*** MAYO 2023 ***

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Escribir la vida desde el Paraíso

Hoy El diario de Adán y Eva1

El cometa Halley, pasó cerca del Planeta Tierra el 30 de noviembre de 1835, día en que Samuel Langhorne Clemens nacía.

Más conocido como Mark Twain, es uno de mis autores favoritos desde pequeña, ya que logra acercar sus vivencias personales a las aventuras más sorprendentes y divertidas, en las que es posible ser feliz durante cada una de sus páginas.

Sin lugar a dudas, este genio creó uno de los libros más importantes de la literatura humana: El diario de Adán y Eva. Durante este breve relato, estos personajes bíblicos van autodescubriéndose y conociendo el mundo, sus palabras, sus significados y, asombrándose, con las diferencias entre ambos sexos.

Como un homenaje, en cierta forma, a su esposa Olivia -quien murió un año antes de la escritura del libro-, él entremezcla ficción y realidad, haciendo primar las diferencias y el humor por sobre todas las cosas.

Justamente, esta mujer y este hombre reflejan a tantos otros de su especie. Tanto animal como humana, claro que solo la humana podrá comprender el lenguaje que se utiliza durante la dramaturgia, a pesar de que Miguel Ángel Solá representa muy bien a las diferentes especies anteriores al hombre. Tal es así que Eva tarda en entender la evolución y darse cuenta que es un semejante.

Lo mismo ocurre cuando engendran vidas -la de Caín en primera instancia-, las cuales no logran asimilar como suyas, ni entender de qué razas son -confundiéndolas, incluso, con reptiles-.

Todo el lenguaje poético que se utiliza en esta obra, denominada “Hoy: El diario de Adán y Eva” (escrita por Solá, Oteyza y González Gil; dirigida por Manuel González Gil), goza de una suspicacia y sensibilidad enormes.

Miguel Ángel Sola y Paula Cancio, consiguen retratar a dichos personajes emblemáticos de la religión católica, enaltecerlos y ridiculizar sus conductas a partir de diálogos entretenidos, graciosos y llenos de romanticismo.

La música, a cargo de Martín Bianchedi, ameniza las escenas que transcurren entre pasado y presente. Un pasado en que una emisión radial desarrollaba un radioteateatro sobre este clásico de Twain, un clásico representado por Dalmacio y Eloísa (Adán y Eva). A partir de estas intervenciones en el micrófono, dentro de las que logran desarrollar dotes artísticos, se enamoran. Como era esperado.

Entonces, la pieza artística tiene varios aspectos a destacar: los orígenes de la especie humana a través del libro de este escritor y periodista del Siglo XIX, una historia de amor deleitosamente interpretada en la radio, en la vida ficcionada y la certeza de que todo ocurre, seguramente, en su vida privada.

Una historia, dentro de otra y ésta, dentro de otra… como quien abre una Mamushka y se encuentra con otra y sonríe por saber que existe una aún más pequeña e idéntica.

Así, como la reproducción humana, como las generaciones y como los días recorridos por el Diario que nos esboza otra sonrisa. No existe descubrimiento para nosotros, sin embargo, rememorar los orígenes, sin importar el credo, es una caricia al alma. Imaginar que dos seres, únicos, están solos y no les queda más alternativa que congraciar o ignorarse.

Como Adán cuando ya no soporta escuchar a Eva hablar sin parar, mientras Eva no entiende lo frío que se muestra su compañero.

Los fragmentos escogidos para representar están muy bien tomados y esta elección les permite intercalar lo fiel del teatro leído con la memoria que los caracteriza.

Y, con respecto al presente -que aparece, una y otra vez-, un programa radial, con mobiliario moderno, lo entrevista a Dalmacio. Un Dalmacio ya anciano, con problemas de salud que intenta disimular y con una ternura y terquedad como toda persona mayor. La entrevistadora (Adriana) es la pieza fundamental de toda la obra y quien irá conduciendo el programa para llevar a este personaje por diferentes momentos de su historia. Será de vital importancia el objetivo que ella persigue y el cual éste niega rotundamente con evasivas.

Mientras, los actores se cambian en visibles camarines -que se encuentran en ambos extremos del escenario-, la música no solo nos y los acompaña en esos breves instantes, sino que no dejan de narrar y esbozar sus identidades. Todo el vestuario es asombrosamente práctico y bello, lo que les permite a los intérpretes hacer los cambios en escena y que, desde el público, se pueda observar.

Casualmente, aunque no creo demasiado en las casualidades, el gran Mark Twain fallece el 21 de abril de 1910 -un día antes de que el cometa Halley volviera a pasar por la Tierra-.

ficha Hoy El diario de Adán y Eva

Mariela Verónica Gagliardi

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Hoy: «El diario de Adán y Eva», de Mark Twain

El diario de Adán y Eva

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Dios, todopoderoso, dame alas para volar

Pasados de Dios1

Un viernes muy frío, una noche espléndida y ese aroma a diversión me permitieron ingresar en Andamio 90, el teatro de la querida Alejandra Boero, donde siempre pueden encontrarse propuestas diversas e interesantes a la vez. «Pasados de Dios» (de y dirigida por Lisandro Penelas) había seleccionado ver a la tarde y, por fin, supe que se trataría de una obra sin religión, a pesar de su título.

De repente una novela policial comenzó a desplegarse sobre el espacio escénico y los actores iniciaron un relato que daría de qué hablar.

Lo que inicialmente parece una charla de oficina, nos va llevando por Eva, una mujer como cualquier otra, con deseos, sentimientos y, también, imperfecciones.

Pero, en cuanto el guión hace foco en una escena, nos distrae y pone el eje en otra. A simple vista parece un conjunto Pasados de Dios7de situaciones que se unen por la existencia de la oficina, un espacio muy tenebroso en el que se llevan a cabo negocios ilegales, utilizando a un superhéroe para el contrabando. A su vez, este juguete novedoso le permite a uno de los personajes, descubrir su verdadera vocación y encontrar al amor de su vida. Así, los actos se suceden, permitiendo descubrir que hasta en lo más placentero puede haber peligro y que la sugestión puede llevarnos a una catástrofe.

Quien haya leído el libro El diario de Adán y Eva (de Mark Twain) podrá comprender la importancia que tiene uno en la
vida del otro. Adán no está presente pero sí en modo figurativo. Existen muchos estilos de Adanes y, ella, tendrá que escoger al que más le guste. Todas las estructuras se desvanecerán y se dará lugar a lo fugaz, premonitorio y filosófico.

Ellos mencionarán un líquido que les cambia el humor y relaja. No se tratará de una droga sino de un brebaje Pasados de Dios3afrodisíaco, pasional, surgido desde la manzana como fruta prohibida. Y siempre sucede y sucederá que lo que esté vedado nos atraerá más que lo que tengamos al alcance de la mano. Este aspecto se verá reproducido en el plano amoroso y laboral.

Cada situación y momento permitirán crearnos la duda sobre si estamos en presencia de: una obra policial, de gangsters o una sátira a lo anterior. Lo magnífico es que se trata de la unión de varios géneros y no es necesario titular Pasados de Dios como algo homogéneo.

Muchas veces se dice que Dios es y luego se coloca un punto. A diferencia de un ser vivo u objeto que es indispensable darle un adjetivo vinculante.

Lo interesante es aquella catástrofe que, supuestamente, se avecinará. En torno a ésta se hablará y discutirá a lo largo de la dramaturgia. ¿Pueden imaginar que pasaría si dejara de existir la tierra? O si siguiera estando, ¿en que condiciones quedaría?

Habrá que tener paciencia y ver Pasados de Dios para descubrir el desenlace.

Los personajes secundarios terminan siendo protagonistas de su propia historia, recreando e investigando el referido contexto, para luego ocupar la escena del crimen -no por ensuciarse con sangre, sino por ocuparse de su propia felicidad.

Quizás una manera de salir ileso de la tragedia sea salir volando como súperhéroe, aunque éstos no existan en la realidad real pero sí en esta gran historia.

¿Cuál es el pasado de Dios, es atemporal?

¿Pasados, revolucionados, fumados?

¿Qué ocurrirá el 5 de abril?

Pasados de Dios13

¿Quién es Dios: el que trafica, el que se cree con poderes, la que predice o la que es culpada de provocar las peores tragedias?

Este todopoderoso no juzga. Vive y deja vivir.

Mariela Verónica Gagliardi

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