*** ENERO 2023 ***

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Tozsamosc

TozsamoscMe puse a hurgar en ella y apareció la historia de amor y desamor de mis abuelos, dos que están atravesados por la guerra, el desarraigo, el abandono, la no adaptación, las flaquezas y fortalezas humanas.

Autoría: Carolina Calema

Actúan: Badía Albayati, Marcelo Xicarts

Vestuario: Alejandra Robotti

Escenografía: Esteban Siderakis

Iluminación: Paula Fraga

Ambientación Sonora: Ezequiel Menalled

Audiovisuales: Julieta Paz Montorfano

Fotografía: Mailén Pankonin

Diseño gráfico: Carmen Gómez

Asistencia de dirección: Ishtar Paz Pineda

Producción ejecutiva: Sandra Paradiso

Producción general: Karin Höhn, Calema Producciones

Dirección: Carolina Calema

Duración: 70 minutos

Clasificaciones: Teatro, Adultos

ESPACIO CALLEJÓN

Humahuaca 3759 – CABA

Teléfonos: 4862-1167

Web: http://espaciocallejon.com/

Entrada: $ 350,00 – Miércoles – 21 hs – Hasta el 30/10/2019

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La celestina

La celestinaLa Celestina ha recibido el Segundo Premio al Mejor Espectáculo y Mención Especial del Jurado a la Adaptación y a la Escenografía en el Festival TEA Escena Abierta de Toledo.Hemos participado en el Festival Clásicos en Alcalá 2009, en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro 2010, Clásicos al Abierto en la Comarca Hoya de Huesca 2010; en Las Jornadas del Siglo de Oro en Almería 2010, hemos sido invitados para abrir la Convocatoria Unipersonales Adán Buenosayres 2011 en Buenos Aires, Argentina, y hemos realizado una breve Gira en Buenos Aires. XIV Festival Internacional de Teatro de La Habana (2011). Compañía profesional invitada a la Clausura Certamen de Teatro Clásico de Moratalaz «La vida es sueño» 2012.

LA CELESTINA es considerada modelo impecable de tragicomedia. En los 21 actos que la componen, Fernando de Rojas mezcla elementos cómicos y trágicos puros, logrando una nueva dimensión dramática. La obra es la respuesta española al Renacimiento. Su autor supo introducir todos los elementos posibles de españolidad, mezclados con un nuevo erotismo que nada tiene que ver con la Edad Media, un desenfrenado deseo de placer, junto a ambiguas notas antirreligiosas.

LA CELESTINA es una obra tomada del personaje del mismo nombre que, en su baja y plebeya vulgaridad, personifica el genio del mal. Es el libro español que, después del Quijote, más se ha difundido y celebrado, y es a su vez, como composición dramática (“acción en prosa”), la obra más significativa y profunda de los orígenes del teatro moderno.

CALEMA PRODUCCIONES

Autoría: Fernando de Rojas

Versión: Darío Galo

Intérpretes: Carolina Calema

Vestuario: Elena Colmenar

Escenografía: Elena Colmenar

Iluminación: David Amandi

Realización de máscaras: Calema Producciones

Música original: Renato Di Prinzio

Sonido: David Amandi

Producción: Calema Producciones

Dirección: Darío Galo

Este espectáculo formó parte del evento: Rebeldías

Web: http://www.calema.es

Duración: 70 minutos

Clasificaciones: Títeres, Unipersonales, Adultos

ESPACIO CALLEJÓN

Humahuaca 3759 – CABA

Teléfonos: 4862-1167

Web: http://espaciocallejon.com/

Entrada: $ 350,00 / $ 290,00 – Lunes – 20:30 hs – Hasta el 26/08/2019

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Lo que no mata, fortalece

La fragilidad del cielo8

La fragilidad del cielo (escrita y dirigida por Anahí Ribeiro) es una pieza teatral exquisitamente romántica, sutil, prolija, de alto vuelo y que genera todo tipo de sensaciones a lo largo de la gran historia.

Ya de por sí, la distribución del espacio escénico es circular; lo cual permite que los espectadores nos ubiquemos muy cerca de lo que acontece. Estamos, de hecho, ahí mismo. Sintiendo, vibrando e imaginando lo que vendrá.

Me fascina este tipo de teatro artesanal, sobre todo porque no abunda.
Anahí Ribeiro supo crear mágicamente una narración dramática, dulce, tierna y con todo lo que tiene que tener una obra de teatro de este género.

Tres personajes: Odell, Bruno e Ilse irán interpretando La fragilidad del cielo que resulta ser conmovedora desde todo punto de vista.

Odell (Silvina Katz) es la hermana mayor de Bruno (Daniel Begino), un hombre que se está quedando, de a poco, ciego; quien es escritor y sufre por su padecimiento. Es así como Odell contrata a una dama de compañía llamada Ilse (Heidi Fauth), quien logra un lazo muy fuerte con él. Un vínculo que podrá ser juzgado por Odell y a la vez autorizado.

Todo lo que ocurre en esta obra es tan noble como el trágico final. Ningún diálogo está forzado ni es redundante, motivo por el cual todo transcurre como en una verdadera historia épica en que las sensaciones y miradas podían generarse y vislumbrarse en todo momento y sin una prueba contrarreloj.

La fragilidad del cielo se disfruta, y tuve la impresión de que podría existir una segunda parte (y varias más).

Todas las palabras escritas y distribuidas por el suelo, el olor a mugre (que se percibe pero no se huele, lógicamente) el estancamiento, el olvido de todo lo que debería ser pero (simplemente) no es por diversos motivos. La paciencia para acostumbrarse y naturalizar todo lo más horrible posible. Lo desagradable, lo temido, la postergación y le degradación humana están presentes.

Como contrapartida, el amor que hace renacer, que ilumina lo oscuro y podrido.
Es un verdadero rito a la vida, a la verdadera vida en que no se oculta lo negativo sino que se observa para ser reparado. Adoro que pueda sentirse bien como mal.
Me enamoré, debo decirlo, de la escritura, de las actuaciones de Heidi Fauth, Silvina Katz y Daniel Begino. Y digo esta palabra porque es descomunal el trabajo que hacen en escena. Los tres personajes son creíbles y gracias a ello podemos recorrer junto a ellos todo lo acontecido. No hay sobre exageración ni falta de interpretación. En la medida justa y perfecta transitan por sus pesares, iluminan lo olvidado, se repliegan y florecen a la vez.

Poesía pura y notable, abrazos reparadores, ambiente frío y desolado que necesita ya mismo una cortina transparente para ver los rayos del sol.
Resulta desesperante cómo la tensión de Bruno crece de momento a momento, buscándose, reconociéndose desde un nuevo lugar, queriendo volver el tiempo atrás para ver con los ojos pero asumiendo (quizás) que no siempre hacen falta. El calor, el frío, todo puede contemplarse y vivirse sin la mirada del iris. Estamos tan acostumbrados a eso que si nos faltara tendríamos tanta desesperación a punto de.

El vestuario, la tenue iluminación, hasta la espalda desnuda o con ropa ya generan algo.

Todo lo presente y ausente son significantes en este mundo tan hostil.

La palabra a veces ahuyenta y, otras, atrae. Esto queda demostrado. Así como los secretos más profundos que se revelan de la manera menos esperada, dejando atónitas a algunas personas.

La fragilidad del cielo demuestra cómo lo más rígido es aquello que se rompe en mil pedazos, como una tormenta que suavemente nos trae aire fresco después de una gran presión atmosférica.
Como un cristal a punto de caerse pero que puede evitarse.

Dramaturgia y Dirección: Anahí Ribeiro. 
Función del 28/7. Espacio Callejón.

Mariela Verónica Gagliardi

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Sonreí para la foto

Una familia feliz1

Todas la queremos, la perseguimos, la deseamos pero, pocas veces, podemos alcanzarla tal cual la imaginamos. Quizás sea porque nuestra mente es capaz de imaginar la perfección, lo ideal…

Una familia feliz (escrita por Javier Naudeau y dirigida por Federico Bruso) es un cachetazo a la realidad. Es como un “¡despertate que es tarde!”.

Heidi Fauth protagoniza a Raquel, una madre soltera que hace absolutamente de todo para conseguir sus caprichosos propósitos. Podría decir que no tiene demasiada conciencia y eso es lo que más llama la atención a lo largo de toda la dramaturgia.

Esta mujer se las trae con su temperamento ambiguo y deleitante. Atrae, seduce, propone y se desmorona -en breve- para volver a levantarse. Un personaje muy difícil de interpretar y que ella lo consigue con su virtuosismo.

Como si la realidad no fuera ya de por sí dura, tiene un hijo adolescente al que no le da demasiados buenos ejemplos. Y es que ella no puede ni siquiera con ella misma. Hace lo que puede entre vaso y vaso de alcohol. ¿Qué se le podría exigir?

Un living es el lugar en el que transcurren casi todas las escenas centrales, un sitio que alberga todo tipo de conflictos (algunos menores y otras casi imposibles de resolver con whisky).

Ella no es irresponsable, no es infantil, no es poca madre. Simplemente es lo que le permitió su pasado y que no pudo cambiar en el presente. Está sola. Más allá de tener a su hijo (Pedro Maurizi) y de querer fabricar un mundo ideal. Está en soledad porque no comprendió aún de qué se trata vivir. No comprendió que la excelencia no puede darse siempre y que los mandatos sociales y culturales tienen un nivel que logra deprimir a toda alma que no encuentre aún su rumbo.

Esta sociedad no ayuda, hunde.

Una familia feliz es una comedia dramática y, al menos, permite que respiremos risas en muchísimos momentos de la obra de teatro. Lo irrisorio es que este tipo de vínculos, como los que se suceden en la puesta; existen. Y en muchos casos.

Avanzar hacia adelante como quien camina sin recorrer algo. Poniendo curitas a las heridas, tapándolas para imaginar que no existen hasta que se desate una catástrofe.

Un padre para su hijo, sin importar quién o para qué. Un hombre, ¿no?

Sociedad patriarcal que se derrumba, que ya no tiene sentido. Y que, probablemente, nunca lo haya tenido.

Un niño que crece, que tiene que ocuparse de cosas que no le corresponden.

Pero, ¿qué es lo correcto o normal o?

Estafas, inmoralidades y varias situaciones contempladas en un abrir y cerrar de ojos. Papeles de regalo y bolsas de shopping que siguen en la misma línea lo idealmente adecuado para el capitalismo.

Uno, dos, ninguno. ¿Para que un hombre en casa? ¿Por deporte?

Emborracharse para disimular la angustia y tristeza de una vida que se desmorona, perjudicando (sin querer) a quien convive con ella.

Sensaciones tensas, información oculta, burlas constantes y la realidad que se planta para no irse más.

Rodrigo Paredes y Diego López Domínguez encarnan a dos hombres opuestos entre sí pero, a la vez, muy parecidos cuando se trata de engaños.

Hombres sin códigos y una “frágil” mujer que también aprovecha los momentos para vengarse de su miserable y penosa vida.

¿Hay algo que el dinero no pueda comprar?

En esta genial y entretenida historia podemos comprobar que lo cotidiano sí y que es lo que Raquel busca para solucionar el minuto a minuto. Las horas que disfraza con placer y cada vez más tragos. ¿Tiene sentido?

Contratar a alguien para su objetivo es lo que nos mantendrá ocupados a lo largo de la función y lo que hará que reflexionemos entre tanta adrenalina.

Alquilar para prescindir cuando se quiera, sin explicaciones. ¿Es tonta?

A veces es preferible que una copa sea la compañera ideal y delirar el presente como si la vida fuera parte de una ficción contemplada.

¿Dónde está la línea entre lo real y ficticio?

Comer para no tener hambre, amar para sentir el corazón contento y hacer el amor para que el cuerpo galope.

Raquel es una de tantas y, probablemente, una fiel figura de tantas mujeres que siguen atadas al deber ser para aparentar lo que no quisieran jamás tener.

Dramaturgia: Javier Naudeau
Actúan: Heidi Fauth, Diego López Domínguez, Pedro Maurizi, Rodrigo Paredes
Dirección: Federico Buso
Funciones: Sábados, 21 hs
Espacio Callejón

Mariela Verónica Gagliardi

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«Las viajantes», de Ezequiel Tronconi

Las viajantes

En un mundo donde solo nacen mujeres y hay reiteradas catástrofes naturales; el amor las envuelve y fortalece en su movilizante viaje.

Dramaturgia: Ezequiel Tronconi

Actúan: Daryna Butryk, georgina frescó, Julieta Gonçalves, Veronica Intile, Julieta Koop, Carolina Kopelioff, Julia Morgado, Bianca Oliveti, Sheila Piccolo, Camila Saggio, Cumelen Sanz, Luna Schapira, Macarena Suarez, Denise Yañez, Ailin Zaninovich

Vestuario: Camila Castro Grinstein

Escenografía: Pablo Calmet

Iluminación: Pablo Calmet

Música original: Alejandro Kauderer

Fotografía: Nacho Lunadei

Arte digital: CEROKILLS

Diseño gráfico: Luna Schapira

Asistencia de dirección: Antonella Groppa

Prensa: Marinha Villalobos

Colaboración artística: Luis Fontal

Dirección: Ezequiel Tronconi

Web: https://www.facebook.com/las-viajantes-1271721156245721

Duración: 80 minutos

Clasificaciones: Teatro, Adultos

ESPACIO CALLEJÓN

Humahuaca 3759 – C.A.B.A. (mapa)

Teléfonos: 4862-1167

Web: http://espaciocallejon.com/

Entrada: $ 350,00 – Lunes – 21:00 hs – Hasta el 25/03/2019

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Nacho De Santis estrena «Gallo», en Espacio Callejón

GalloEl horizonte no es más que una línea recta, hasta que echamos a andar.

A fines de los 80´, en un pueblo del interior del país, existe un barrio alejado, en él, sobre la última manzana, una casa humilde en donde viven Julián, su madre Ana y su abuelo Claudio. Frente a ellos se abre el campo como el mismo infinito, no hay límites para la vista, sólo un gallinero marca los bordes de donde es imposible escapar. Esa mañana el amanecer es diferente, el gallo no canta, desaparece y deciden hacer guardia hasta esperar al ladrón, los cazadores están sueltos, mientras la amenaza en el pueblo es inminente. Julián y Marcos, su amigo de enfrente, recién llegado de la ciudad, quien le trae un mundo nuevo, adolecen ante la mirada de quienes creen que el amor es “la peste”.

Actores: Adriana Ferrer (Ana), Luis Gutmann (Claudio), Valentino Grizutti (Julián) y Juan Cottet (Marcos).

Música: Matías Niebur – Nicolás Bari

Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez

Diseño de luces: Ricardo Sica

Vestuario: Marisol Castañeda

Fotos: Sol Schiller

Diseño gráfico: Sergio Calvo

Asistencia coreográfica: Pablo Errante

Maquillaje: Elisa Bressán

Supervisión dramatúrgica: Javier Daulte

Prensa y difusión: Carolina Alfonso

Asistencia de dirección: Luciana Becerra

Producción: Lucho Valenzuela

Dramaturgia y dirección: Nacho De Santis

Estreno: 8 de febrero de 2019.

Funciones: viernes 20 hs.

Duración: 75 minutos.

Espacio Callejón

Humahuaca 3759, 4862-1167

Reservas y compra de entradas: www.alternativateatral.com

Valor de la entrada: $ 330 y $ 290 (descuentos a estudiantes y jubilados).

Venta anticipada con descuentos.

Palabras del director

Había una vez un campo, un grupo de chicos jugando y una casa de cemento sobre el borde de la calle. Un escenario perfecto para observar y apropiarse, lleno de detalles y formas extrañas. Criarse alrededor de un gallinero es un sello para siempre: su olor, sus ruidos, sus gritos, el piar de los pollitos y el verlos crecer, para más temprano que tarde amanecer al canto de los gallos.

La escena trae al teatro ese espacio particular dispuesto igual al de la realidad, ordenado de forma tal que podamos ver en el público el horizonte, lo que se abre ante los ojos de los personajes, lo ajeno, lo extraordinario. Dentro de la escena todo es hostil, la pobreza estética y personal es parte de los personajes principales. El pesado calor del húmedo litoral acompañado por la música folclórica interpretada por el bandoneón que enuncia el ambiente externo y el sonido del bombo describiendo el latido de lo interno. Los personajes son extraídos del mundo real para ser sumergidos en una ficción a partir de vivencias personales que recorren el mundo de la adolescencia, el amor, la poesía, el despertar sexual, la familia como espacio contenedor y asfixiante, los amigos como escape y las promesas teñidas de secretos. La obra expone la necesidad imperiosa de rotular las cosas de forma categórica anulando la posibilidad de que sean solo emociones imposibles de ser descriptas por la razón.

Un poema adolescente desdoblándose en el espacio para convertirse en un hecho teatral.

Nacho De Santis

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La rabia en el FIBA

La rabiaLlueve tormentosamente en el delta del Paraná. Un grupo de jóvenes misioneros, guiados por el padre Francisco, llegan a un galpón abandonado, junto a la capilla del pueblo. Allí se encuentran con Coleta, la encargada del lugar, quien tiene una herida grave en la pierna tras haber sido mordida por su perro. En esta noche solidaria, ni la fe, ni la voluntad alcanzarán para salvarlos. Aunque ninguno pueda notarlo, la rabia está creciendo dentro de ellos.

Este espectáculo cuenta con el apoyo de MECENAZGO CULTURAL de la Ciudad de Buenos Aires.

Este espectáculo cuenta con el apoyo de PROTEATRO.

Este espectáculo cuenta con una Beca de Creación del Fondo Nacional de las Artes.

Este espectáculo formó parte del evento: VICENTE LÓPEZ en ESCENA l Segunda edición como Work in progress

Ficha artístico-técnica

Dramaturgia: Juan Pablo Galimberti

Actúan: Valeria Di Toto, Enrique Dumont, Francisco González Gil, Franco Moix, Luciana Vitale

Vestuario: Agustina Filipini

Escenografía: Juan  Pablo   Galimberti

Iluminación: Soledad Ianni

Espacio escénico: Juan Pablo Galimberti

Video: Luis Muñoz, Carolina Romagnoli

Música original: Nicolás Ferrero

Fotografía: Luis Muñoz, Carolina Romagnoli

Asesoramiento dramatúrgico: Javier Daulte

Asistencia de dirección: María Sztajnszrajber

Producción ejecutiva: Mariana Morán Benitez

Dirección: Juan Pablo Galimberti

Este espectáculo formó parte del evento: VICENTE LÓPEZ en ESCENA l Segunda edición

Este espectáculo formó parte del evento: 12 Festival Internacional de Buenos Aires – FIBA 2019

Web: https://www.facebook.com/larabiaobra/ o

https://www.instagram.com/obratrilogiadelafe/

Duración: 70 minutos

Clasificaciones: Teatro, Adultos

ESPACIO CALLEJÓN

Humahuaca 3759 – C.A.B.A. (mapa)

Teléfonos: 4862-1167

Web: http://espaciocallejon.com/

Jueves – 21:00 hs – Desde el 07/02/2019

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«De los héroes que no aterrizan en las islas de los cuentos», de Pilar Ruiz

De los héroes que no aterrizan en las islas de los cuentos

La vida a comienzo de los 80’. Argentina. Música, discos, rock. Una juventud ávida de mundo. Lo vedado. Una guerra. El amor.

Mientras los objetos se niegan a ser embalados y la música vibra cuando las palabras se vuelven frías, dos jóvenes buscan encontrarse. Julio y Cecilia. El tiempo detenido, y en una pequeña habitación, el intento de volverse héroes.

– Este espectáculo se presentó en el Festival Novísima Dramaturgia 2017.

Dramaturgia: Pilar Ruiz

Actúan: Sharon Luscher, Juan Tupac Soler

Diseño de vestuario: Eliana Itovich

Diseño de escenografía: Eliana Itovich

Diseño de luces: Lucía Feijoó

Realización de escenografia: Santiago Rey

Video: Francisco Castro Pizzo, Ignacio Codino

Fotografía: Francisco Castro Pizzo, Ignacio Codino

Diseño gráfico: Juan Pablo Rodríguez

Asistencia técnica: Bruno Quiroz

Asistencia de dirección: Camila Comas

Producción: Lugar Otro Estudio Teatral, Poética Resiliencia

Dirección: Pilar Ruiz

Este espectáculo formó parte del evento: IV Festival Novísima Dramaturgia Argentina del Centro Cultural de la Cooperación

Web: http://www.poeticaresiliencia.com

Duración: 60 minutos

Clasificaciones: Teatro, Adultos

ESPACIO CALLEJÓN

Humahuaca 3759 – C.A.B.A. (mapa)

Teléfonos: 4862-1167

Web: http://espaciocallejon.com/

Entrada: $ 330,00 / $ 290,00 – Viernes – 22:30 hs – Hasta el 29/03/2019

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Entonces la noche, de Martín Flores Cárdenas

entonces la nocheHubo un tiempo en el que los atardeceres invernales inspiraban paz e ideas románticas. En la época en la que sucede esta obra, en cambio, la inminente llegada de la noche trae consigo miedo e incertidumbre. Estos cuatro personajes se sumergen en la oscuridad de una ciudad arrasada sin saber muy bien qué están buscando ni con qué se pueden encontrar. Presentada originalmente en el 2018 en la sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza producida por Pablo Kompel, Entones la Noche de Martín Flores Cárdenas fue una rareza dentro del circuito comercial. Forma parte de la programción del Festival Internacional de Buenos Aires 2019 y se puede ver con elenco alternativo (integrado por actores notables del circuito independiente) en el Espacio Callejón sólo por unas pocas semanas.

Ficha artístico-técnica

Autoría: Martín Flores Cárdena

Actúan: Florencia Bergallo, Ezequiel Díaz, Juliana Muras, William Prociuk

Músicos: Julián Rodríguez Rona, Fernando Tur

Diseño de vestuario: Alicia Macchi, Ana Markarian

Diseño de escenografía: Alicia Leloutre

Diseño de luces: Matías Sendón

Música original: Fernando Tur

Vestidores: Héctor Ferreyra

Fotografía: Estudio Alejandra López

Comunicación visual: Milwatss, Gabriela Kogan

Comunicación Digital: Bushi Contenidos

Asesoramiento De Movimiento: Manuel Attwell

Asistencia de dirección: Mariana Binder

Distribución: Leila Barenboim, Mireia Gràcia, Gabriela Marsal

Producción gráfica: Romina Juejati

Producción ejecutiva: Carla Carrieri

Producción: Leila Barenboim, Mireia Gràcia, Gabriela Marsal

Producción general: Pablo Kompel

Dirección de Producción: Ariel Stolier

Jefe de escenario: Mariana Binder

Dirección técnica: Jorge H Pérez Mascali

Dirección: Martín Flores Cárdenas

Duración: 80 minutos

Clasificaciones: Teatro, Adultos

ESPACIO CALLEJÓN

Humahuaca 3759 (mapa) – C.A.B.A. – Argentina

Teléfonos: 4862-1167

Web: http://espaciocallejon.com/

Lunes – 21:00 hs – Del 21/01/2019 al 18/02/2019

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La puta no tiene casa

Ph: Pablo Tesoriere

Una gran obra puede ser inmensa aún repitiendo fórmulas, temas y sentidos. En definitiva, de lo que se trata es de transmitir, de llegar a un público específico y analizar momentos.

Este es el caso de la comedia dramática Lo único que hice fue jugar (escrita y dirigida por Sebastián Irigo). Una obra realmente conmovedora en la que podemos transitar diferentes clímax -recreados musical y coreográficamente-, en los que las actuaciones comprometidas logran plasmar temas controversiales en nuestra sociedad: el de ser mujer, madre, esposa, ama de casa, trabajadora y mucho más. El de ser niño e hijo. El de ser menor y tener que absorber los problemas de adultos. Patinar, correr, danzar, cantar o entregarse al dolor.

De repente apareció Gerardo Chendo, intepretando a Manuel (un niño de ocho años), a un adulto de 40 y narrando su versión de los hechos. Entonces, todas las décadas que transcurrieron se encargaron de convertirlo en quien es hoy, en lo que es.

Quien crece, sufre. Quien juega se abstrae.

Mientras todo sucumbía en el hogar, él se ponía a jugar. Mientras sus padres discutían problemas graves, él se convertía en un súperhéroe. Mientras Adriana (Josefina Scaglione), su hermana mayor, salía sin dar demasiadas explicaciones, repetía modelos impensadamente y su otro hermano, Ignacio (Sebastián Politino) seguía acumulando obsesiones; él pretendía disfrutar de su niñez. Como si cada momento hubiera podido transformarse en un pentagrama gigante sobre el que conviene cabalgar cada tarde y noche.

Al tiempo que todo lo modificaba y, sin embargo, a este ser tan encantador se encargaba de conservar como en una cajita de cristal.

¿Qué ocurre con los hijos cuando un matrimonio llega a su fin?

¿Los padres se divorcian de sus hijos?

¿Por qué el caos del amor se traslada a los hijos?

¿Por qué?

Una ambientación de los años 80´ junto a un vestuario exquisito y muy bien logrado nos adentra en la casa de una familia de clase media. Una familia muy convencional, con costumbres tradicionales, vacaciones a la costa, fiestas de cumpleaños, silencios otorgados y conflictos no superados.

Existe un trabajo muy interesante en cuanto a la iluminación y la música: cuando las luces bajan, los hermanos comienzan a jugar, a utilizar todo el espacio escénico y a convertirse en los verdaderos dueños de la ficción. De hecho, es esta atmósfera que Manuel recrea, constántemente, la que le permite trepar, luchar como soldado, pilotear un helicóptero y ser un niño dentro de todo feliz. Una capa que lo cuida de todos los peligros inminentes, que lo protege de los posibles daños reales, de las malas decisiones de sus padres y de todo aquello que él, aún, no puede decidir.

La dramaturgia permite distintos tipos de análisis y eso es lo que cautiva del relato: las diversas aristas e interpretaciones que se puedan tener.

Un padre jugador (Federico Buso), un padre que todo lo arriesga sin medir las consecuencias. Que se ahoga en el alcohol a costa de todo y de nada. Un padre que se siente solo y que no hace nada para modificarlo. Pero nadie dice qué se espera de él, qué se pretende. Gritos de un lado y de otro. Estallidos que producen quiebres irremontables. Regalos que se acumulan más que el amor que no se prolonga. La «traición».

Marcela, su esposa (Laura Oliva) muy sobreprotectora con sus hijos pero no con su marido. Esta relación es la que más importa desde el comienzo, porque todo lo que suceda luego dependerá de esos primeros instantes.

Como una margarita que se va deshojando: me quiere, no me quiere. Entonces, cada pétalo tirado, abandonado, sufrido o apestado. Ocurre de todo y el sufrimiento se ve en sus rostros. Unos rostros que están cansados de lo que les toca. Porque es lo que se trasluce: una sensación de que todo lo que viven no lo eligen sino que les cae de algún lado. Como si ellos no tuvieran responsabilidades.

La selección musical es excelente y permite rememorar hits de los años 80 y 90, esas canciones que al oír los primeros acordes ya asociamos con películas de aquel entonces. Esto es un valor agregado para la dramaturgia que se va construyendo artesanalmente, con relatos en forma de retazos, con el adiós precipitado, con una separación incoherente, con un límite que nada tiene que ver con el amor y unas lágrimas que prefieren esconderse tras el rostro del horror.

La puta no tiene casa, se escucha en un momento de la historia. Y aquí quedo helada. La mujer que quiere separarse (porque el divorcio aún no existía) tratada de la peor manera, tildada de tantas otras y en ningún momento abrazada. La mujer que no ama es despreciada, dejada a un lado, sin techo. Esa mujer que era todo, de un momento a otro estorba y es mencionada como la lepra.

Lo único que hice fue jugar permite un acercamiento con el sentido de la vida, con los valores, el respeto, el amor, la ira, el temor y tantas otras cuestiones que conviene palpitar.

El que esté libre de pecado puede rezar un Padre Nuestro.

Mariela Verónica Gagliardi

 

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