*** ENERO 2023 ***

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Te quiero pero no sé si alcanza

Controversias

Una luz tenue nos invita a pasar al comedor en el que dos personajes jóvenes contarán sus últimos dos años, así que seremos testigos de ello con todo lo que implica.

Controversias (escrita por Dana de Nobrega y dirigida por Claudio Favieri) es una propuesta interesante que entrelaza los mandatos sociales, los conflictos de pareja y aquellos amores que no se animan a salir a la luz.

¿Hay algo más noble que el amor y su expresión? ¿Algo podría salir mal si lo dictamina el corazón?

En un primer momento se nos presenta la vida de una pareja, no en sentido estricto. Estamos frente a un hombre y una mujer. No los conocemos. No sabemos nada de ellos y, como espectadores, pretenderemos descubrir qué los une.

¿Pesa más ser amigo o pareja? ¿Es más una cosa que la otra? ¿Se está a tiempo de?

En esta relación existen puntos muy controversiales, como lo define su título y es que lo que vale no es lo que se diga sino lo que se haga.

¿De qué sirve un beso si es una despedida o la ausencia si se sienten enamorados?

El texto va in crescendo junto con la dirección impecable de Claudio Favieri, quien sabe dónde poner el acento y en qué momento resulta ideal.

Este autor, actor y director tiene un as en la manga: el factor sorpresa. Si bien esta dramaturgia no es suya, la amalgama a su antojo para que el espectador transite un camino sinuoso y poco certero: como la vida.

Rompiendo la rutina de años, los dichos y los silencios; Claudia (Vanina Corral) y Gabriel (Lucas Ocampo) son lo que decidieron. Con aciertos y errores, con conductas infantiles y temerosas. ¡Porque amar no es para cobardes sino para valientes!

¿Podrán concretarlo?

Contestarlo sería develar uno de los grandes misterios de la propuesta.

La vida conyugal parece ser una de las problemáticas más grandes, en nuestra sociedad, al menos. ¿Por qué dos humanos que se llevan mal no se separan y cada uno sigue su rumbo? ¿Por qué la insistencia en esta obra y en la vida misma de querer forzar lo que no funciona?

Son interrogantes que pueden responderse desde la palabra o desde el pensamiento, sin explayarlo verbalmente.

En cuanto a la puesta en escena, todo el mobiliario presente es funcional a cada una de las escenas y esto hace que los propios actores utilicen todo durante la historia. Una historia amena, triste, dulce y amarga a la vez. Porque las comedias dramáticas tienen que tener de todo para surtir efecto en el público y ¡Controversias lo logra!

En cuanto al vestuario, es muy atinado para lo que se plantea, teniendo algunos cambios durante la acción. Y, algo también potente es la manera de llevar adelante la narración: muchos matices de telenovela, que permiten hacer de la presente comedia un universo más atractivo y digno de ver en la cartelera porteña. El galán tras una vida que no consigue plasmar en la realidad y, frustrado, corre tras su amor que no sabe si es, si mejor no, si quizás sí. Y ella, una mujer con agallas que se decide tarde, que duda, que va y viene también como un péndulo. En manos de quién están sus vidas. ¿Creerán en el destino? ¿En el paso del tiempo?

Dan ganas de gritarles que reaccionen, que la vida es ya, hoy y que lo que dejen al azar, no siempre será lo que quieran que sea sino azar. Lo aleatorio es el ingrediente perfecto para los que no se atreven a luchar por sus sueños entonces hablan en esos términos o citan a un santo o a Dios.

El tranvía llamado Deseo pasa una sola vez y, el próximo, podrá ser un tren o la locomotora pero no el primero. Las oportunidades se presentan cuando nos encaminamos hacia ellas y, por eso mismo, Claudia y Gabriel sortearán varios obstáculos, vivencias, promesas y pactos. Lo que resulte de todo eso podrá formar parte de una segunda parte de Controversias que ya mismo el director tendrá que ponerse a elaborar. ¡Porque la intriga nos mata!

Mariela Verónica Gagliardi

Dramaturgia: Dana de Nobrega 
Dirección: Claudio Favieri
Funciones: domingos, 20 hs
El Ópalo Espacio Teatral (Junín 380 - CABA)



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Distintas formas de extinguirse

En pie de Esperanza

En pie de Esperanza (escrita y dirigida por Leonel Dolara) es un poema a la vida. Una enseñanza amorosa que empieza desde algo tan simple como un vínculo inesperado y culmina con lo más increíble de la vida como lo es el compartir -desde el corazón-.

Lorena Szekely es quien lleva adelante el personaje protagónico de Esperanza, luciéndose como es habitual cada vez que sube a escena. Su experiencia y pasión por la actuación le permiten interpretar a una mujer anciana sin necesidad de caer en determinados artilugios ridículos. Hago hincapié en esto último porque resulta interesante cómo dolara elige a una actriz joven teniendo por delante el desafío de adquirir todo lo necesario para que desde las butacas sintamos que una señora de tercera edad está frente a nosotros.

Admirable su trabajo que se confabula exitosamente con el de su nueva pedicura, haciendo volar sus diálogos por esta casa en la que tanto se contiene y retiene.

Siempre el hogar de una persona grande aloja muchos sentimientos, aromas, fragancias y pasados sin resolver. Esta historia no escapa de eso sino que lo hace relucir como oro brillante. 

Una molestia en un dedito del pie abre el portón (porque puerta quedaría muy diminuto) a un universo en el que estas dos mujeres se sienten reflejadas. Sí, como el famoso espejo en el que pueden mirarse, juzgarse y, en definitiva, terminar hablando de ellas mismas.

Hasta acá podrán creer que es una obra un tanto espiritual, profunda, sensible y no se equivocan. Esto y más. Mucho más. Porque En pie de Esperanza consigue indagar sobre esos amores ultrajados, soñados, perdidos, tapados con la alfombra; sobre la soledad y su padecimiento, sobre lo que se desea y no se tiene. Sobre la muerte y sus propósitos y un bagaje que llega directo al corazón como la flecha de Cupido. Esa flecha que lastima y agrada a la vez. Que nos sacude y permite llevar a la reflexión.

Otro de los grandes temas que se tocan en la obra es el del vínculo de madre e hija, aquél que parece ser en ellas y en la mayoría como conflictivo, insano, tóxico y recurrente. Una parece saber lo que necesita la otra pero, la otra, no permite que se le otorgue. Quizás por capricho u orgullo. 

Y, como otro de los puntos importantes de la historia, surge un personaje imaginario que podría ser Esperanza misma reencarnada en otro ser, trasladándonos al presente y, por qué no, al futuro.

Un pie que sin salud no puede sostener la totalidad del cuerpo, con todo lo que eso implica. Que no logra tolerar la infinidad de sentires de esta mujer que transita la vida a su manera pero que encuentra constantes trabas de parte de su hija. Porque no siempre se piensa, en esta sociedad, qué es lo que necesita la persona adulta mayor sino que se pretende hacer lo que “corresponde”. Pero, ¿si Esperanza desea sumergirse en su enfermedad y perderse en la calle y esfumarse como vemos en las películas? ¿O acaso existe un modo de hacer las cosas? ¿Se respeta lo que desea el otro? ¿Qué lugar ocupa la culpa en este comedia dramática? ¿Cuándo va a ser el día en que se respete la decisión ajena por más que estemos en contra por miedo?

Esperanza lucha contra sus propios fantasmas, aquellos que su mente crea por diferentes motivos. Ella, necesita ser y no permanecer. 

Cuando las energías estén en la misma sintonía, lo inesperado ocurrirá y todo pesar ya no tendrá sentido de ser llevado a la mesa. Esa mesa con mantel que aguantó tanto o más que el pie en cuestión. 

La hermosa señora pudo andar a pesar del dolor (externo e interno), del cansancio, del qué dirán y de su total convencimiento sobre los personajes televisivos. La compañía no da igual y su ausencia tampoco. Por eso, el mensaje de esta pieza artística es enorme y cada quien podrá llevarse una parte consigo o la totalidad (aquella que su apertura de alma le permita abrazar).

Dramaturgia y Dirección: Leonel Dolara
Actúan: Rosella Bosco, Gabriela Del Mar, Stella Minardi y Lorena Szekely
Funciones: Viernes, 20 hs
Teatro Andamio 90 (Paraná 660 - CABA)

Mariela Verónica Gagliardi

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Agonía

Brotherhood

A veces siento que el arte no tiene sentido y, otras, recapitulo y ordeno los pensamientos: el único sentido en la vida es el arte. Porque podremos tener días mejores o peores, podremos abrir la ventana y ver la lluvia mojar todo, o el sol rajar la tierra.

No siempre pasan las cosas que queremos que pasen, pero, podemos estar seguros que hay algunas (como la muerte) inevitables.

Brotherhood (escrita y dirigida por Anahí Ribeiro) me llegó al alma. Desde que la vi no puedo dejar de recordar algunos de sus retazos. Es una obra que amé desde la proyección de una montaña rusa. Sentí cada frase, la música, las actuaciones tan realistas y sencillas.

El eje central de esta propuesta podría decirse que es el desapego. No me atrevo a decir la muerte porque lo que más conmueve no es la despedida física sino ese hueco vacío que nunca más podrá ser llenado. Porque la persona ya no volverá. Porque el duelo será breve o prolongado pero no traerá al ser querido. Entonces es como una despedida de la que importa el lugar en el que nos ubicamos.

Anahí tiene una facilidad para componer personajes, para realzarlos, dormirlos, hacerlos aguardar, explotar en masa y volver a caer de golpe. Los diálogos que escribe son comparables con la montaña rusa, por sus vaivenes. Por el impulso y fluidez.

¿Qué le ocurre a cada uno de estos siete hermanos cuando tienen que involucrarse con sus padres desde el lugar del adiós?

La enfermedad los atormenta, los hace vulnerables, fríos, distantes, cálidos, empáticos, violentos… todo.

Hermanos que son opuestos pero consiguen complementarse. Que coordinan desde la tecnología, que se abrazan sin quererlo o se insultan por angustia.

La sensación vertiginosa de este juego de parque de diversiones es completamente eficaz ya que no es posible desatender la imagen, sino que es parte fundamental para construir y reconstruir a esta familia.

Con respecto a la parte psicológica de la pieza artística podría subrayar el alto grado de negación que tienen algunos personajes, la impotencia de quienes más se involucran y el desinterés de quien muchas veces más sufre y no logra canalizarlo desde el amor.

Es una obra de teatro maravillosa. De esos textos que generan todo tipo de sentires en el espectador, de una coordinación exquisita entre la parte visual, sonora y actoral, con la dirección impecable que pareciera orquestar en vivo.

Si alguna vez perdiste a un ser amado (no necesariamente por el factor muerte) acercate a ver Brotherhood para poder analizar tu postura frente al mundo, al amor, a los vínculos y a lo que realmente importa. Porque si bien los valores son fundamentales, ¿quién determina cuáles tienen más alto rango?

Lo que dice una, es contradicho por otro y lo que en un momento parece ser una batalla campal, luego se consolida como un todo equilibrado. Porque si los polos opuestos se atraen, la acción y reacción pareciera ser que también.

Se puede vislumbrar un constante apoyo de los débiles sobre los fuertes cuando lo que se muestra superficialmente es todo lo contrario. El enojo les hace hervir la sangre, aquella que no siempre los vincula como parientes sino más bien como enemigos.

A la vez que las escenas se transitan a lo largo de la historia, todo va concluyendo sin permiso y lo inevitable se hace presente. 

Brotherhood le hace cosquillas al público pero, también, lo incomoda. Es necesario que lo haga. Al menos para cumplir con su cometido -el cual es presentar situaciones típicas de la vida cotidiana, posibles maneras de afrontarlas y el avance del tiempo que (velozmente) suele jugar malas pasadas.

Si estás preparado para la aventura, abrochate el cinturón que está a punto de empezar…

Dramaturgia y Dirección: Anahí Ribeiro
Actúan: María Forni, Julia Funari, Bárbara Majnemer, Carlos Marsero, 
Ingrid Mosches, Mariano Sacco, Gerardo Scherman
NÜN TEATRO BAR
Entrada: $ 400 y $ 350 
Funciones: miércoles, 21 hs
A partir del 12/02

Mariela Verónica Gagliardi

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Sonreí para la foto

Una familia feliz1

Todas la queremos, la perseguimos, la deseamos pero, pocas veces, podemos alcanzarla tal cual la imaginamos. Quizás sea porque nuestra mente es capaz de imaginar la perfección, lo ideal…

Una familia feliz (escrita por Javier Naudeau y dirigida por Federico Bruso) es un cachetazo a la realidad. Es como un “¡despertate que es tarde!”.

Heidi Fauth protagoniza a Raquel, una madre soltera que hace absolutamente de todo para conseguir sus caprichosos propósitos. Podría decir que no tiene demasiada conciencia y eso es lo que más llama la atención a lo largo de toda la dramaturgia.

Esta mujer se las trae con su temperamento ambiguo y deleitante. Atrae, seduce, propone y se desmorona -en breve- para volver a levantarse. Un personaje muy difícil de interpretar y que ella lo consigue con su virtuosismo.

Como si la realidad no fuera ya de por sí dura, tiene un hijo adolescente al que no le da demasiados buenos ejemplos. Y es que ella no puede ni siquiera con ella misma. Hace lo que puede entre vaso y vaso de alcohol. ¿Qué se le podría exigir?

Un living es el lugar en el que transcurren casi todas las escenas centrales, un sitio que alberga todo tipo de conflictos (algunos menores y otras casi imposibles de resolver con whisky).

Ella no es irresponsable, no es infantil, no es poca madre. Simplemente es lo que le permitió su pasado y que no pudo cambiar en el presente. Está sola. Más allá de tener a su hijo (Pedro Maurizi) y de querer fabricar un mundo ideal. Está en soledad porque no comprendió aún de qué se trata vivir. No comprendió que la excelencia no puede darse siempre y que los mandatos sociales y culturales tienen un nivel que logra deprimir a toda alma que no encuentre aún su rumbo.

Esta sociedad no ayuda, hunde.

Una familia feliz es una comedia dramática y, al menos, permite que respiremos risas en muchísimos momentos de la obra de teatro. Lo irrisorio es que este tipo de vínculos, como los que se suceden en la puesta; existen. Y en muchos casos.

Avanzar hacia adelante como quien camina sin recorrer algo. Poniendo curitas a las heridas, tapándolas para imaginar que no existen hasta que se desate una catástrofe.

Un padre para su hijo, sin importar quién o para qué. Un hombre, ¿no?

Sociedad patriarcal que se derrumba, que ya no tiene sentido. Y que, probablemente, nunca lo haya tenido.

Un niño que crece, que tiene que ocuparse de cosas que no le corresponden.

Pero, ¿qué es lo correcto o normal o?

Estafas, inmoralidades y varias situaciones contempladas en un abrir y cerrar de ojos. Papeles de regalo y bolsas de shopping que siguen en la misma línea lo idealmente adecuado para el capitalismo.

Uno, dos, ninguno. ¿Para que un hombre en casa? ¿Por deporte?

Emborracharse para disimular la angustia y tristeza de una vida que se desmorona, perjudicando (sin querer) a quien convive con ella.

Sensaciones tensas, información oculta, burlas constantes y la realidad que se planta para no irse más.

Rodrigo Paredes y Diego López Domínguez encarnan a dos hombres opuestos entre sí pero, a la vez, muy parecidos cuando se trata de engaños.

Hombres sin códigos y una “frágil” mujer que también aprovecha los momentos para vengarse de su miserable y penosa vida.

¿Hay algo que el dinero no pueda comprar?

En esta genial y entretenida historia podemos comprobar que lo cotidiano sí y que es lo que Raquel busca para solucionar el minuto a minuto. Las horas que disfraza con placer y cada vez más tragos. ¿Tiene sentido?

Contratar a alguien para su objetivo es lo que nos mantendrá ocupados a lo largo de la función y lo que hará que reflexionemos entre tanta adrenalina.

Alquilar para prescindir cuando se quiera, sin explicaciones. ¿Es tonta?

A veces es preferible que una copa sea la compañera ideal y delirar el presente como si la vida fuera parte de una ficción contemplada.

¿Dónde está la línea entre lo real y ficticio?

Comer para no tener hambre, amar para sentir el corazón contento y hacer el amor para que el cuerpo galope.

Raquel es una de tantas y, probablemente, una fiel figura de tantas mujeres que siguen atadas al deber ser para aparentar lo que no quisieran jamás tener.

Dramaturgia: Javier Naudeau
Actúan: Heidi Fauth, Diego López Domínguez, Pedro Maurizi, Rodrigo Paredes
Dirección: Federico Buso
Funciones: Sábados, 21 hs
Espacio Callejón

Mariela Verónica Gagliardi

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Hace mucho te dejé

Los abrazos huecos4

Toda historia de amor tiene sus matices, sus idas y vueltas pero, podemos estar seguros, de que la melancolía existe siempre. Esa sensación tan difícil de poner en palabras o de transmitir con el habla. Es el corazón el que palpita, la boca que ya no besa, los cuerpos que ya no sienten igual, el tiempo que corre en paralelo.

Los abrazos huecos (escrita y dirigida por Dennis Smith) es una comedia que tiene todos los ingredientes para ser un éxito. Para hacer palpitar al público, para traspasar la escena y apoderarse de cada espectador para que se sienta movilizado.

Nadie puede sentirse fuera del tema de la obra y la identificación es algo que se consigue desde el comienzo de la pieza teatral.

Dennis Smith y Nacho De Santis nos harán vibrar y sentir incomodidad (por momentos), harán que ríamos, nos sonrojemos y podamos recordar nuestro pasado (lejano o cerca, tal vez). El amor no es color de rosa pero sí existe en cada humano.

Esta dupla funciona y muy bien en escena, se conecta desde lo más noble y consigue recorrer los momentos más importantes de su relación. Durante dicho viaje interpretarán sus salidas, travesías, encuentros y desencuentros; con nosotros como testigos. Parece tan pero tan real lo que se percibe que las lágrimas se apoderan de mí, conectándome con mis infortunios.

Mientras que la escenografía se compone de dos sillas rojas y nada más, este nada más significa todo el universo poético que narran los actores para facilitarnos la imaginación. No es necesario ver con los ojos siempre sino permitirle a nuestros sentidos desplegar las alas como si fuéramos pájaros en completa libertad.

¿Acaso el amor es un engaño? ¿Quizás el amor se trata de esconder los verdaderos sentimientos por diversos motivos?

No concibo al amor como lo puro porque no existe. No cabe en nuestra sociedad.

Dennis sufre y sufrió. Pareciera que su vínculo con Nacho no fue del todo sano ni cariñoso. Por lo que se esboza de su boca, vivían realidades diferentes, no se comprendían y uno callaba los secretos más tortuosos para el otro.

¿Podría el amor no ser trágico en un punto?

Soy una seguidora de los trabajos de este artista tan dúctil y creativo. Me gusta su sello, su manera de vincular varios lenguajes, como en este caso es la canción. ¿Acaso podría existir en este mundo el romanticismo sin música?

Así es como se consigue una fusión exquisita entre los relatos, las canciones y algunos otros detalles que conviene no contar para que queden en suspenso. En toda obra debería existir el crear comodidad e incomodidad hacia el público. Un texto que tiene pasión, sabiduría, enseñanza, sutileza e inocencia. ¡Qué grandioso resulta vivenciar esto último!

La sonrisa de Dennis, su despertar como hombre, su carisma al pisar el escenario, al tomar un micrófono para hacer una de las cosas que mejor hace. A la vez que Nacho Di Santis consigue estar a la par, acompañarlo desde otro sitio, atravesar su propio dolor, su propio camino, y asumir, ambos; que muchas veces lo que empieza también llega a su fin.

Un abrazo que ya nada contiene sino que retiene. Una relación que se intenta salvar desde el miedo a.

La dirección resulta impecable, junto a la guitarra en manos de Agustín Buquete quien está a un costado de la historia pero que comparte sus melodías a lo largo de la historia.

Celebro que existan dramaturgias originales sobre temas comunes, que no caigan en lugares comunes sino en una impronta. Admiro el arte de este joven que con sus cabellos rubios como el sol consigue todo lo que se propone.

En un café, en un restaurante, en un lugar o en otro; las cosas pasan cuando tienen que pasar y se desenlazan cuando decantan por su propio peso.

Somos animales de costumbre y esa costumbre a veces es peligrosa.

Un homenaje a las historias de ayer, de hoy y de siempre, en formato de comedia dramática con muchos matices del género musical; tomando como retazo un caso en particular. De ahí, el remolino de sensaciones que pueden atravesarse aún con rimel en los ojos.

Funciones: Sábados, 20 hs.

Abasto Social Club.

Mariela Verónica Gagliardi

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Las vengadoras, de Bernardo Cappa, con nuevo horario

Las vengadoras

LAS VENGADORAS

Texto y dirección: Bernardo Cappa

En el acto de asunción de «La Orca» como Comisaria, Benavídez, anterior comisario, utilizará el festejo para llevar el pago de una transa. Al enterarse de esto «La Orca» y su mano derecha, «La Tarta»,  deciden preparar un operativo para interceptar el bolso. Para llevar a cabo dicho operativo llaman al dúo musical «Las Vengadoras» conformado por «Suricata» y «Monja» dispuestas a todo por vengar el nombre de su amiga muerta en un episodio confuso con el mismo Benavidez.

Actúan: Leilén Araudo (la Monjita), Maia Lancioni (la Suricata), Sabrina Lara (la Tarta) y Silvia Villazur (la Orca)

Las funciones del 1 y 8 de febrero Cecilia Tognola hará el papel de la Tarta

Estreno: 24 de octubre 2018. Reestreno: 18 de enero 2019. Funciones: viernes 20.30 hs.  Duración: 70 minutos

El Camarín de las Musas

Mario Bravo 960 – C.A.B.A. Reservas: 4862-0655.

http://www.elcamarindelasmusas.com/

Entradas: $ 350, $ 280 (jubilados con acreditación) 

$ 175 menores de 30 años presentando DNI y 2×1 Club La Nación con cupo limitado

 

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¡Viva la vida!, el gran musical argentino

viva la vida

“VIVA LA VIDA” cuenta la historia de seis amigos de alrededor de treinta años que sellan un pacto en una noche de año nuevo: juran exiliarse todos a una casita en el tigre apenas aparezcan los primeros síntomas de vejez en ellos, para vivir juntos y felices lo que les quede de vida.

El momento llega, cuarenta años después. Ellos organizan el viaje y emprenden la aventura soñada. Luego de varios meses de convivencia, la muerte de uno de los amigos desencadena una serie de situaciones en las que iremos descubriendo secretos, sueños y recuerdos borrosos que finalmente irán fortaleciendo el vínculo entre ellos.

Con las canciones de los años 70` y una puesta que irá entrelazando el pasado con el presente, “VIVA LA VIDA”, con dirección de Valeria Ambrosio y grandes actores en escena, apuesta a ser EL MUSICAL ARGENTINO DEL AÑO, y sin duda, un hermoso tributo a los jóvenes de ayer.

Ficha artístico-técnica

Libro: Valeria Ambrosio

Actúan: Marta Bianchi, Nora Cárpena, Mercedes Carreras, Natalia Cociuffo, Christian Giménez, Andrea Lovera, Alberto Martín, Jorge Martinez, Rodolfo Ranni, Emmanuel Robredo Ortiz, Lula Rosenthal, Ivana Rossi, Liza Spadone, Patricio Witis

Orquesta: Miguel Hornes (Trompeta), Emmanuel Femin (Saxo Alto, Clarinete y Flauta), Matías Chapiro (Piano y Synthes), Guido Cefaly (Guitarras), Roberto Moreno (Bajo), Alex Frank (Batería)

Diseño de vestuario: Alfredo Miranda

Diseño de escenografía: René Diviú

Diseño de luces: Juan García Dorato

Fotografía: Nacho Lunadei

Diseño gráfico: Johi Wolf

Asistencia De Producción: Selene Soledad Raimundo Vitullo

Asistencia de dirección: Leonardo Gaetani

Arreglos musicales: Matías Chapiro

Producción ejecutiva: Ana Florencia Blejer

Producción Comercial: Guido Gastaldi

Producción general: Circus Entertainment Group S.a.

Dirección de Producción: Maximiliano Cordoba

Colaboración autoral: Sebastián Suñé

Coreografía: Elizabeth de Chapeaurouge

Dirección musical: Matías Chapiro

Dirección vocal: Ana Carfi

Dirección general: Valeria Ambrosio

Clasificaciones: Comedia, Adultos, Musical, Artes Escénicas

Funciones: Miércoles, jueves, viernes y sábados 21:00 hs. Domingo 20:30 hs.

Localidades: desde $450 hasta $800.

TEATRO LOLA MEMBRIVES – Av. Corrientes 1280 – C.A.B.A. – Argentina

Entradas a través de Ticketek

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Deseos de vida

Escribir desde afuera es una experiencia muy grata pero, hacerlo desde adentro, es realmente conmovedora.

La noche de hoy fui parte pero no por serlo del elenco sino porque considero que resulta imposible escribir de aquello que no se conoce. La identificación, entonces, es la única salida, el único arma posible de escritura.

«Como si pasara un tren» (escrita y dirigida por Lorena Romanín) es literalmente una fuerza que arrasa con todo. Es un cúmulo de experiencias concretas y compartidas. Es el sonido al ingresar al andén y permitirse percibir.

Entonces, podría recostarme en cualquier lado e imaginar mis sueños, sabiendo a ciencia cierta que, quizás, jamás los cumpla. ¿Cómo saberlo?

Esta comedia dramática nos traslada a una familia disfuncional que viene con problemas de antaño. El tradicional «lo hice por tu bien» realmente queda marcado, subrayado diría. Porque una madre sobreprotectora (Silvia Villazur) y con mucho miedo a quedarse sola, hará de todo para cuidar a su único hijo (Guido Botto) de lo que ella considera peligroso. Claro que no siempre será cuestión de que éste encienda sus alertas por incertidumbres ajenas. Paso a paso todo cobrará un rumbo inesperado con la llegada de una prima (Luciana Grasso) que irá marcando el compás de lo más sano y disfrutable.

Porque si de vivir se trata es mejor correr riesgos que permanecer quieto. Porque un juguete podrá ser simbólico pero no la realidad misma. Y porque las paredes, de a poquito, asfixiaran, incluso, a quien menos se sospechaba.

Salir solo, caminar, sortear obstáculos… eso es la vida. Peligros que existen y que por diversas circunstancias no son tomados en cuenta. Quizás, el mayor miedo, sea enfrentar lo real para construir hacia adelante y no sobre el lugar.

Una escenografía de los años 80′, una época que es recordada por íconos que marcaron la historia televisiva y que nos esbozarán una sonrisa sin igual; una música más memorable que irá quitando prejuicios y unos pelos al viento que determinarán hacia dónde conviene dirigirse.

Adoré cada detalle de la puesta, el ritmo lento en un comienzo y, luego, mas dinámico. Un compás que se detiene, mira y prosigue sin apuro. Vislumbré cada movimiento corporal de Guido Botto y cada uno de sus desplazamientos y caídas al suelo. Por eso es que resulta imposible no emocionarse de principio a fin, de no conmoverse con el dolor representado, con la angustia contenida y con las risas acotadas.

Como si pasara un tren es de aquellas obras de teatro que estarán por temporadas en cartelera. Lo afirmo, no porque haya comenzado su segundo año, sino porque se vibró en la sala de El camarín de las musas y porque los aplausos no finalizaban. Porque si hablamos de energías, se conjugó una simbiosis entre los actores y el público.

Andá si querés , le dice ella a su hijo, mientras su corazón opina lo contrario. O, prefiero que piense que soy yo la que no quiere que lo vea, esboza a su sobrina mientras oculta la verdadera razón a su hijo.

Así, cada diálogo no es de relleno sino importante y parte de un todo integral en el que conviene prestar atención para materializar los mensajes y sus metáforas.

Como si tal o cual cosa fuera una de las recetas en cuanto a suposición se refiera.

Subir a un tren, viajar, trasladarse de un sitio a otro puede ser algo rutinario para muchos. Un medio de transporte. Pero, para otros, podría configurar un universo desconocido y atrayente.

A veces hay que elegir quedar-se o trasladar-se. Bailar o acostarse mirando la vida pasar detrás de una ventana, imaginando que los sueños son para otros y no dándose cuenta que los sueños son de los que se atreven a hacer, a sacar un boleto sin destino y andar sudando sin desprecio.

Un trabajo actoral formidable, rítmico y muy bien logrado, bajo una dirección muy precisa y objetiva. Esto es lo que se consigue cuando se eligen las palabras con un motivo y fin específicos, sin perder de vista el sentimiento, el amor y la inspiración que cada frase significará en el universo imaginario de cada uno de sus protagonistas.

Dios aprieta pero no asfixia suele decirse y esta obra es su claro ejemplo. Una vez que el conflicto sea resuelto las vidas cobrarán o no sentido y proseguirán sus rumbos más concretos.

Funciones: Viernes 22 hs, Sábados 20 hs y 22 hs.

Teatro: El camarín de las musas.

Mariela Verónica Gagliardi

 

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Latin Lover

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Existen personajes en el mundo artístico que superan todo tipo de ficción. Tal es el caso del actor italiano Saverio Crispo (Francesco Scianna), un galán empedernido que arrasaba con hombres y mujeres por doquier. Ese ángel y encanto que tenía tanto al interpretar un rol en un film como en «vivo» con sus esposas, lo dotaba encantador. Tanto que en cuanto se reúnen sus viudas (con sus hijas y nietos) para homenajearlo, no demuestran odio ni rivalidades entre ellas. Todo lo contrario, se crea una atmósfera perfecta en la que un grupo de mujeres intercambia anécdotas, sueños, vicisitudes, suspicacias y esa admiración por Saverio.

Latin Lover (escrita por Giulia Calenda y Cristina Comencini, dirigida por ésta última) es una película con un encanto sublime, que te conquista desde el principio y hasta llegar al corazón. Con una estética de décadas pasadas, en tonalidades pasteles y con diferentes estilos musicales bien característicos de los sesenta.

El humor es el ingrediente esencial y primordial en esta historia en la que no solo se admira el trabajo fílmico de Saverio, sino la convivencia de estas particulares mujeres que darán mucho que hablar. Entre planos secuencia, primeros planos y panorámicos; Latin Lover se convierte en un recorrido sin igual que da ganas de seguir observándolo durante horas.

Con una calidad de imagen realmente impecable, una intercalación entre datos reales y anecdóticos en su justa medida (como para no convertir la comedia en un documental convencional). Utilizando recursos del drama y la comedia es posible imaginar el universo de Crispo a través de los relatos de sus ex parejas e hijas. Al no haber opiniones masculinas todo se vuelve una aventura feminista en la que se ensalzan las hazañas del encantador tano.

En medio de una tarde, previa a la proyección de la película en que se narra la vida del homenajeado, todos los trapitos se muestran -al igual que cada debilidad y dolor-. Como si alguien hubiera dicho “basta”, como si no aguantara más el llevar esa mochila tan pesada. Dar el ejemplo se torna inmoral y cada escena avanza por sobre quienes intentan perdurar ante todo el pasado. De repente, un hombre, un amigo de Saverio y su doble. Quien más lo conocía realmente y quien se detiene a narrar -durante la función- cada detalle que engalanará muy suspicazmente el film.

Existen varias frases que quedarán en el imaginario social de los espectadores, pero me atrevo a resaltar la siguiente: “Mis hijas son mis verdaderas mujeres”. Y en verdad así se hizo evidente durante la reconstrucción de cada retazo de la vida del actor. Sus mujeres-esposas solo fueron compañías especiales que no titubeó en reemplazar. En cambio, ellas, sus descendientes que tienen esa magia por el arte al igual que su padre. Claro que no llegó a conocerlas muy en profundidad a algunas de ellas y seguramente estaría feliz de saber quiénes son.

Son “amigas de desgracia”, según Ramona (Marisa Paredes), y utiliza estas palabras para dirigirse a Rita (Virna Lisi). Ambas se apoyan, se recuerdan cuando jóvenes, se desvisten sus intimidades y vuelven a empezar de alguna manera. En definitiva, el homenaje solo será un día, pero bien cargado de dramatismo no exagerado. Encuentros, desencuentros, separaciones, tensiones y el aporte de Pedro (Lluís Homar) que creará un antes y un después.

¿Se puede ser un galán a toda costa?

En el caso de Saverio, pareciera ser que sí. Inimputable, adorado por toda persona (de cualquier sexo) que se cruzara con él, enaltecido por su sonrisa y el talento para cantar y bailar deleitosamente.

Mientras todo se va desenvolviendo un periodista tendrá el honor de escribir (o mejor dicho de reescribir) la verdadera historia del galán.

¿Por qué contar solo una mirada cuando ya se tienen dos y bastante complementarias?

A la vez que las imágenes de “El secreto del coyote” y “El amante extranjero” continúan agregando sonrisas, desfachatez y romanticismo, todo llega a su desenlace. Como el entendimiento de que él ya no está vivo y que todos los recuerdos permiten imaginarlo por doquier, sentirlo, amarlo… como en las estrofas que suenan al final: passa il tempo e tu, dove sei con chi sei, tu non pensi a noi, ma io so che da me. Tornerai (pasa el tiempo y vos, donde estés con quien estés, vos no pensarás en nosotros, pero sé que de mí. Volverás).

Imposible no derramar lágrimas al escuchar esta canción titulada Tornerai (Nino Rastelli – Dino Olivieri), que resume la esencia del film y que viéndose de atrás para adelante podrían conocerse los aspectos más profundos del latin lover más popular del cine italiano.

Una película para atravesar, momento a momento, con el corazón abierto y pudiendo disfrutar de un elenco actoral increíble, de mucha trayectoria y de diferentes países europeos que es dirigido por Comencini con el enaltecimiento de conocer a cada artista y a cada personaje para exprimirlo al máximo.

Latin Lover será, sin lugar a dudas, un film que recorrerá el mundo. Su personaje ilusiona y todos quisiéramos que exista en la realidad real. Saverio es quien permite abrir la puerta de los años 60 y 70 de aquel cine -tan bien ejemplificado durante la historia- y brindar por esas producciones con un encanto especial.

ficha Latin Lover

Mariela Verónica Gagliardi

 

 

 

 

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Entrevista a Azul Lombardía

Doberman foto

Actriz de cine, teatro y televisión. Con una larga trayectoria que la convirtieron en una gran artista.

Ella es la autora y directora de la comedia dramática, Doberman, interpretada por Maruja Bustamante y Mónica Raiola. Esta pieza artística narra las vicisitudes, conflictos, problemas y demás asuntos íntimos, entre dos vecinas que parecen no conocerse demasiado.

Azul Lombardía, detalla cómo surgió la dramaturgia y cómo fue dándole forma hasta conseguir montarla en escena.

Al momento de escribir Doberman, ¿qué ideas se te venían a la cabeza?

Doberman fue escrita desde el diálogo. Se me venía el universo de estas dos mujeres y la charla entre ellas me fue llevando a la trama…

¿Pensaste primero en la historia y luego en elegir a las actrices indicados o al revés?

La obra la escribí en el 2009. Hice una lectura para un teatro una vez con unas actrices, después trabajé un tiempo con otras actrices pero muy entrecortado por temas de ellas y mío de otros trabajos y embarazos y etc…

Hasta que en el 2013 Matías Umpierrez que era el curador del ciclo de óperas Primas del Centro Cultural Rojas, y conocía la obra, me propone que la estrene en ese marco. Me entusiasmó mucho la idea porque el ciclo venía siendo muy bueno y con lo que cuesta montar en el teatro independiente, que te den un empujón y lo puedas enmarcar en fechas concretas es muy favorable. Así que, como las otras actrices estaban en otros proyectos, tuve que ponerme a buscar otras. Y de esa casualidad divina fue que encontré a las actrices actuales, con las que nunca había trabajado (ni ellas entre sí) y fue con ellas con las que terminó apareciendo la obra. Por suerte.

Tu puesta en escena tiene esa calidez de una cocina por la que entra el sol, y los diálogos de dos personas que existen en la vida real. ¿La identificación entre ellas y el público es uno de los factores que más buscaste aplicar?

No busqué la identificación. Son mujeres con discursos de un universo que me gusta indagar, mujeres que conozco, que tengo referencias de la vida real pero que son solo disparadores a un mundo que me abren. Quizás al tener signos tan particulares generan identificación.

Me encantan las puestas tradicionales en que no es necesario que los artistas se muevan constantemente. ¿Considerás que la dramaturgia se vuelve más efectiva gracias a esto?

Me gustaba la idea de recortar un pedazo de cocina de las afueras de una ciudad e incrustarla en un teatro. Ese dispositivo hiperrealista pero no tanto a la vez es el que me pareció mejor para contar la obra. No tiene grandes movimientos pero prepara un tuco y dobla una pila de ropa entera en lo que lleva la obra. La acción que trasforma de verdad es la que me gusta.

¿Tuvieron que observar y analizar las conductas de esta raza de perro para captar su esencia?

No, la verdad es que el laburo de Maruja en el final fue potenciar su propia «potencia» y hay algo animal que ya evocaba desde la actitud.

¿Por qué Doberman?

Es un nombre que se le ocurrió a mi marido y a mi me encantó. Creo que tiene fuerza y sintetiza mucho.

Si bien el timing del teatro y la tele son muy diferentes, sentí como si se tratara de una escena en la pantalla chica. ¿Considerás que este factor también ayuda a que los espectadores se metan en la historia desde el comienzo?

Y es un relato íntimo, sobre una situación íntima en un espacio reducido. Es espiar esa intimidad y todos somos un poco voyeur…

¿Perro que gruñe no muerde?

Nunca se sabe…

¿Cuántos secretos y charlas puede almacenar una cocina?

Todas y mil. Las cocinas tienen mucho poder. Por algo todos siempre terminamos pasando la mayoría de nuestro tiempo ahí…

¿Una comedia dramática para ver junto al marido o más bien entre mujeres?

Creo que es la mirada femenina de una charla de mujeres pero para nada excluye a los hombres. Es una historia, cuando está bien contada no importa que sea cercana. De hecho uno ve obras y películas y se conmueve con relatos que no tienen nada que ver con la vida de uno.  Es la humanidad y sus recortes lo que conmueve.

Mariela Verónica Gagliardi

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