Las luces disminuyeron su esplendor, el telón se abrió y las melodías de tango comenzaron a sonar.
Al instante ella hizo su aparición…
La cantante, Zully Goldfarb, comenzó entonando «Mano a mano», «Esta noche me emborracho», «La vitrina» y «Los pájaros perdidos». Los aplausos no pararon de sonar y sentí esas cosquillas en las palmas, al borde del dolor gustoso.
El clima de Velma Café iba haciéndonos entrar en calor y el pecho de cada uno estallaba, de alegría y potencia, al escuchar «Por una cabeza». Tuvimos la suerte de cantar, junto a ella, dicho tema al igual que «Nostalgias» ya que nos dieron, impresas, ambas letras. Luego, la milonga «Se dice de mí», el tango «Loca» y «El motivo», produjeron un atmósfera donde el entusiasmo reinaba por completo.
Realmente, es sorprendente, cómo todos estos temas tan conocidos en el mundo del tango por ser clásicos, no cansan, no pasan de moda y en la voz de Goldfarb cobraron vida, nuevamente. Ella, con sus rizos rubios y su sonrisa de niña feliz, nos presentó TangoBA, su nuevo espectáculo que estará hasta fines de septiembre.
Pero, ¿qué tiene ella que no tenga otra? Sin ánimos de comparar, puedo dar fe que, Zully, es especial porque no necesita demostrar lo que sabe, ya que lo transmite. No necesita decir quién es ni cuántos años lleva de trayectoria, porque es un ícono en el ambiente y quienes aún no la escucharon les doy la orden de que lo hagan, porque es increíble su puesta en escena.
A mitad del recital, ella fue a cambiar su vestuario, para deslumbrarnos con otro de sus impresionantes vestidos brillantes y, mientras, tuvimos el placer de ser acompañados por la orquesta, la cual tocó «Verano porteño» y «Libertango». Pablo Saclis, tuvo la habilidad de acariciar cada una de las notas de su piano, al son de estos tangos tradicionales, mientras dirigía a sus compañeros: Carolina Cajal (Contrabajista) y Rubén Slonimsky (Bandoneonista). Ambos músicos, también tuvieron una actuación muy destacable.
Así fue como el bandoneón marcó las canciones, el piano las llevó de la mano y el contrabajo les dijo a los dos dónde remarcar. Y como si esto fuera poco, también se hizo presente una pareja de bailarines para desplegar sus destrezas de tango-escenario.
Cuando Zully volvió a las tablas, nos deleitó con uno de sus tangos en idish («In der fintzter»). Nos contó, brevemente, la historia de cómo las personas que migraron a la Argentina, huyendo de la Guerra, compusieron estos poemas. Pablo, se dedicó a ultimar detalles y a hacer los arreglos correspondientes, como para incluir al Bandoneón y que suene más autóctono.
También pudimos escuchar » Qué buena fe», «Amurado», «Besos brujos», «Siempre se vuelve a Buenos Aires» y una yapa de dos temas más.
El espectáculo fue muy entretenido porque ella, no solo es cantante sino intérprete, lo cual es una fórmula perfecta, para el sentir de ella y nuestro, como público.
Esta Artista con mayúscula, lleva en su corazón el ritmo, desde pequeña: «No vengo de una casa de artistas, no vengo de una casa de cantantes, de músicos. Pero vengo de una casa donde se escuchaba mucho, música. Y, se trabajaba al lado de una radiecita y allá estaban esos tangos, esas novelas y todo lo que se escuchaba en esa época».
Las localidades cuestan $80.
El show es el domingo a las 20.30 hs.
Prensa: Ayni Comunicación.
Comentarios en: "Bien arrabalero" (1)
NOS GUSTO MUCHO EL REPERTORIO, LOS MUSICOS LOS BAILARINES.
TODO HA SIDO IMPECABLE. HAY UNA ENTREGA TOTAL, Y UNA VERDADERA PROFESIONALIDAD EN TODO LO QUE HACES.
RAQUEL