexionar cuando no estemos en este mundo.

La oscuridad existe en la razón y en el corazón del humano. Sin ésta, nadie podría saber lo que es la luz ni cómo alcanzarla. Sería como hablar de alegría cuando no conocimos la tristeza. O de aprovechar el tiempo en que nuestros ojos están abiertos para hacer que cada ilusión se transforme en realidad.

¿Por qué no mostrarse sin tapujos, sin máscaras, sin pretensiones?

Esta gran pieza artística demuestra que cada hora que transcurre, sin modificarnos, es una pérdida irrecuperable, un lapsus que no tendrá sentido.

La sociedad es de los poetas, de los que sueñan, de los que anhelan un mundo diferente. Mariano, recorrerá su camino hasta descubrir, de la mano de la Mujer (Lorena Szekely), cómo alcanzar su senda. Aquella que le dará la calma necesaria para su alma.

ficha La oscuridad de la razón

Mariela Verónica Gagliardi

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La oscuridad de la razón, dirigida por Virginia Innocenti

Vuelve luego de 20 años una pieza teatral de Ricardo Monti, ahora bajo la dirección de la actriz Virginia Innocenti, quien interpretará uno de los roles en su puesta original.

 LA OSCURIDAD DE LA RAZÓN

 De Ricardo Monti

la oscuridad de la razón

CONCEPCION Y DIRECCION: Virginia Innocenti

 DESDE EL SABADO 11 DE ABRIL

Todos los SABADOS y DOMINGOS a las 19:15hs.

CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACION

Mariano, el joven poeta, regresa desde Francia al corazón de Sudamérica.

A causa de la muerte de su padre vuelve a la tierra de la infancia.

La tragedia acecha.

La oscuridad de la razón habla de la matriz y el destino de los pueblos, exhibiendo poéticamente de qué manera su rumbo depende de las pasiones y las intimas pulseadas de quienes ejercen el poder. Pero también propone nadar aguas más profundas, ¿Es posible pelear contra la esencia? ¿Renegar de nuestra naturaleza? ¿Es necesario morir para nacer?

La oscuridad de la razón nace como un proyecto personal de Virginia Innocenti quien protagonizó la primera puesta en escena del texto de Monti en 1993 a las ordenes de Jaime Kogan. Esta es su primera obra como directora y se estrenará en la sala Solidaridad del CCC el 11 de abril de 2015.

Actúan: Ana Yovino, Luciano Suardi, Pablo Mariuzzi, Lorena Szekely, Maia Mónaco, Daniela Salerno y Juan Luppi.

Concepción y dirección: VIRGINIA INNOCENTI Asistencia de dirección: LUCIANO PERCARA Escenografía y vestuario: JULIO SUAREZ Iluminación: LEANDRA RODRIGUEZ Música original y en vivo: MAIA MONACO Imagen Jironadas: ADOLFO NIGRO Diseño grafico: SILVIA H GONZALEZ Prensa: DUCHEZARATE Producción ejecutiva: SILVIA BARONA

 Funciones: Sábados y Domingos a las 19:15hs.

Localidades: $130 y $160.-

Centro Cultural de la Cooperación

Av. Corrientes 1543 – CABA

 Marcos Mutuverria

Prensa y Comunicación / DucheZarate

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Sobreviviendo

Alma1Victoria era una adolescente de quince años que amaba la vida. Jugaba, como cualquier nena de su edad, a la rayuela y saltaba la soga.

Pero como toda joven, tenía inquietudes. Una de ellas era mudarse de su pueblo -en Córdoba- para Capital Federal. Había conseguido un empleo de mucama y era feliz por ello.

Lo que comenzó como una aventura -desde el momento en que se despidió de su mamá y hermana-, hasta el viaje en tren; fue lo que marcó su vida para siempre.

El tema de la trata de blanca, por lo general, es tomado desde un ángulo donde se recurre a la angustia, al resentimiento, al odio, a la bronca y no se muestra el otro costado de la víctima. En “Alma” (dirigida por Leonardo Odierna y Armando Saire) se puede disfrutar de una puesta en escena con pocos recursos a nivel objetos, pero llena de metáforas, enseñanzas, iluminación, una excelente actuación de su protagonista, la música y efectos -cuidadosamente escogidos para la trama-.

Esta obra no es festiva, por la narración en sí, pero lo más importante es el mensaje que nos deja a nosotros como sociedad. Sabemos que el daño provocado a una mujer abusada es cuasi irreparable. Sin embargo, también notamos cómo Alma (bautizada así por ella misma cuando tuvo que, a la fuerza, escogerse un nuevo nombre) logra sobrevivir gracias a su etapa como Victoria. Ambas son la misma persona y, a pesar de los maltratos sufridos, en todo sentido, su ingenuidad y amor por las cosas no mueren.Alma3

Hay varios simbolismos representados por una planta de hojas verdes, una soga, una silla y la vestimenta que usa. La planta nos muestra cómo su energía positiva le permite crecer como persona sin guardar rencor hacia nada ni nadie. Sin marchitarse. La soga, que a simple vista puede recrear en nuestro inconsciente a la muerte o a algo trágico, significa su infancia y juegos. Con respecto a una silla que hay en el espacio,  es el objeto que, durante el transcurso de la historia, significa: apoyo, contención, seguridad, confianza. En cuanto a su ropa, usa un vestido blanco que simboliza la pureza como mujer y, seguramente, su virginidad. Dicha pureza, la conserva en algún sitio de su corazón, a pesar de haber sido corrompida.

La trata de blanca… provoca tantos sentimientos encontrados y tanta intriga. La trata de mujeres, abusadas por su género, por tener menos fuerza, por anular sus derechos y deseos. Por intentar demostrar un machismo llamado crimen. A esos “hombres” que violan y manejan prostíbulos habría que preguntarles qué sentirían si les pasara algo a las mujeres de su entorno. ¿Cambiarían así su mentalidad y se harían pasar por desequilibrados mentales para no ser encerrados?

Alma, fue un alma en pena desde su mudanza a Buenos Aires. Alma, fue dominada por una fuerza omnipresente que la obligó -de cierta manera- a convertirse en una pieza del engranaje principal. Ella, no pudo nunca separar su conciencia de su sentir, porque si lo hubiera hecho se habría desvanecido inmediatamente. Habría querido escapar y regresar con su familia. Sin embargo, ella no fue privada de su libertad abiertamente, sino que las barreras imaginarias la fueron condicionando de tal forma que se sintió parte del engaño que vivió desde sus quince años.

Alma2

Quizás, si le preguntáramos qué hubiera pensado su mamá al descubrir la verdad, la historia habría sido totalmente diferente. Pero esta alma noble, prefirió mentir para proteger con su amor a sus seres queridos. Prefirió pasarles dinero a costa de su sufrimiento. De un sufrimiento que nunca tendrían la oportunidad de conocer.

Tantos nombres merodeando en su cabeza, confundiéndola, hombres transformados en objetos sexuales que intentan satisfacer sus deseos carnales a costa de contribuir en un negocio que necesita de ellos como clientes; una vida, como ejemplo de la tortura psicológica y física. Un caso que intenta concientizarnos sobre la gravedad de la situación.

Lorena Székely, es la actriz que interpreta a la perfección a esta joven (y, además, una de las escritoras de la obra, junto con Armando Saire), la cual lucha por su vida. Se acostumbra a todo tipo de golpe y aprende a remar a favor de la corriente. Aprende lo que se le enseña y recuerda su infancia, lo cual la ayuda, a pasar los momentos más terribles.

Otro de los recursos lingüísticos que utiliza Lorena es el de ser el hilo conductor entre la trama y los dos personajes -recreados por ella- (Victoria y Alma). La actriz modifica Alma4sus emociones y sentires al instante, de una forma mágica. Ella relata, une, separa. De repente es una niña que a los minutos se convierte en mujer. Tres personajes encarnados por una mujer muy talentosa que transmite cada vivencia en su rostro, en su cuerpo, en sus miradas, en sus pasos, en sus saltos… y eso la convierten en lo que es: una dramaturga excepcional.

Victoria significa vencedora y Alma, de buen corazón. Ella intentó hacer un cambio en su vida y progresar. Pero no hay que caer en la bajeza de creer que porque no pertenecía a una clase acomodada le pasó esa desgracia. Su ingenuidad y la de su familia, en todo caso, la hicieron confiar -tal como lo haría en su pueblo- en los humanos, sin ningún tipo de distinción. Claro que la maldad no existía para ella y esperaba rodearse de bichitos de luz. Tal vez la luz fue su hijo, tal vez la luz fue ella misma.

ficha artíscto-técnica Alma

Mariela Verónica Gagliardi

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Alma, reestreno el sábado 2 de febrero

Grupo SIN GUARDIA invita

ALMA,

de cuando dejó de ser Victoria y empezó a ser Alma

REESTRENO SABADO 2 DE FEBRERO 21 HORAS

Alma

Actriz: Lorena Székely

Dirección: Leonardo Odierna, Armando Saire

Vera Vera Teatro: Vera 108 CABA
Localidades $ 50 – Reservas 011-4854-3655
Funciones: Sábados 21 horas

Contamos la historia de una sola mujer que, sin dudas, contiene la esencia y la problemática de muchas mujeres sometidas a humillaciones que la sociedad no quiere ver, por prejuicios o por intereses.  

Trabajo inspirado en El  Alma Buena de Se-Chuan, la  Película Irina Palm de Sam Garbarsky, entre otros disparadores.

Predramaturgia: Néstor Navarría, Leonardo Odierna, Lorena Székely / Dramaturgia: Armando Saire, Lorena Székely / Diseño de Iluminación: Néstor Navarría / Diseño de Gráfica: Diana Rutkus / Escenografía y Vestuario: Mercedes Piñero / Prensa: TEHAGOLAPRENSA / Comunicación: Luciano Székely / Fotografía: Lucila Arietti / Operador de Luces: Miguel Madrid / Producción: Pablo Mariuzzi / Asistencia de Proddución: Ana Laura Schechtel / Asistencia de Dirección: Néstor Navarría / Producción General: Grupo Sin Guardia.

Lo que pasa, parece que les pasa a otros. Pero no.

También advertimos que sólo unos pocos dan cuenta de estas historias, con el real interés de cambiar algo.

A veces, alguna de ellas se hace pública en la estridencia de un noticiero, pero sólo para que sigan pasando inadvertidas.

Muchas mujeres viven una vida como esta. Y descubrimos que no las vemos.

Es tan simple y no las vemos…

Una chica que dejó de ser Victoria, porque todos empezamos a llamarla Alma.

Como en nuestros trabajos anteriores de dirección de unipersonales (“Bengala” y “Pocholo y sus Pompas Múltiples”), decidimos desarrollar y apoyar el trabajo actoral con técnicas específicas para la producción de imágenes potentes, de disociación, cambios de energías y de ritmos, de manera tal que la actriz consiga componer e interpretar varios personajes a la vez. Incluso, mantener diálogos creíbles, muy verosímiles, entre dos o más personajes. Seguimos con nuestro criterio minimalista, sumando muy pocos, pero muy significativos, elementos que ayuden a definir los espacios en que se juegan las distintas situaciones, que se harán visibles al espectador por las acciones y por las imágenes que de ellos tenga la actriz y por como se mueva dentro de ellas.

 

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