*** MAYO 2023 ***

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Un enamorado del amor

Nada te turbe3

Poemas, canto, baile, coreografías, títeres, cambios de vestuarios y canciones.

Cómo describir a un artista si no es con este adjetivo.

Francisco Pesqueira es uno de esos grandes actores que se lleva al público en su bolsillo. Pero que no lo compran, sino que se lo ganan.

«Los poemas suelen ser papel mojado» (Mario Benedetti). «Cuando estoy triste lijo mi cajita de música» (José Pedroni). «Risa siempre nunca llanto» (Nicolás Guillén). «Herido, muerto de amor» (Federico García Lorca). «Mi amor, yo quiero vivir en vos» (María Elena Walsh). «Quisiera morir, quisiera de amor, para que supieras cómo y cuánto te quería» (Idea Vilariño).

¿Qué dirían estos poetas al presenciar el espectáculo?

Posiblemente se enamorarían, de la misma manera que Francisco lo hace de cada una de sus frases.

Nada te turbeLos poemas cobran vida, al igual que los títeres. Todo lo que parecía muerto o dormido, recibe una caricia -como al mejor estilo de una varita mágica-.

Interpretar, sentir y comunicar con el cuerpo y con el alma todo lo que pretendemos; no es tan simple. No es cuestión de plantarse en un escenario y hablar exageradamente, creyendo que eso es la dramatización. Interpretar es ponerse un traje -que lleva un nombre- y hacerlo valer como tal.

Eso es exactamente lo que hace Pesqueira: mantener un equilibrio entre todos sus dones y dotes.

Al contemplar la escenografía, vemos una valija y otros objetos que serán utilizados a lo largo de la obra. Todos y cada uno, nos sorprenderán gratamente.

¡Qué dominio hay que tener para desarrollar un unipersonal!

Todas las butacas rodean al escenario, a modo de semicírculo; de forma tal que nuestro actor tiene que bailar, cantar y hablar hacia ambas direcciones.

En un momento de la obra escuchamos:

«Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda.

La paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
sólo Dios basta (…)»

Si bien no es una puesta religiosa, las palabras que esboza Francisco, son tan sutiles y acordes con la trama, que no sobra ni falta ningún ingrediente.

Uno de los recursos que usa, además, es el de lograr una empatía con los espectadores, al contarles algunas anécdotas -como autobiografías- sobre distintas etapas de su vida.

La claridad de sus ojos, como el mar, reflejan -no solo transparencia- sino amor por su profesión, agradecimiento y humildad. Verlo, es como observar a un niño que juega y que, de adulto sigue haciendo lo mismo. Quien crea que no se aprende jugando, está equivocado. El juego -bien entendido- es lo que nos permite alcanzar esa estrella para que brille junto a nosotros.

Nada te turbe2

Francisco Pesqueira, un apasionado que despliega todas sus virtudes.

Mariela Verónica Gagliardi

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