Webber´s night
Sin lugar a dudas que existen varios compositores y creadores de musicales y comedias musicales en el mundo que deleitan con su pasión por el canto. Estados Unidos e Inglaterra son las cunas de los musicales más famosos y el homenajeado en esta pieza artística es el genial y talentosos Andrew Lloyd Webber, quien creó The Phantom of the Opera, Evita, Song and dance, Cats, Love never dies, The vaults of heaven, Aspects of love y Starlight express, entre algunos de los más conocidos y que tendrán ocasión a lo largo de la presente velada teatral.
Un elenco de artistas con vestuarios realmente de gala, sorprenderán con sus voces y harán que Velma Café se convierta en un escenario digno de ser recorrido con aplausos.
Diferentes tonalidades vocales, estilos, expresiones y formas se conjugarán de un modo diferente y heterogéneo. Así será como Los musicales de Andrew Lloyd Webber (musical dirigido por Matías Ibarra) podrán ser apreciados, conocidos y puestos al alcance de toda persona amante de este género y, claro está, del compositor.
El 22 de marzo de 1948 nace este genio en Inglaterra y cada una de sus composiciones le fueron otorgando drama a las hisotorias montadas, magia, vuelo y mucho vigor a cada uno de los relatos. Nacido en una familia de músicos, a los 9 años escribió su primera composición y ya en 1967 escribe, junto a Timothy Rice, la obra Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat, en 1971 le toca el turno a Jesus Christ Superstar, a Evita en 1976, Cats en 1981, cinco años después The Phantom of the Ópera, y continúa el listado.
Observando a mi alrededor pude encontrar a un público muy cálido que apreciaba a este grupo de cantantes y, también, a quienes no estuvieron del todo conformes con la puesta en escena. Sucede que siempre que se realice un homenaje a alguien tan conocido (al igual que ocurre con obras de teatro pertenecientes a autores clásicos) se puede discrepar mucho en cuanto a si se respetó o no su estética, si le otorgaron algún sello propio y tantas otras cuestiones que podrían analizarse de acuerdo a la apreciación de cada espectador y su contexto.
En lo particular puedo esbozar una alegría enorme al notar cómo se creaba una energía que envolvía al elenco, que los dotaba de esa calidez para unirse y cantar.
Todo fue prolijo a nivel estético y las sonrisas reinaron en cada uno de los cuadros presentados del universo Webber.
En cuanto al acompañamiento musical brindado por el pianista Mauricio Griotti, se pudo sentir una linda atmósfera que combinaba sonidos y voces.
Manteniendo el idioma original de cada una de las canciones, quien sea fanático de los musicales londinenses podrá suspirar de alegría y no sufrir por malos doblajes, pero quien no comprenda perfectamente el inglés ni la esencia de las letras podrá suspirar por la energía transmitida por sus artistas. Dos formas de disfrutar, de sentir y de abrazar los musicales.
Escrito
en noviembre 17, 2015