Zoomos libres, de Mariano Taccagni y Agustín Konsol

¡UNA ANIMALADA MUSICAL!

¡UNA ANIMALADA MUSICAL!
Desde el 16 hasta el 31 de julio
de martes a domigos, a las 18 hs
Centro Cultural San Martín
(Sarmiento 1551 – C.A.B.A.)
Localidades: $110
Ficha artístico-técnica

Como a los 3 años miraba, todas las tardes, a Heidi por la televisión. Esta niña de pelo negro y piel blanca como la nieve, llenaba de alegría mis meriendas. Hasta que un día su banda sonora llegó a casa y la cinta se escuchó una, otra vez y otra vez. Hasta gastarla considerablemente.
Esta niña de los Alpes, no era una más. Era aquella que venía a dar enseñanzas y convertir los dibujos animados en aventuras nobles y plagadas de amor.
Por eso es que verla en el Teatro Coliseo, junto a su fiel amigo Pedro, a la perra Niebla y a su amado Abuelito; fue emotivo. Un estreno a sala más que llena, convirtió la tarde fría y lluviosa en el escenario perfecto para que los pequeños pudieran disfrutar y sentirse inmersos en el clima real.
Utilizando varios recursos fieles a las animaciones, los personajes de Heidi utilizaron máscaras en sus cabezas que eran muy similares a los dibujos famosos de la pantalla chica. De esta manera, con proyecciones constantes, entre una escena y otra, los niños pudieron comprender la historia y sentir que sus amigos no eran humanos sino personajes.
Y aquí podría abrirse un debate que se centraría, básicamente, en considerar si hubiera sido mejor verle la cara a los actores o no, si les quitaba naturalidad a sus movimientos corporales o no. Y, realmente, poniendo en una balanza unas y otras cuestiones; posiblemente los más chiquitos no podrían juzgar determinados aspectos pero sí sentir una mayor cercanía con cada una de las interpretaciones. Eso, al fin de cuentas es lo que más importa.
Así, se pudo ver una representación (con libro y dirección de Rubén Roberts), en tono de comedia musical, muy fresca, con un Abuelito que danzaba junto a los pequeños, que corría y luego recordaba su avanzada edad, que pretendía hacer entrar en razones a estos traviesos y juguetones niños. Porque en cuanto la maldad apareció, no tardó en esfumarse, para recordarnos a todos que lo importante es perdonar los errores y jugar sin barreras.
Los rivales no existen más que para aprender a no tener enemigos y todas las suposiciones podrían ser quitadas del medio para celebrar la vida en todo momento.
Ver la cara de los espectadores (que oscilaban entre un año a cinco, sin contar a los grandulones que se infiltraron para no perderse la magia) al interactuar con estos personajes grandiosos, al perseguirlos con las miradas cuando bajaban del escenario, es lo que vale la pena en este tipo de espectáculos. La interacción es fundamental y la constante interacción con el público se vuelve el eje principal para que una tarde tan pero tan congelada pueda hacer crecer los jardines más coloridos en instantes.
Entonces, cada una de las canciones supieron captar la esencia de la encantadora Heidi, formular una historia entretenida y dejar la moraleja. Esta enseñanza que parece tan obvia, sinceramente no lo es. Porque, a diario, podemos notar cómo nuestra sociedad prejuzga, juzga y bloquea al diferente, al que piensa distinto, al que tiene otra ideología. Y no titubea al eliminar a aquel que no es igual. ¿En qué clase de secta se está convirtiendo nuestro país? Se puede ser intolerante, pero ¿hasta qué punto? Se puede decidir no unirse o juntarse con tal o cual, ¿pero hasta cuándo?
¿Cómo inculcarle valores y códigos a los más chiquitos cuando la hipocresía muchas veces se apodera de nosotros?
Es momento de escuchar/nos, de hablar/nos y de tolerar las diferencias para construir un país y mundo mejores. El resto es pura habladuría y las palabras con el tiempo son solo eso: vocablos que se olvidan y mezclan.
Heidi es como un libro que se abre desde la primera infancia para aprender a vivir, para aprender a soñar e imaginar que la nobleza no es una utopía: que es posible. Que no se es tonto por no odiar. Se es adulto cuando se superan los propios límites y evoluciona con bondad.
Heidi, el musical es una lección de vida con notas musicales, coreografías y colores; donde la vejez no es vista como algo negativo sino como una invitación a la reflexión, a cuidar de nuestros mayores y a convertir lo oscuro en esperanza.
Los efectos especiales, visuales y sonoros son los que hacen de este musical una verdadera ilusión. Para hoy y para el mañana.
Una historia romántica es lo que mantiene en vilo a los espectadores que conocen a estos encantadores personajes de Cosas de la lluvia (escrita y dirigida por Julián Bertero, con música de Joaquín Bertero).
Así es como dos desconocidos, se encuentran abrigados por un acogedor paraguas que les permite una mágica unión. Como en las novelas, pero en su realidad y bajo sus reglas.
Esta comedia musical brinda la posibilidad de viajar a través de diferentes melodías, dentro de las que se van describiendo ella y él para, luego, conformar un ellos.
Canciones que otorgan detalles de la historia y que le dan mayor dinamismo a la trama, bajo la que es posible soñar, anhelar y lagrimear junto a los desencuentros ocurridos en algunas de sus escenas.
Son varias las temáticas que se abordan en Cosas de la lluvia y, sin lugar a dudas que una de ellas es la felicidad. Dante la menciona con el adjetivo sincero de: embole. Quizás por ello se permita sufrir más de la cuenta o no defender un poco más su romance con Mariana.
Lo interesante de la dramaturgia es que no sigue un orden cronológico y, así, es posible sentir un poco más de adrenalina y suspenso. Un actor que tiene la necesidad de contarle al público cómo fue su ruptura de pareja y cada uno de los pormenores que rodearon esos momentos. Él junto a su novia, actriz también, que es sin ocultar, que brinda lo mejor de sí y que está en condiciones de prosperar gracias a su generosa personalidad.
Otro de los atributos de esta pieza artística es que entre los dos actores se van retroalimentando durante los monólogos que interpretan durante la historia de amor. De este modo, la comedia se apodera de la narración y las risas abundarán durante la mayor parte de la función.
Al igual que todo joven y persona, ellos se posicionarán sobre los ejes fundamentales de su pasado, los cuales hicieron de ellos quienes son ahora.
En ensamble de músicos, en vivo, convierte a la lluvia en la escenografía ideal para que los amantes se fundan en un beso de amor eterno -aquel que los salvará del más profundo dolor-.
La convivencia, la incertidumbre, las personalidades opuestas, el deseo, la pasión, una misma vocación, el trabajo y demás temas irán convergiendo como sucede en toda relación íntima. De a poco, cada cosa irá ubicándose en su lugar y lo que se creía finalizado podría continuar.
Nosotros, mientras tanto, podríamos jugar a determinar si ella debería perdonarlo o él ser menos intrigante. Pero, lo verdadero y puro reinará al llegar el final y los ubicará en el sitio que tanto deseaban ocupar. No como trofeo sino como necesidad imperiosa del corazón.
Mientras tanto, cada una de las canciones será representada por una escenografía diferente y sencilla de cambiar -de un momento a otro- para que se vaya ilustrando cada situación.
Cabe resaltar el impecable y gran trabajo de Belén Ucar, quien tiene -como siempre- la facilidad de demostrar su brillo y talento para la actuación y el canto, los cuales permiten que la historia se desenvuelva muchísimo mejor. Utilizando el lenguaje clownesco para ridicular ciertas cuestiones y hacer más llevaderas aquellas más trágicas. Así, su figura muestra presencia y ductilidad que se demuestran en cada uno de los personajes que encarna.
¡Cosas de la lluvia es realmente una obra encantadora que merece ser vista por toda aquella persona que sienta maripositas en la panza!
Bacanes, un musical perruno (escrito por Nicolás Blampied y Matías Dinardo, dirigido por éste último) es una de las propuestas más innovadoras y entretenidas en cuanto al género. Resulta encantador el argumento, demostrando que la ternura no pasó de moda -al menos para el reino animal-.
Como dos mundo paralelos y, a veces irreconciliables, los humanos consumen manjares exóticos mientras los despreciados perros se consuelan uno a otro intentando no perder la esperanza de que, en algún momento, las cosas cambien a su favor.
Un elenco actoral realmente suspicaz, muy talentoso y que estamos acostumbrados a ver en escena en el teatro u otro espacio artístico. Por eso es que se produce un climax inmediato desde la introducción de Baco (el perro y dueño de la mansión en que se desarrolla toda la historia) con su guitarra, desde la que aflora su pesar en esta vida.
En segundo lugar, quienes contamos con más de veinte años podremos sentir una fuerte identificación con la década del 90´ en que se apoya y sustenta cada uno de los relatos y canciones de Bacanes. Desde las blusas, los colores, la moda que hoy en día nos puede parecer ridícula, hasta el más mínimo detalle, permiten que nos ambientemos en la época, en el estilo de sus melodías e incluso en los ritmos que bien podían escucharse tanto en teatro como en televisión. Y hago hincapié en esto último porque no siempre es sencillo narrar una era con canciones sin tener que recurrir a la palabra hablada. En esta oportunidad, la música cumple con el rol de protagonista -como debe suceder en una comedia musical-.
Matías Dinardo no solo escribe y dirige sino que también interpreta a un personaje emblemático de la historia, al igual que ocurre con los otros tres humanos (muy bien caracterizados y distinguidos entre sí). De este modo el ser bacán se convierte en una raza de mayor estirpe que la animal, hasta que ésta hace su merecido reclamo pretendiendo ser oída.
¿Quién dijo que un can no puede ser dueño de su casa?
Siempre los hombres se apropian de lo que su deseo ferviente de especismo les otorga. Quizás sea momento de que estas dos parejas se replanteen las decisiones que toman, quiénes son y por qué sienten aires de grandeza que nadie les da.
Sin lugar a dudas que los dos actores que encarnan a Baco y Vera (los perritos de la obra) se llevan toda la atención del público por su dulzura y ocurrencias. Movienzo la cola, saltando sin parar y moviéndose al igual que uno real. Así es encantador que un apocalipsis irrumpa, para que lo escondido u ocultado pueda salir a la luz y hacerse oír de una vez por todas.
El maltrato en todas sus varientes no debería existir, pero existe. Y en lo que respecta al maltrato animal menos tendría que tener lugar en el universo ya que son seres más indefensos en un punto. Imaginen por un instante a un perro morder a su amo. Sería condenado, probablemente con una sentencia de muerte, pero si se tratara de un hombre dañándolo no valdría ni un segundo de parpadeo.
Existen las injusticias morales y Bacanes es un plato fuerte para pensar, profundamente, en ellas. Para tomarse las cosas con el peso que se merecen y darle a una “mascota” el amor que se merece o la libertad para que pueda ser feliz.
¿Por qué unos deben permanecer en prisión para que otros sean “libres? ¿O será que la libertad tiene más que ver con las ataduras mentales y para demostrarle al mundo cuán vivos son deban tomar decisiones erróneas?
Una mesa de estilo, larga y maciza hospedará a estos humanos que encontraron un espacio para hacer rodear su malicia, sus caprichos y la posibilidad de mandar para sentirse alguien.
El manifiesto en este caso es a favor de los cuadrúpedos que ladran de diferentes formas y consiguen cantar sus sueños. Probablemente sea demasiado tarde para cumplir algunos, aunque no para darse cuenta al lado de quiénes no está bueno permanecer.
En definitiva, todos nos cruzamos por algo y para algo.

LUNES, 20:30 HS
EL MÉTODO KAIRÓS (EL SALVADOR 4530 – C.A.B.A.)
Federico Gara y Belén Ucar
«COSAS DE LA LLUVIA, UN MUSICAL»
Dir: Julián Bertero
P.h: Tatiana Boria
Sinopsis:
Dante es un joven de veinticinco años cuya forma particular de hablar sólo puede llegar a indicar que fue maltratado por la vida. Se describe a sí mismo como un cínico, un engreído y una persona “infeliz” y acostumbrada. Él cuenta su propia historia, mientras que su ex novia Mariana hace sus propias participaciones implicando un nuevo punto de vista sobre el amor, su camino y la debilidad en la que estos dos personajes se sumergen a lo largo de su propio relato. Juntos narran cómo se conocieron, sus intentos fallidos en encontrarse con el otro, las distintas etapas vinculares que pudieron o no haber sufrido, su decisión de vivir juntos y, eventualmente, su ruptura.
Sobre la obra:
Un melodrama contado en clave de comedia. Un relato que se introduce en la intimidad de una pareja joven donde cada uno de sus participantes proyecta su inseguridad de distintas y hasta contrarias maneras. Un libro que intenta investigar y hacer un análisis sobre cuál es el entramado que constituye el amor, sus límites y sus ventajas. La obra reflexiona sobre la felicidad y qué la compone. Sobre el paso del tiempo y su influencia en uno mismo y su entorno. La fortaleza y la fragilidad en la que puede verse envuelto el ser humano durante su recorrido y cómo esto mismo somete sus acciones.
Trailer:
https://www.youtube.com/watch?v=L6c6-lL3IFk
Libro y letras: Julián Bertero
Música: Joaquín Bertero
Elenco
Dante: Federico Gara
Mariana: Belén Ucar
Banda
Piano y teclados: Joaquín Bertero
Guitarras: Tomás Baquero
Bajo: Manuel Benvenuto
Vestuario y maquillaje: Gabo González Subire
Escenografía: Yésica Ricart
Asistencia de escenografía: Sebastián Peranic
Diseño de luces: Sebastián González
Diseño de sonido: Julián Bertero
Fotografía y audiovisuales: Juan Manuel Ledesma – JML Audiovisuales
Dirección musical: Joaquín Bertero
Dirección general: Julián Bertero
Producción general y prensa: Repavol, una productora
Lunes, 20:30 hs
El Método Kairós (El Salvador 4530 – C.A.B.A.)
Localidades $150, 2 x $240
Entradas y reservas por:
http://www.alternativateatral.com/entradas40541-cosas-de-la-lluvia?o=14
Julián Bertero
Producción general / Prensa
Repavol, una productora

Flor Benítez, Talo Silveyra y Juan José Marco subirán a escena desde hoy, en el Galpón de Guevara. El espectáculo cuenta con destacados nombres dentro del equipo creativo: libro de Marcelo Camaño, letras de Luis Longhi, composición musical de Juan Ignacio López, coreografía de Juan José Marco y dirección general de Marcos Rauch.
El espectáculo se presentará todos los lunes a las 21.00 horas en el Galpón de Guevara, ubicado en la calle Guevara 326.
Escrito
en junio 13, 2016