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Seguramente los seguidores y amantes del blues, habrán escuchado nombrar a Mariano Slaimen.
Su armónica, logra definir un estilo muy especial en el cual se mezcla el Funk y Soul, principalmente.
Mariano se presentó, ayer, en Velma Café, junto a la R & Band; la cual está conformada por: Matías Méndez (Bajo), Mariano Sanci (Batería), Silvio Marzolini (Teclado) y Juan Manuel Torres (Guitarra).
Recorramos algunos de sus hitos como músico. Participó en el Chicago Blues Festival USA, Koh Samui Jazz & Blues Festival (Tailandia), John Lee Hooker Anniversary, San Francisco (USA). En Argentina, estuvo en La Trastienda, Teatro el Círculo (Rosario) y en el ND Ateneo.
Posee dos discos propios (Misty Blues, 2001 y Al límite, 2010) e intervino en ocho de importantes artistas nacionales e internacionales, a detallar: El jazz en las venas (Jorgelina Aleman), Gabriel Cabiaglia, Colors of the blues (Zakiya Hooker), Keep in it reel (Zakiya Hooker), Planeta Mongo (Silvio Bonnet), La Santa Rita (Mariano Gianni), Nasta Super (Tiempo perdido) y Bass Boost (Matías Méndez).
Su último disco solista, «Al Limite», de Soul y Funk, sale del molde convencional de la armónica donde se prioriza el groove y la melodía – con versiones propias y clásicos de Tom Jobim , Stevie Wonder e Ivan Lins.

Si no pertenecés a este pequeño gran mundo del Blues, tal vez no te interese esta nota. Pero si la estás leyendo, quizás te intrigue lo que está por venir.
Tocaron temas de su último disco “Al Límite”, en el cual intervinieron músicos muy destacados, que a su vez han estado junto a otros grandes artistas: Matías Méndez (Luis Alberto Spinetta), Jota Morelli (Fito Páez, Al Jarreau), Javierv Lozano (Luis Salinas), Álvaro Torres, Ayelén Zuker – con mezcla y masterización de Nacho De La Riega.
Nos trasladamos unas décadas atrás, para vivenciar una noche mágica, llena de swing. Mariano Slaimen no solo tocó la armónica de una manera romántica, sentida y placentera, sino que nos demostró que su voz también está preparada para el canto. De dónde saca tanto aire para no cansarse, es un misterio. Hasta a los cantantes profesionales se les siente la agitación en sus cuerdas vocales, cuando no oxigenan bien… pero este músico es un caso aparte.
Abrieron con el tema que le da nombre a su disco, a modo de introducción. Luego tocaron «Velas» (de Iván Linz) y continuaron con «24 de marzo» (con autoría de Matías Méndez).
Lo sorprendente del recital fue el diálogo que se estableció entre Guitarra y Armónica, super entretenido y dinámico. Esto es un fiel reflejo de que la palabra puede quedar en un segundo plano o silenciarse directamente.
También existieron conversaciones entre el Teclado, el Bajo y la Batería. Y, de esa forma, todos pudieron lucirse. Ninguno de los artistas intentó sobresalir por sobre el resto y eso fue maravilloso ya que un buen equipo precisa de compañerismo y no de competencia escénica.
Juan Manuel Torres, estaba feliz. Eso se le notaba en el escenario. Él y sus 6 cuerdas, establecieron durante todo el show, un vínculo muy estrecho, en el que se sonreían con el alma. Sin lugar a dudas, es el lugar de ambos y lo lograron transmitir al público, quien aplaudió todos sus solos.
Con respecto a Matías Méndez (Bajo), es músico sesionista y participó como artista en Escalandrum, Ernesto Snajer, Lito Vitale, Nico Cota, Santiago Vázquez y el grupo Ramón, Hora Cero, La Sandunguera, Guillermo Klein, Argentos, Las Zarigüellas y Bahiano, entre otros.
Y el Baterista, ¿a que no se imaginan quién es? Mariano Sanci. Quizás lo recuerden en el programa de Susana Giménez o en el grupo Sabrosas zarigüellas o junto a Soledad Pastorutti, Palito Ortega, Pablo Tamagnini, Puma Rodríguez, entre otros.
Por otro lado, Silvio Marzolini, además de ser un excelente pianista, tocó en Los Piojos y tiene su propia banda llamada Un perro y la vieja escuela del funk, tocó junto a Daniel Alambre Gonzáles, uno de los mejores guitarristas de la Argentina.
La noche siguió avanzando de la mano de «Inutil Paisagem» (una canción con estilo funk y en portugués). Pero un momento muy especial fue cuando Mariano le cantó a su hijo «Juan Cruz». El pequeño, en brazos de su mamá, estaba dormido, pero la melodía lo despertó y comenzó a aplaudir su homenaje.
También nos deleitó con «Let’s stay together», «Ta ta you Johnny guitar Watson», «Let’s get it on» y «Play your game Barry White».
Tuvimos la oportunidad de estar presentes en un recital instrumental y vocal, muy completo. Como siempre, uno se queda
con ganas de más y para eso escuchamos un solo de armónica, luego sonó un tema como del lejano oeste llamado del estilo de TBone Walker, en el que tuvimos que contenernos las ganas de bailar.
Llegando ya al final, nos dieron la sorpresa de invitar a Adrián Jiménez y Mariano Cabrera (armoniquistas), quienes fueron improvisando entre los tres, acompañados por el resto de los músicos.
Pero, la banda no querían irse y nosotros tampoco queríamos que lo hiciera, así que los sonidos siguieron reproduciéndose como en un mundo mágico, donde todo es bello, al son de «Funky blues» y «Shuffle».
Lo único que podría decir que le faltó al espectáculo es un espacio para que pudiéramos danzar junto a ellos. El resto, es uno de esos recuerdos para guardar en el cofre de la alegría y satisfacción.
Mariela Verónica Gagliardi
Escrito
en abril 25, 2017