Latina hasta en el alma
Una actriz llamada Frida León Beraud nos invita a pasar a la sala del Teatro Moscú, como si fuera su casa. Con una sonrisa, nos pregunta si tuvimos que viajar mucho para llegar, qué transporte utilizamos, etcétera.
Como tu vida, también la mía (escrita y protagonizada Frida León Beraud, y dirigida por Francisco Lumerman) es un recorrido por la vida de ella, un unipersonal que necesita serlo para mostrar y dar a conocer quién es Frida, cómo fue su transición hasta convertirse en actriz y cómo encontró su lugar en el mundo de alguna manera.
Su vida intenta ser un reflejo de la nuestro, invitándonos -como al inicio de la obra- a un espacio en el que tiene todo para que nos sintamos identificados.
Ella no habla solamente sino que utiliza música, títeres, videos y dibujos para que entendamos su vida, su universo personal y, la necesidad que tiene por atravesar diferentes lugares llevando su historia.
Un árbol genealógico es representado, imaginariamente, y cada uno de los miembros familiares descriptos. ¿Por qué interesa tanto una vida ajena?
Es el modo en que se representa cada partecita, cada momento importante, cada meta cumplida y cada recuerdo de la niñez guardado en el corazón. Este conjunto de vivencias todos las tenemos. Quizás similares, quizás opuestas, quizás diferentes… pero existen en cada humano y es ello lo que permite que querramos presenciar esta puesta en escena que tiene en su piso un mapa con un trazado, con líneas que envuelven a Frida en su propio mundo -el cual ya no precisa de divisiones geográficas-.
Con sus rulos despeinados, atados, prolijos o desprolijos; está parada, está en movimiento, está. Su presencia alegra y conmueve. No se puede explicar la sonrisa que, a todos, nos surge espontáneamente sin pensarla siquiera.
Un libro en movimiento, me recuerda a mi infancia. Me quedo en las anécdotas y siento que soy egoísta por pensar en mí en vez de en ella. Luego, me doy cuenta de que eso es Como tu vida, también la mía: identificación, proyección, enlaces.
De repente, la tía Doris se hace presente en un títere de mano muy bien confeccionado e interpretado. Los diálogos entre ella y su sobrina van atravesando diferentes momentos cotidianos y sus aventuras, las voces nos ubican en tiempo y espacio, no siendo indispensable nada más.
Frida, como directora de su propia obra, decide en qué momento subir la música, cuando silenciar el espacio, cómo hacer que quede todo improvisado sin ser demasiado así. Esta puesta es responsabilidad de Lumerman que hace que su figura no quede en el centro de acción, que la actriz se luzca, que todo parezca fabricado en el momento y la emoción aflore de nuestros poros. Es que cuando algo es real o lo parece, no existe el pensar cómo recibirá el público la propuesta. La propuesta abraza las butacas, con un manto de arte en el que todo se vuelve sentimiento-.
Suiza y Argentina parecen estar unidas por las diferencias. La prolijidad y la estructura parecen “enfrentarse” a nuestro país que por momentos debería tener un horizonte más fijo. Sin embargo, allá y acá el teatro es un puente por el que atravesar la vida, un modo de comunicación, una aventura, excusa y propósito para contar la niñez, para sonreír por cosas que ya no causan gracia y para intentar recuperar la alegría por lo más pequeño.
Eso es esta dramaturgia: una aventura por la vida, por espacios tapados por el polvo de los años, un intento por recuperar el tiempo perdido y la calidez de una mujer que da ese aliento en que se siente que nada está perdido. Que siempre hay fuerzas para seguir, proyectos por los que soñar y causas por las que luchar.
Como tu vida, también la mía tuvo que adaptarse a todo tipo de público para presentarse en el festival Theatre Shpektakel de Zurich y así quedó este formato adorado por grandes y chicos, por diferentes clases sociales que buscan su lugar en el mundo. En aquel mundo que gira, que Mafalda observa con tanto detenimiento y que todos los que ya fuimos pequeños anhelamos sea parte de nuestro diario de vida.
Ficha artístico-técnica
Idea, actuación y textos: Frida León Beraud. Dalang Puppencompany (Suiza), Dirección: Francisco Lumerman. Dramaturgia y traducción al alemán: Trix Bühler – Música: Simon Hostettler. Vídeo: Pablo Rodríguez Pandolfi – Folioscópio y dibujos: Basil Vogt – Diseño de luces: Ricardo Sica. Producción en Buenos Aires: Felicitas Luna. Asistencia técnica y de dirección: Ignacio Gracia. Vestuario: Fabiana Berghole. Producción en Suiza: Cristina Achermann
Escrito
en julio 24, 2015