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Actualmente, existen muchas movidas culturales de diferente índole, para distintos públicos y que apuntan a un mismo propósito: enriquecernos artísticamente.
En estos tiempos en que todo es fugaz, repentino, en que los conocimientos son considerados uno de los valores más preciados, ya no alcanza con un capital obtenido ni con lo aprendido en una institución. El lenguaje callejero, el saber de las clases populares nos dotan de nuevos aprendizajes, nos revelan otros misterios y es acá cuando cualquier teoría planteada, se disuelve instantáneamente.
Si bien sigue existiendo discriminación por parte de algunos sectores sociales, la verdad es que la diversidad de propuestas permiten una unión que solo consigue erigirse como tal gracias al arte. El arte es el motor para que ricos y pobres podamos mezclarnos, para que lleguemos a acuerdos, para que dialoguemos sin sentir asco y para que intercambiemos experiencias.
Hay cosas que no se aprenden en la universidad ni en la escuela, sino saliendo a la calle, hablando con quienes deambulan por allí y si bien no estoy de acuerdo con la palabra inclusión; creo que es necesario que todos abramos cada vez más la mente y el corazón para darle el lugar a quien está fuera de esta sociedad que no solo es atravesada por la inseguridad sino por ideales y principios que se suponían perdidos.
Para bailar no hace falta tener dinero, basta con dejarnos llevar por melodías y no sentir que nadie es superior ni inferior. Nuestro cuerpo, como totalidad debe aunar todos los sentidos para darle pie a la cadencia, al movimiento, a la interpretación y a la oportunidad de juntarnos.
Antes era la danza clásica la considerada única danza, pero actualmente pueden mencionarse muchísimos estilos entre los cuales podemos retornar a esos orígenes que conformaban simplemente una ronda para bailar. Ya no existe tanta fragmentación entre lo que es y no es. Ahora, las sensaciones se apoderan de nuestra visual y nos dejamos llevar como si estuviéramos transitando por un mundo más elevado.
Ahora, los espectáculos artísticos no son todos para espectadores
pasivos sino que nos involucran, nos hablan o nos callan. Nos dan herramientas para que pasemos un momento único e irrepetible. Ahora, a diferencia de antes, los espectadores somos quienes marcamos las diferencias y depende de nosotros lo que nos llevemos, lo que transitemos, el valor con el que ingresemos y la apertura con la que permanezcamos.
El Teatro El Cubo, es un espacio ubicado en uno de los polos culturales más fuertes de la Ciudad de Buenos Aires que se caracteriza por un gran movimiento juvenil que renueva, mes a mes, las propuestas culturales permitiendo que nos involucremos con lo que desarrollan.
Esta vez le toca el turno a varios elencos de teatro, danza, arte plástico y música; para demostrar cómo la unión hace la fuerza. Cómo las energías en conjunto crean una contracultura.
Un Festival Constante (Creado y dirigido por Jesús Guiraldi) es eso y mucho mas. Es una muestra de cambio, de orgullo, de placer, de dos espacios simultáneos (interno y externo) que nos permiten elegir que presenciar, una libertad para ingresar a la sala o salir al exterior, una energía que fluye y se contagia.
Durante una tarde bastante calurosa, la adrenalina se vio, se sintió, estuvo, permaneció y consiguió ofrecer fragmentos de espectáculos muy buenos como: Los Nixis (de Alejandra Rubio), La Generala (de Damián Malvacio), Proyecto Event (de Mauro Cacciatore), La Comisión y Dime con quién andas (de Víctor Campillay). Sumado a estas piezas culturales, tres DJ y un VJ se lucieron a lo largo de las horas, decorando el patio de El Cubo y acompañando a las performances de danzas que tuvieron lugar en el escenario al aire libre.
En cuanto a las puestas en escena dentro del teatro, sus excelencias, esplendor y movimientos consiguieron darnos un valor supremo. Qué importante es que exista variedad para que la danza convencional sea venerada pero también la contemporánea consiga su espacio. Diferentes grupos desfilaron por las tablas, montando experiencias diferentes, sin prestar demasiada atención a la perfección de sus pies, a las caídas, a los movimientos sino centrándose en que sus cuerpos se desplacen y se abran al universo. También, la perfección tradicional nos deleitó.
Sin lugar a dudas, Los Nixis con sus canciones consiguieron captar a un gran público infantil para su próxima temporada y todo lo vivido en el Festival pudo concebirse en la idea de unidad. Unidad de lenguajes diferentes que evocan ansias por hacer lo que se ama y nada más.
Con respecto a una de las finalidades de esta producción, un porcentaje del dinero recaudado durante esta jornada será destinado a la ONG El hormiguero para que puedan construir una radio comunitaria en Villa Fátima.
Para seguir mencionando lo que implica introducirse en este tipo
de proyectos, el Director de El Cubo, Jorge Vidoletti, estuvo charlando con Sabor A Teatro y sus palabras parecieron transformarse en más energía y esperanza por avanzar hacia objetivos artísticos.
El mundo del arte y el mundo económico cada vez se juntan más. Desde la postmodernidad hasta ahora, ya no se piensa al arte fuera del mundo económico. Y, además, el mundo económico se está apropiando del mundo del arte y le está dando valor. Basta con que veas las subastas que hay en Estados Unidos de los millones y millones de dólares que cuestan cosas que pareciera que son para guardar en una botica de antigüedades. Esto está pasando como un fenómeno en el mundo y no es fácilmente entendible. Lo que pasa es que, paralelamente, la psicología cultural, la antropología cultural, como la filosofía del arte, están descubriendo, popularizando la idea de que verdaderamente el arte es la posibilidad de la mente más evolucionada. El arte es el desarrollo del pensamiento más integral y más potente que hay. Quiero decir: el mejor científico debe ser un artista para ser el mejor científico.
A esta altura podemos decir que en cada familia hay un artista y si no está consagrado, está en proceso de serlo.
Por suerte ya no se desvaloriza tanto como antes.
Cuando yo era chico y decías: voy a ser artista. ¿Y qué más?
Y si querías ser músico tenías que ir al conservatorio. No había nada alternativo, era todo lo oficial.
Hoy veo técnicas hindúes… faltan las marcianas. En Buenos Aires, por ejemplo, cada día me encuentro con una nueva técnica de danza.
Es mágico lo que suelen hacer acá. Los espectáculos cuando van mechando la danza contemporánea con el teatro con lo musical… se logran ver puestas en escena que en otros lados no.
Desde el arte tinellesco hasta el arte más sagrado, el más hermético o el de más difícil difusión tiene un lugar en la sociedad. Y tiene un desarrollo humano que va en camino de crecimiento, de ampliación de la conciencia humana que hasta hace veinte años no teníamos en cuenta.
Hay público para todo y eso es lo lindo.
Y en ese sentido, el crisol de razas de Buenos Aires o la babel que es Buenos Aires es increíble. De todo el mundo yo recibo gente acá (de países europeos) y todos quedan maravillados y algunos se quedan a vivir porque no pueden creer que sea una fiesta continua.
Cada vez hay más gente de Europa que viene para acá y se queda.
En ese marco social e histórico en el que estamos, yo encuentro innumerables productos muy jóvenes que son de un valor artístico impresionante.
El arte es algo que se contagia.
Contagia felicidad.
De repente, un médico, no sé si le puede contagiar a su hijo las ganas de estudiar medicina.
El 80% de las familias somos disfuncionales.

Es que por suerte la mayoría somos disfuncionales, para tener esa locura -bien concebida-, esa búsqueda, esa cosa más “anormal”.
La pasión pasa por ahí. El arte es pura pasión. No hay ningún músico, violinista, actor ni bailarín que a los doce años cuando decide serlo diga “yo con esto me voy a llenar de plata”.
Cómo hacemos para contener, organizar y hacer producir todo esto. No simplemente por el hecho de estudiar se es un artista. Verdaderamente artista es el que tiene una sensibilidad que hace que el público se conmueva.
El pull de arte viene a reunir a la sociedad civil, la sociedad económica, la sociedad clase media con todos estos artistas. Seleccionamos un proyecto, lo potenciamos, lo organizamos, lo dirigimos y lo coordinamos. Y cuando consideramos que está listo, es porque ya puede tener un rédito económico. Entonces, buscan a alguien de la sociedad civil que quiera invertir en arte.
Es una inversión.
Invertís y ves cómo va la cosa en cuestión de dos, tres años. Tiene todo un pronóstico de rentabilidad. Los márgenes de error van a ser muy pocos.
Además, en esta zona tan estratégica. El Abasto es uno de los focos artísticos más fuertes, mucho más que Palermo.
Tiene barrio, tiene tango.
Un adoquín.
Tiene una cosa fundacional. Gardel vivía acá en la esquina.
Tiene historia.
Y acá había cuchilleros y todo ese tipo de cosas que inspiraban a las letras del tango.
La realidad esta acá.
Los que hacían el tango eran todos estos forajidos. El símbolo es verdad, no casualidad.
Es un barrio no artificial, es lo que pasa.
¿Cómo fue el tema de las charlas previas y el ponerse de acuerdo para este primer festival con esta causa tan solidaria, para que puedan hacer la radio?
El pool de arte es la última novedad que estamos tratando de instalar para el 2015.
Yo cuando trabajo, trabajo todo en cinco minutos. Si no es en cinco minutos, no va a funcionar. Por una cuestión de empatía con la gente.
Tengo una amiga que es fotógrafa que le encanta sacar fotos de danza. Me dice un día: vamos a ver al teatro de Tolcachir Una constante. Me presentó a Jesús y lo invitó al Cubo, diciéndole que tenía unas ideas para comentarle. Así fue como le mandó a su asistente porque tenía programado un viaje a Sudáfrica. Al reunirse con ella, lograron darle más importancia a la parte de danza. Idearon fabricar una especie de colectivo para trasladar las funciones a las plazas conformando una unión entre La Constante y Cubo Manía; y con eso van a promocionar el pool de arte. Esto estaría preparado para febrero del próximo año.
Cuando aparece el tema de la plata todo se vuelve más mezquino, miserable y egoísta. La plata empieza a reemplazar a la potencia del deseo.
El dinero tiene que ser un resultado.
Lo mejor es trabajar en esta función, en esta empatía inicial que si eso fluye y esa potencia se desarrolla, la economía viene sola.
Y, como resultado de esta cadena de gratificaciones, el director del
festival, respondió unas breves preguntas antes de continuar corriendo de un extremo al otro, viendo qué necesita cada grupo, estando en todos los detalles y con una sonrisa dibujada en la cara de principio a fin.
Llegando casi al final de la jornada, me crucé con Jesús, quien ya estaba un poco más relajado como para brindarnos unas palabras.
¿Cómo surge el Festival Constante, cómo fue la organización?
Un Festival Constante surge por el hecho de generar un espacio con amigos de diferentes puntos de la danza, del arte, para juntarnos y despedir el año todos juntos. El fin es ese.
Vos venís, hace tiempo, desarrollando todo lo referido al movimiento corporal.
Yo soy bailarín, docente, coreógrafo. Tengo 26 años, hace veinte años que me enamoré de la danza. Este año fue un año muy particular, donde las oportunidades para mi grupo La Constante se han abierto y este espacio, justamente, es una de las oportunidades que se dieron.
Este es un encuentro para expresarse, para pasarla bien, para estar con amigos y, por sobre todas las cosas, para bailar.
Mariela Verónica Gagliardi
Fotos del Festival Constante
Escrito
en junio 22, 2017