*** ENERO 2023 ***

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«La violación de Lucrecia», de William Shakespeare

La violación de LucreciaEspectáculo con 11 años de trayectoria nacional (Buenos Aires, Mar del Plata, Campana, Córdoba, Mendoza, Posadas, San Luis, Neuquén, Salta, Rosario, Santa Fe, Paraná) e internacional (Madrid, México, Santander, Cartagena de Indias, Soria, Coimbra) en castellano y en inglés.

LA VIOLACION DE LUCRECIA es un poema magistral de Shakespeare sobre el abuso del poder, la violación de una muchacha a manos de un «intocable» y sus consecuencias políticas cuando el pueblo sale a la calle.

El lenguaje oscila entre lo brutalmente directo y la más alta poesía, pasando por argumentaciones filosóficas y técnicas del discurso tomadas de la oratoria.

La dramaturgia de Mónica Maffía lo lleva a escena, tomando como eje el ritual doméstico de transformar en celebración el placer de la lectura, como forma de anclaje en la estructura originaria de la obra. Sin embargo, la compenetración con el material hará que la «lectora» tome alternativamente los personajes que aparecen en el relato, transformado en un verdadero tour de force de la actriz.

La dirección actoral hizo hincapié en aspectos que distinguen la escuela shakespereana: la musicalidad del texto, la respiración, el uso de la voz tanto desde su aspecto técnico -como la forma correcta de abordar este tipo de texto de máxima demanda física para la actriz- como desde su aspecto netamente actoral, para facilitar la recepción de un texto complejo de manera que la historia fluya claramente.

Autoría: William Shakespeare

Traducción: Mónica Maffía

Actúan: Mónica Maffía

Cantantes: Natalia Simoncini

Música original: Ricardo Vergani

Fotografía: Agustina Vallejo

Asistencia general: Cynthia Canteros

Asistencia de dirección: José Pirolo

Dirección: Mónica Maffía

Este espectáculo formó parte del evento: Festival Shakespeare

Web: https://www.facebook.com/pages/lucrecia-de-william-shakespeare/339198776291254

Duración: 55 minutos

Clasificaciones: Teatro

ESPACIO IFT

Boulogne Sur Mer 549 – C.A.B.A. (mapa)

Teléfonos: 4962-9420 / 4961-9562

Web: http://www.teatroift.org.ar/

Lunes – 20:00 hs – Hasta el 04/03/2019 y Del 18/03/2019 al 25/03/2019

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«La fiesta del viejo», en el Metropolitan

La fiesta del viejoMENCIÓN ESPECIAL INT POR LA DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN.

PREMIOS TEATRO DEL MUNDO POR ADAPTACIÓN TEATRAL.

«Seleccionado para participar del Festival Internacional Shakespeare 2017».

«Seleccionada para el XXVI Congreso Internacional de Teatro Iberoamericano y Argentino GETEA / FILO: UBA / PACE UNIVERSITY NYC USA».

(A partir de Rey Lear de William Shakespeare).

El Viejo cumple años y decidió festejarlo con todo. ¿Qué mejor que hacerlo en su club del barrio, con los amigos y el amor de toda la familia?

En el brindis va a hacer grandes anuncios que tienen que ver con el adelanto de la herencia a sus hijas, está ansioso por sorprenderlas, por demostrarles su cariño y por ver como reaccionan ante tanto amor.

El Viejo cumple años y están todos invitados a festejarlo con Él.

Actuaciones: Moyra Agrelo, Agustina Benedettelli, Julieta Cayetina, Stine Helkjær Engen, Demián Gallitelli, Ezequiel Gelbaum, Clarisa Hernandez, Gonzalo Ruiz, Julian Smud, Ezequiel Tronconi, Abian Vainstein

Autoría: Fernando Ferrer

Dramaturgia: Fernando Ferrer

Actúan: Moyra Agrelo, Agustina Benedettelli, Julieta Cayetina, Helkjær Engen, Demián Gallitelli, Ezequiel Gelbaum, Clarisa Hernandez, Gonzalo Ruiz, Julian Smud, Ezequiel Tronconi, Abian Vainstein

Vestuario: Marina Claypole, Peta Moreno

Representante: Débora Staiff

Espacio escénico: Romina Giorno

Efectos especiales: Guillermo Toledo

Fotografía: Romina Giorno

Arte: Romina Giorno

Diseño gráfico: Juan Francisco Reato

Asistencia de dirección: Marisol Scagni

Producción ejecutiva: Laura Quevedo

Producción: Fernando Ferrer, Ezequiel Gelbaum, Clarisa Hernandez, Julian Smud

Dirección: Fernando Ferrer

Este espectáculo formó parte del evento: Semana del teatro independiente 2017

Este espectáculo formó parte del evento: 12 Festival Internacional de Buenos Aires – FIBA 2019

Duración: 90 minutos

Clasificaciones: Teatro, Adultos

TEATRO METROPOLITAN SURA

Av. Corrientes 1343 – C.A.B.A. (mapa)

Teléfonos: 52363000

Web: http://www.metropolitansura.com.ar/

Entrada: $ 600,00 – Martes – 20:30 hs – Desde el 19/02/2019

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Hamlet, versión de Adrián Di Stefano

hamletEl Teatro Colonial de Bs. As. presenta:

“Hamlet”

De William Shakespeare. Versión Unipersonal de Adrián Di Stefano.

Sobre Hamlet:

Adaptación del clásico de William Shakespeare, en su versión unipersonal, dando motivo y sentido a la misma. Narrada y llevada a escena a modo de reflexión vivida por su protagonista, en donde surgen los textos unificados y puestos en boca de su interlocutor, desde la fidelidad del texto original.

Sobre Hamlet (versión extendida).

De reciente gira por Italia, con notable repercusión y próximo a presentarse en Ecuador en el mes de marzo, breve Temporada en el Teatro Colonial de San Telmo.

“Dicen que en el instante mismo de la muerte, un recorrido fugaz, lento y penoso de todos los actos de su propia vida, se suceden en el recuerdo individual de cada ser humano. Esto me ocurrió y lo que de ello se vio, en este mismo instante conmigo ha de morir. En la memoria colectiva de los pueblos, solo quedará la trascendencia de mis actos”.

Así finaliza Hamlet adaptación del clásico de William Shakespeare, en su versión unipersonal, dando motivo y sentido a la misma. Narrada y llevada a escena a modo de reflexión vivida por su protagonista, en donde surgen los textos unificados y puestos en boca de su interlocutor, desde la fidelidad del texto original.

Ficha artístico-técnica:

Autor: William Shakespeare.

Adaptación, Actor y Director: Adrián Di Stefano.

Asistente Técnico: Joaquín Facchini.

Vestuario: Manoli Osores Muñoz.

Producción: Teatro Colonial (Paseo Colón 413 – C.A.B.A. – Argentina).

Funciones: Sábados de enero y febrero 21 hs. (Desde el Sábado 12 de enero).

Reservas: 4342-7958/1362. Platea $300 (Jubilados y Estudiantes $ 250).

Duración: 60 minutos.

Más info: Twitter: @colonialteatro  /  Facebook: Teatro Colonial – San Telmo.   

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El Imperio de la Cirugía

sangre-sudor-y-siliconas8

¡Que Roma recompense con su amor a los que han sobrevivido, y que los muertos reciban sepultura con sus antepasados!

(Tito Andrónico)

ficha-sangre-sudor-y-siliconasCuando supe que existía Sangre, sudor y siliconas (basada en Tito Andrónico de Shakespeare, escrita y dirigida por Gonzalo Demaría) no dudé un instante en ir a verla. Su título atractivo me cautivó aún antes de saber su argumento, su autor, su estilo y demás cuestiones que hacen a una dramaturgia.

Pero, al conocer que se trataba de una pieza basada en Tito Andrónico (de William Shakespeare) y que Gonzalo Demaría sería su director; me zambullí completamente en Hasta Trilce.

Debo confesar que es una historia sin igual, que divide al público en dos y que, seguro seguro, hará que existan quienes adoren como quienes odien esta versión.

Me coloqué en primera fila, para no perderme ningún detalle y, luego, pude sentir cada sonido repercutiendo en mi cuerpo de una forma tan interna que puedo afirmar cómo el ambiente gauchesco y científico se unieron a la guerra y batalla de cortar cabezas y dar nacimiento a la menos pensada criatura “humana”.

Un gran show de poética, música, canto y coreografías que se van sucediendo cuando menos lo creamos posible.

El emperador romano murió y su lugar fue ocupado por Saturnino. A partir de aquí, quienes conozcan el libro, sabrán como prosigue la acción y su sanguinario desenlace. Hay quienes dicen que es el escrito más feroz de Shakespeare y asiento con la cabeza, sin pretender perderla.

La venganza, el honor, los celos y la sed de poder están presentes durante toda la historia. Ilustrando con objetos pintorescos, diferentes sonidos e iluminación; Sangre, sudor y siliconas merece estar en cartel por mucho tiempo. Así lo grito y así lo siento. Porque los clásicos merecen una vuelta de tuerca y que los espectadores abran sus sentidos, que no piensen en ir a una función donde se transmite literal un libro memorizado. Se trata de asistir como público activo, pensante y teniendo presente el argumento para, después, poder sacar las conclusiones pertinentes. No es requisito saber de qué trata, aunque tener conocimiento otorga un plus muy interesante.

Saturnino y Bassiano (hermanos e hijos del difunto) discuten por los derechos romanos, por el poder. Pero es Marco (hijo de Tito Andrónico) quien defiende a su padre y recuerda toda la sangre derramada en defensa del pueblo.

Hasta aquí pareciera ser solamente un tragedia y drama tradicionales. Aunque, unos instantes después el surrealismo y el grotesco se apoderarán de los encantadores personajes que son encarnados por actores de altísima talla. Solo así este formato puede resultar impactante y permitir la carcajada constante de quienes ingresan (y deciden hacerlo) en el código de Demaría.

Ya en esta escritura de Shakespeare aparece vivo lo que tanto cautiva: esos espíritus que renacen, una y otra vez, reviviendo las culpas y los errores cometidos al respirar: “Dadnos a uno de los prisioneros godos para cortar sus miembros y quemar (…) para que sus espírituds descansen, eternamente, y nosotros no seamos atormentados con sus apariciones”.

Mientras tanto, Tamora (una femenina, temerosa y particular dama) se hará presente con sus boleadores, sorprendiendo a todo instante. El impacto al chocar contra el piso hará resonar la sala e invitarnos a estar de su lado. En verdad, cada personaje tendrá esa misión. Ella cuestiona en un momento: “¿Deben ser descuartizados y quemados mis hijos en vuestras calles por haber defendido a su patria?”

Las mujeres, en esta oportunidad, son puestas como plato principal de disputa, como objetos mercenarios que desean poseer unos y otros sin interesar (o incluso importar) quién es cada una.

Lavinia (hija de Tito) está prometida con Bassiano, sin embargo, es el mismísimo padre quien desea (por cuestiones de negocios) concedérsela a Saturnino. Así resultarán batallas campales, cortes de cabezas como ya se conoce y los órganos de quienes menos pueden defenderse. Pero… es Tamora también escogida por Saturnino como futura emperatriz y, aquí, nos encontramos con dos mujeres que aún no están enteradas de dicha situación, mujeres que pertenecen a estratos diferentes (una a Roma y otra a los godos).

Indios prisioneros que querrán cambiar su suerte y el sentido de los versos que evocarán. Seres subordinados que pretenderán abandonar ese lugar, mientras el sanguinario Tito hará de las suyas en una clínica de estética.

Culturas Incas milenarias que vienen a recordarnos que existen y que no todo, para ellos, está perdido.

Unos a otros irán salvando o hundiéndose, en pos de sus intereses o hermandad. Todo sucederá tan rápido que no habrá tiempo para objetar una u otra decisión, sino para disfrutar de una obra excelente y disparatada, con un elenco increíble que se devorará el escenario. Habrá quien decida sacrificar una extremidad u otra, mientras que la peor trampa se servirá en platos grandes.

¿Será el destierro la mejor oportunidad para salir ileso?

¿Podrán los godos imperar por sobre los romanos? Digo: ¿La cirugía estética por sobre la humanidad? ¿Fue más sanguinario el Imperio Romano o lo es, en la actualidad, todo diseño o la búsqueda hacia una añorada perfección inexistente?

Hijos engendrados con marcas imposibles de borrar, muerte y más muerte. Como una pincelada que pretende tachar lo que no conviene. Todo, absolutamente todo, volará por los aires hasta que lo menos probable suceda ante nosotros.

Asesinar por venganza, asesinar por honor, por dignidad o por temor a ser aniquilado.

Sangre, sudor y siliconas es una obra de teatro surrealista, en la que dos escenarios posibles son fusionados, perpretados en el tiempo y con la grandeza de quienes pueden hacer lo que quieran, como quieran y arrastrando sus cuerpo hasta resurgir en el instante que todo parece calmo.

Mariela Verónica Gagliardi

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¡Salve Macbeth!

el asesino del sueño

A principios del Siglo XVII, William Shakespeare escribió una historia realmente dramática que consta de cinco actos (en verso y prosa) llamada Macbeth. Se supone que el prestigioso escritor se basó en las Crónicas de Raphael Hollinshed (1587) que giraban en torno a Escocia, Inglaterra e Irlanda.

La presente puesta en escena conserva los principios fundamentales de esta tragedia barroca. Así es como El asesino del sueño (dirigida por Facundo Ramírez) enfrenta a estos personajes -tan emblemáticos y conocidos en el mundo literario- para retocar aquellos aspectos a su gusto.

De este modo, las brujas cobran un protagonismo muy fuerte y es uno de los puntos a resaltar durante la obra. Desde su vestimenta hasta sus interpretaciones, encarnan a mujeres-brujas que, con vigor, logran enfrentar cualquier tipo de adversidad: «Lo hermoso es feo y lo feo es hermoso». Las tres, vestidas con tutú, súper delicadas pero con muchísima sangre que se derrama por sus cuerpos. Están oscilando entre la vida y la muerte al igual que los protagonistas de la tragedia shakesperiana.

Haciendo referencia puntualmente al argumento, éste se centra en la vida de Macbeth quien pretende ocupar el trono del Rey Duncan. Para llevar a cabo su deseo, es Lady Macbeth -su esposa- quien determinará vuestro destino asesinándolo a sangre fría y sintiendo que estará sucia por siempre. Tanto Macbeth como Banquo trabajan como generales del Rey de Escocia y escuchan las palabras de las brujas que están en plenas predicciones. De ahí en más los cuerpos expuestos en la escenografía (cubiertos con telas blancas y atadas con sogas) comienzan a caer uno tras otro como algo inevitable.

Cuando Macbeth (interpretado por el excelente actor Facundo Ramírez) es nombrado Barón de Cawdor menciona: «Sean sólo varones lo que traigas al mundo, porque tu metal duro debería servir para la forja solamente de machos. ¿Cómo no creerán si marcamos con sangre a los que duermen junto a él, en su cámara, y usamos sus puñales, que ellos hicieron?»

Mientras que el Rey Duncan aconseja que «Nuestros rostros se muestren risueños ante los ojos del mundo». El simular o pretender engañar es uno de los recursos que más se utilizan a lo largo de esta trama que ante una mirada de reposo y quietud, sumerge todo tipo de maldad y perversidad.

Shakespeare se inspiró, como solía hacerlo, en personas reales y en la política de determinado momento de la historia. Así fue como el personaje de Macbeth, inspirado en Mac Bethad Mac Findláich (1005-1057), quien fue asesinado por Malcolm III durante la batalla de Lumphanam (Aberdeenshire). Respecto del personaje Lady Macbeth, era una princesa de la dinastía Mac Alpin llamada Grouch, que había contraído matrimonio con Macbeth; y otro aspecto que se vuelve distinto en la escritura de William Shakespeare es la muerte de Duncan: la misma fue ejecutada por el propio Macbeth y no por su mujer como en la obra literaria. Son más las diferencias entre ficción y realidad pero éstas las más relevantes.

Puesta en escena y dirección: Facundo Ramírez. Elenco: Biby Aflalo, Patricia Becker, Mateo Chiarino, Antonia De Michelis, Zuleika Esnal, Alejandro Falchini, Pablo Finamore, Ágatha Fresco, Matías Garnica, Roman Ghilotti, Diego Grueiro, Luciano Linardi, Mario Mahler, Joaquín Mesías, Jorge Noguera, Facundo Ramírez, Facundo Vidal, ManuelVignau. Funciones: martes 20:30 hs.Teatro del Abasto.

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Ni muerto, en paz

La tragedia de Ricardo III1

La tragedia de Ricardo III (The life and death of kink Richard III, escrita por William Shakespeare y dirigida por Jorge Eines) plantea ciertos conflictos de dos épocas diferentes y permite que consigamos aunarlas con nuestra actualidad mundial.

Porque Eines compara y asemeja a Hitler y su nazismo con Ricardo III y su despotismo. Claro que existió un verdadero Rey que viviía en la Torre de Londres donde se ejecutaron y encerraron a muchas personas. Este punto transcurre exactamente igual en la historia inglesa y en la dramaturgia.

La Segunda Guerra Mundial (Siglo XX) expone a Adolf Hitler con su plan macabro de crear muchos campos de concentración y eliminar a quienes no fueran como su capricho lo deseara. Dicho espacio físico aparece representado al fondo del escenario y resulta tanto conmovedor como interesante notar el desenvolvimiento de hombres y mujeres que continuaban con sus rutinas diarias de lavar, coser, remendar… hasta que la muerte les llegue.

Cerca de un millón de judíos fueron asesinados en Auschwitz -el campo de concentración más grande, monstruoso y el que reclutaba a más personas de la colectividad-. No solo fue una guerra contra los judíos sino contra todo no incluido dentro de la raza aria: 74.000 polacos, 21.000 romaníes (gitanos), 15.000 prisioneros de guerra soviéticos y alrededor de 10.000 ciudadanos de otras nacionalidades fueron exterminados del mapa para siempre.

El Tercer Reich (en Inglaterra, la equivalencia se denominó Lager) fue orgullo de los nazis y padecimiento del resto de los mortales que temblaron ante el famoso brazo estirado, tan rectamente como su regimen descomunal.

Pero, en la presente puesta en escena, se produce un alivio al comprender que no solo se menciona la crueldad histórica de Hitler y Ricardo III sino que se trata de un montaje que tendrá que llevarse a cabo para no perecer en el intento. Sí, un grupo de actores irán interpretando a los personajes centrales de la obra shakesperiana para salvarse y sobrevivir.

¿Quién fue Ricardo III?

Duque de Gloster que tuvo mala fama, no solo por su forma de proceder sino por la cantidad de asesinatos que tiene en su historial. A pesar de ello, también se lo recuerda como un hombre (con esto no me refiero a humano, sino simplemente por su condición masculina) que se enamoró -sin juzgar si realmente fue amor o manipulación-.

De lo que no se podría estar de acuerdo es del destino de su cuerpo fallecido, el cual se enterró más de cinco siglos después y no en el año 1485 en que perdió la vida durante la batalla de Bosworth Field (Inglaterra).

Se lo recuerda, entre otras cosas, por su frase célebre: “Mi reino por un caballo”. Dicha frase no es más que una súplica que tiene su origen en cómo se preparó a su animal para la batalla. Resulta ser que un herrero estuvo encargado de hacerle las cuatro herraduras al caballo pero, al llegar a la última, la confeccionó sin demasiada perfección ya que se había quedado sin clavos; motivo por el cual durante la riña el pobre animal perdió el equilibro, cayendo y tirando sin querer a Ricardo III. Esa jornada fue definitiva y si el herrero se hubiera comprometido con su trabajo, probablemente el reino hubiera seguido en pie, victorioso.

La historia de Shakespeare es totalmente dramática y atrapante hasta el final.

Jorge de Clarence (hermano de Ricardo que lo precede como heredero al trono), tuvo cuatro hijos: Ana, Margarita, Eduardo y Ricardo. Ana es seducida por Ricardo III -quien le dice que mató a su marido -y su propio hermano- (Eduardo IV) por culpa de su belleza-. Cabe aclarar que también había asesinado a su suegro (Enrique VI). Esta relación enfermiza que pretende tener Ricardo con Ana, a quien humilla y trata bien cuando se le antoja, luego se consolida. La escupida de ella contra él, revela la repugnancia que le tiene pero la necesidad de poder que pretende.

Son muchísimos los personajes de esta tragedia pero lo sorprendente es que queda en el imaginario social esa sensación de súplica por la paz, más allá de frases o diálogos instaurados deleitosamente en los manuscritos ingleses. Un elenco de actores muy bien seleccionados, dentro de los que resaltan Natalia Villena y Alejandro Cop, logrando transitar por un sinfín de emociones, consiguiendo plasmar sus ademanes y diversas expresiones imprescindibles para las artes escénicas.

Autor: William Shakespeare. Elenco: Alejandro Cop, Annemarie Castillón, Denise Yañez, Ernesto Rowe, Florencia Limonoff, Hilario Quinteros, Juan Kiss, Natalia Villena. Director: Jorge Eines. Teatro El Tinglado. Funciones: domingos 17.30 hs.

Mariela Verónica Gagliardi

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El arte en las venas

La comedia de los herrores

Nosotros queríamos hacer un espectáculo que pudiesen disfrutar todos, que no sea un espectáculo para chicos que tenga guiños para adultos, sino que la pasen bien todos juntos.

Estaría bueno generar siempre situaciones en que pueda compartir: a veces en el arte, en el cine, en el teatro. Son pocas las oportunidades que uno tiene de compartir con el chico la experiencia y disfrutarlo por igual.

Soy fanático del cine mudo, entonces quería buscar algo que tenga que ver con coquetear con el teatro clásico de Shakespeare, con el cine clásico de Chaplín y Buster Keaton y Harold Lloyd; y de una mezcla así como de una batidora salió la propuesta”.

Estas palabras fueron dichas por Emiliano Dionisi durante el Festival de la Palabra el 22 de marzo, el cual tuvo lugar en Tecnópolis.

Emiliano Dionisi es un talentoso director que no deja de sorprender con su amplia creatividad y puestas en escena.

Desde el año pasado está llevando a cabo “La comedia de los herrores” (basada en la Comedia de las equivocaciones de William Shakespeare) -habiendo recibido muchos premios y ganado el concurso propuesto por La Comedia de Buenos Aires- una de las obras más entretenidas del autor inglés, con más intrigas, ironías y en tono burlesco de principio a fin. Estas características la convierten en una pieza artística maravillosa que es para disfrutar en familia, orientada a todas las edades.

En marzo asistí por primera vez a una función y quise aguardar a una segunda para realizar algunas comparaciones. La primera fue en Tecnópolis, con entrada gratuita y a sala llena. De hecho, hubo gente que se tuvo que quedar afuera porque no cabía ni un alfiler más en la sala, que de por sí era grande.

Esta segunda vez, en un teatro como La Comedia, que oscila entre independiente y comercial, no tuvo el mismo resultado. Con entrada a un precio normal, no colmó la platea. Aquí está el primer rasgo: esta obra quiere ser vista por toda persona que se entere ya que cuenta con una propuesta innovadora que mezcla teatro con cine mudo, con un vestuario en blanco, gris y negro que guarda dicha coherencia con la época y un elenco de actores muy carismáticos, profesionales y que interpretan sus personajes deleitosamente.

Y, no es cierto que una función gratuita sea sinónimo de sala llena, ya que eso sería subestimar al espectador, que de por sí demuestra que tiene criterio para elegir qué ver.

La trama gira en torno a una familia que se separa por un naufragio. Dicha familia estaba compuesta por un matrimonio (Emilia y Egeón) y dos gemelos (llamados ambos Antífolo), a la vez que dos sirvientes también gemelos (y llamados Dromio). Al ocurrir este accidente, Egeón junto a uno de sus hijos y sirvientes, quedan juntos y, su mujer, unida a su otro hijo y sirviente.

Al ser los niños iguales a sus hermanos, este es uno de los factores que provoca a lo largo de toda la dramaturgia, muchísimas confusiones que despiertan el humor infrenable.

Valiendo de y apoyándose en la música, se disfruta de un espectáculo que entrelaza proyecciones visuales (con estilo de film) en que están los mismos personajes que en vivo, ingresando y saliendo de escena como si fuera un efecto en que la fusión del séptimo arte se fusiona con el arte dramático.

Es llamativamente interesante observar este paralelismo ya que tienen que realizarlo sincronizadamente, tanto a nivel de diálogos como de movimientos. Y, de hecho, los compases musicales, los pasos de baile y cada palabra tienen su firmeza y suspicacia para demostrar la excelencia de todo el grupo.

Las equivocaciones entonces, generan conflictos momentáneos, enamoramientos que parecen de antemano frustrados, regalos que no llegan a manos de la persona deseada e inclusive la prisión del erróneo.

Shakespeare delineó esta entramada historia a fines del Siglo XVI pero se publicó recién en 1623. Él se basó en relatos de diversos autores como Plauto, Geoffrey Chaucer y Philip Sidney, entre algunos de los más citados según fuentes históricas. De hecho, Plauto menciona a una pareja de gemelos y Shakespeare doblega la apuesta.

Siracusa estaba condenando a muerte a mercaderes de Éfeso que no contaban con dinero para pagar la fianza. Así es como Éfeso adopta una medida similar en cuanto a los mercaderes de Siracusa. La tirantez de la medida es otro de los motivos por los cuales se origina un conflicto ya que Egeón (antiguo mercader de Siracusa) se encuentra en esas tierras para hallar a su esposa y a su otro hijo.

De ahí en más, la serie de escenas, escándalos y situaciones graciosas consiguen una impronta súper agradable que serán aplaudidos por todos los presentes.

«La comedia de los herrores» es un reflejo sobre cómo de una palabra se puede conformar un universo tremendamente delirante, justificado en todos sus aspectos y utilizando el drama, la comedia, la farsa y todos los recursos necesarios para demostrar que, de un momento a otro, se puede esbozar una idea u otra, un reflejo de la sociedad o una contraposición a la misma. Para reír a carcajadas, que los niños aprendan, disfrutan y todos los adultos tengamos la excusa para revivir momentos únicos.

ficha La comedia de los herrores

Mariela Verónica Gagliardi

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Un ritual inesperado

Corazón de wasabi1

Hace dos años fui a ver “En otro vida fui Marlon Brando”, una obra que destacaba a personajes de William Shakespeare y en la que ocurrían otras acciones no esperadas por el espectador. Después de dicha pieza artística, Jorge Tomas doblega la apuesta y vuelve a escribir, protagonizar -esta vez- y dirigir una novedosa dramaturgia en la que, también, pasarán muchas cosas al mismo tiempo y la conclusión deberá ser sacada por cada persona -convirtiendo de este modo al espectador en activo-.

«Corazón de wasabi» es la historia de tres amigos que crecieron juntos, compartiendo charlas, noches sin dormir, música copada y varias cosas más. Esta propuesta, muy diferente a la citada anteriormente, muestra a Jorge Tomas muchísimo más consolidado como actor y escritor. Su mente cobró un vuelo tremendo en el que no parecen existir barreras ni límites.

Narrada y ambientada en aquellos años 90 en que la banda liderada por Axl Rose, se había instalado entre los adolescentes para fomentar una cultura pasional y llena de rock and roll. Con una escenografía muy estética, moderna y cuidada, se disfrutará de una conmovedora noche que podría ser como cualquier otra y que, por un motivo, no lo es.

En esta historia, los tres amigos en verdad son dos ya que uno de ellos ha muerto hace veinte años, motivo por el cual, religiosamente, se juntan una vez por año para homenajearlo, para sentirlo entre ellos, como uno más.

Como si se tratara de un ritual, “Corazón de wasabi” refleja aquella melancolía que se siente cuando se pierde a un gran amigo. Esa sensibilidad a flor de piel que jamás podrá sanarse. Quizás, esta obra sea una visión diferente a cómo sobrellevar tanto dolor. A asumir que las pérdidas no tienen por qué llorarse, sino que existe otro modo de recordar a quien ya no está con vida.

Son varias las situaciones, conformadas como escenas, que van transcurriendo; las cuales permiten que Humberto y Miguel vayan trazando un paralelo entre pasado y presente.

Podría tratarse de fuerzas sobrenaturales, de deseos insatisfechos, de las ganas por volver a esos años en que no existían las responsabilidades, o, quizás; de un gran delirio y nada más.

Como tradición, puede verse una planta en tonalidades verdes. Salvo que alguien conozca sobre esta especie, podría asociarse al título de la obra. Pero, buscando términos que asocien al wasabi con algo determinado o deseado, no pude hallarlo. Solo sus acepciones vinculadas a propiedades curativas, desinflamatorias y antiparasitarias. Luego de empaparme sobre el tema y ver diferentes fotografías asumo que el autor quiso vincular el delirio, la ironía y varios aspectos del género clownesco de la obra con alguna droga proveniente de dicha hierba.

Durante la celebración ocurrirán tantas cosas que el espectador podrá posar su mirada en una situación u otra, a modo de paneo. Ni siquiera faltará la presencia de una tarotista que jugará con los destinos de estos amigos al igual que con todas las personas que vayan apareciendo en la casa. Como si las puertas se encontraran abiertas para cualquier desconocido, un repartidor de pizza se convertirá -por arte de magia- en un protagonista fundamental para que la velada cumpla con un ritual asombroso.

No solo estará presente la comedia como sitcome sino que las ocurrencias de Jorge Tomas dotarán a los diálogos de tantos oportunismos como sean posibles.

Unas bolsas de dormir los retrotraerán al pasado, las mujeres los invitarán a reflexionar y todo error cometido podrá ser olvidado con tal de enaltecer a quien ya no está.

Como una mirada, a los lejos y que -de a poco- se acerca, ambos disfrutarán de uno de los placeres más grandes de la vida llamado amistad.

Corazón de wasabi es un corazón tan noble que ni la vestimenta podrá modificar.

En cuanto el final se acerque desearemos que todo vuelva a empezar. Como antes, como ahora, como algún día en sus vidas que quieran compartir con nosotros.

ficha Corazón de wasabi

Mariela Verónica Gagliardi

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Transgrediendo fronteras

Ley Lear11

En esta historia no se narra la tradicional obra del Rey Lear -de Shakespeare- sino que se utiliza, simplemente, la idea como disparador para traer la monarquía a la actualidad. A una actualidad en que se prescinde de ésta al igual que de ciertos códigos antiguos, los cuales son reemplazados por otros que están íntimamente relacionados con problemáticas sociales vigentes.

Nada de luchas ni batallas físicas ya que la palabra y el cuerpo hablan, hasta convencer de sus propósitos.

El teatro físico es la pieza fundamental y sobre la que camina esta versión titulada “Ley Lear” (escrita y dirigida por Santiago Alegría). No hace falta aclarar que Lear fue el rey de Bretaña aunque resulta imprescindible saber sobre su poder, la tortura que ejercía sobre sus tres hijas y el poco consentimiento que afloraba por sus venas.

Un padre rey, pero un padre al fin. Cruel, desequilibrado, egoísta e injusto; que pretendió hacer su camino y cada uno de sus caprichos sin tener en cuenta a quiénes heriría.

En esta adaptación solo aparecen en escena dos de sus hijas (Milagros Coll y Paz Imán) y,  Cordelia, es la única que mantiene un nombre original del texto de Shakespeare. De este modo, los sonidos y expresiones corporales se encarga de, salvajemente, transmitir lo que sufrieron durante diez años de sus vidas.

Por momentos las voces se fusionan o desaparecen, como efecto sonoro que pretende resaltar, constantemente, el movimiento.

Les decía que son tres hermanas aunque una de ellas tuvo un accidente y la dramaturgia tuvo que adaptarse, a último momento, para dos. Esto realmente fue y es un desafío tanto para las actrices como para su director.

Evidentemente se ha resuelto bien, a pesar de que existen momentos en que quedan huecos que no se llegan a comprender correctamente. Más allá de esas situaciones puntuales, el mensaje de Ley Lear logra su cometido: demostrar cómo dos cuerpos consiguen romper límites normales, transgredirlos, sentir cansancio, agotarse, sufrir y amar apasionadamente.

Son dos hermanas que se tienen la una a la otra y sueñan con conocer a su madre, la misma que las abandonó y jamás llegaron a ver. Parece haber llegado ese gran día en sus vidas y parece haber estallado un terremoto que las modificó para siempre.

Son ellas mismas pero crecidas, cambiadas, añorando regresar a esas épocas en que cuidaban el vivero de su padre y el barro recorría sus pieles hasta componer una coreografía especialmente para la ocasión.

La violencia de género existió y existe. Actualmente lleva nombre y, cada vez más, puede verse cómo se defiende a las víctimas.

Estas hermanas son carne y uña, y más que eso. Sus soledades se cruzan hasta unirse como dos almas abandonadas. Así parecen sentirse y verse. Las luces se atenúan durante casi toda la obra y esto nos permite empaparnos del dolor en que crecieron.

Salvajes, solas, en un pueblo del interior, sin visitas y sin demasiados motivos para vivir. Hasta que una de ellas logra cambiar su rumbo y la tragedia invade por completo la escena. Shakespeare debía hacer su aparición, algo conmovedor tenía que pasar. El desenlace no es el del libro sino uno totalmente diferente.

Ley Lear ficha

Mariela Verónica Gagliardi

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Puedo sonreír y asesinar mientras sonrío

Sweet William4

Michael Pennington es un actor inglés que interpretó varios roles shakesperianos, decidiéndose a crear su propio unipersonal titulado “Sweet William”. En el marco del V Festival de Shakespeare Buenos Aires, el artista estuvo presente dando charlas sobre el escritor y, también, sobre su vida.

Es sumamente atrapante, sepas o no el idioma, cómo los relatos entre ambos se van entrelazando hasta que llega un momento en que tenés que preguntarte de quién se trata en ese entonces. Desde ya que sus pasados familiares no tienen semejanzas pero sí el amor por la literatura, el teatro y el deseo por narrar.

Cada cual con su lenguaje transmitió una atmósfera diferente y similar a la vez. En esta oportunidad, la Usina en el barrio de La Boca, abrió sus puertas para que disfrutemos de Pennington a través de su representación.

Solo, sin escenografía, simplemente con una silla logró conmover, anhelar, soñar despierto y atravesar esas fronteras que suponemos existen en la vida.

Una primera parte se basó en los primeros años de vida de Shakespeare donde contó que su infancia no fue del todo feliz, que dejó el colegio y desapareció hasta que se casó. Que no se sabe por qué contrajo matrimonio ya que su mujer había quedado embarazada, pero no existe información fehaciente que diga si estaba enamorado o no.

Desde ya que no es lo mismo escuchar hablar a un actor en castellano que en inglés porque para comprenderlo, en vivo, habría que tener un nivel excelente. Ese fue el único aspecto negativo en cuanto al unipersonal, sobre todo teniendo en cuenta la extensión de alrededor de dos horas, motivo por el cual tuvimos que escuchar la traducción a través de unos auriculares.

Claro que lo que importa, más allá de lo que dice es el cómo, las herramientas que utiliza y despliega para unir dos épocas completamente diferentes, para hacernos sentir que los reinados y monarquías siguen vigentes, y para que, realmente, deseemos con el corazón seguir consumiendo Shakespeare para siempre.

Al avanzar el relato, Michael hace una diferenciación entre tipos de actores estando de gira, con muchos tintes de humor y esa sonrisa de placer por poder representar no a uno sino a muchos de los personajes de sus libros.

En cuanto sigue mechando su historia de vida con la de Shakespeare, llega el momento de transitar por diferentes obras del autor, las que, posiblemente, pudieron ser concebidas gracias a lugar solitario en que vivía el autor. Macbeth, La comedia de las equivocaciones, Rey Lear, Ricardo III, Sueño de una noche de verano, Hamlet, entre algunas de las obras citadas por Pennington a lo largo del unipersonal. De ellas decide tomar ciertos fragmentos e interpretarlos en el espacio escénico.

¿Qué hubiera dicho Shakespeare si hubiera escrito en época de un mundial? – cuestiona el actor en un momento de la obra. Dejándonos perplejos y continuando con otra temática, es tarea para resolver en casa, pensando en tantos factores como sean posibles.

Uno de los momentos más cruciales se produce cuando menciona el lugar que tenían los teatros en la época de Shakespeare, a qué altura estaban y el menosprecio que sentían los poderosos por éstos: los teatros eran puestos al mismo nivel de un burdel, de hecho se trataba de los mismos dueños. También, nos explica que los autores eran peor pagos que los actores. Seguramente, habrá sido el único momento en que un actor ganó bien, agrega Pennington.

Respecto a los niños, dice que no suelen tener suerte en las historias de Shakespeare, aunque el resto de los personajes tienen la oportunidad, a través de monólogos, de esbozar sus pensamientos. Dice que el que recita el soliloquio, nunca miente en las obras de Shakespeare.

«El amor me abandonó desde el seno de mi madre , logra erigirse como una de las frases más emblemáticas de Shakespeare y habría que cuestionarle si ese abandono y esa soledad también existieron en su vida, si además de trasladar la política a sus libros, se atrevió a caracterizar personajes desolados y tristes que de cualquier manera pretendían sentir algo de amor, aunque sea por un instante.

 Mariela Verónica Gagliardi

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