*** MAYO 2023 ***

Entradas etiquetadas como ‘crítica’

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Aprovechemos el aire que nos queda

«Les jeunes amants» (Los jóvenes amantes) es un film francés (dirigido por Carine Tardieu) que tiene todo lo que una historia de amor y de romance tienen que tener para hacernos pasar por un sinfín de emociones.
Shauna (Fanny Ardant) y Pierre (Melvyl Poupaud) se conocen hace 15 años en un hospital en el que Pierre trabaja como médico y Shauna cuida a Mathilde (madre de Georges) a punto de morir.
Los tonos en cyan predominan a lo largo de la película y aparecen durante el día. Mientras que los más vívidos a lo largo de la noche. Sin embargo, oscilan, para matizar los sentires. Al mismo tiempo que los planos americanos, los primeros planos y los primerísimos primeros planos nos permiten sumergir en la nostalgia del amor que creemos nunca más llegaría a sus vidas.
Este melodrama permite valorar los vínculos familiares, darles el sentido que merecen, ver a tres generaciones que se entrelazan y comprenden a pesar de las diferencias etárias, cómo madres e hijas pueden intercambiar diálogos intensos cargados de melancolía, de humor y de enseñanzas para ambas; así como el amor entre un hombre y una mujer, cuando todo se cree perdido.
La banda sonora (a cargo de Eric Slabiak) con instrumentos de cuerdas, ilustran el desamor, lo que ya debe dejarse a un lado; lo que se asoma de a poco y el verdadero significado del amor; desde su nobleza, encanto, ilusión y esperanza. También el piano, surge para intencionar los puntos más fuertes de la historia.
La unión de dos manos al caminar que ya no sienten lo mismo, los besos de dos bocas que por primera vez se tocan; la sinceridad y la mentira. Diagnósticos médicos, enfermedades y palabras técnicas, rodean el incipiente conocimiento entre estas dos personas que se miran a los ojos y ya saben lo que sienten, sin necesidad de hablar verborrágicamente sobre el tema.
Por otro lado, Jeanne (Cécile de France), esposa de Pierre (con quien dos tiene hijos) debe atravesar un camino colmado de tristeza y angustia en el que el dolor se apodera de ella.
¿Qué es el amor? ¿Un sentimiento que construye y destruye? ¿Aquel capaz de armar en medio de ruinas? ¿Aquel que logra señalar la rutina y acostumbramiento como lo que no tiene sentido en el reino del corazón?
Georges (Sharif Andoura), amigo de toda la vida de Pierre y de Shauna, funciona como puente entre el pasado y presente de Pierre; quien le presenta al amor de familia y al amor de su vida.
Los planos detalle captan aquellos objetos ornamentales que están ahí para observarlos y hacer una pausa.
El sonido del tren, la lluvia que no cesa, el humo de un cigarrillo encendido para relajarse, lágrimas incesantes y síntomas que se apoderan de un cuerpo que intenta darse la oportunidad de ser feliz. La junta médica que se reúne a cada instante para hablar de lo que no se ve pero se padece.
Cuando el sol se respira y los niños juegan, un piano enmarca lo más preciado del amor: la inocencia. Esa inocencia de los niños que viven para ser felices, de los que se marcharon por cuestiones del destino y la innegable sensación de por qué unos quedan y otros se van.

Mariela Verónica Gagliardi

F I C H A   T É C N I C A

Director: Carine Tardieu
Guionista: Sólveig Anspach, Agnès de Sacy, Carine Tardieu
Productor: Patrick Sobelman, Antoine Rein, Fabrice Goldstein
Música: Éric Slabiak
Fotografía: Elin Kirschfink
Montaje: Christel Dewynter

D A T O S   T É C N I C O S

Título original: Les jeunes amants
Año: 2021
Duración: 113 min.
País: Francia

CALIFICACIÓN:
SAM 13

SALAS: 11

Cinepolis Recoleta
Cinepolis Hussey
Cinemark Palermo
Showcase Belgrano
Showcase Norte
Atlas Patio Bullrich
Multiplex Belgrano
Cine Lorca
Cinema Paradiso –  La Plata
América de Santa Fe
Cines del Centro – Rosario 



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La esperanza de unirse por una misma causa

Tenía muchas ganas de ver “Verde agua” (escrita y dirigida por la gran artista Marina Lamarca). Así fue como una noche en que había un partido de fútbol, mi elección fue asistir a una función que en mi corazón se selló como inolvidable. 

Mientras la ciudad parecía inmovilizada por una pelota, en el Teatro Border reflexionábamos sobre el lugar que ocupamos las mujeres, el feminismo, la solidaridad entre nosotras y el ímpetu por hacerle frente a un gran problema hace… desde el comienzo de la humanidad: el machismo.

Un público conmovido por la presente dramaturgia que nos logra atravesar, de un extremo a otro, desde que comienza la historia. Una historia que se centra en la Provincia de Entre Ríos, y más precisamente en la mejor empresa de embutidos del país. Con una puesta en escena conformada por salamines (bajo mi mirada hace una alusión perfecta con los pensamientos obtusos, anticuados y conservadores de muchísimos varones de Argentina), de distinto largo y grosor; nos inmiscuimos en una conferencia de prensa que es la más trascendente en la carrera del político Carlos Almada. A este acto acuden las mujeres que lo “respaldan”, al menos hasta ese momento: su esposa, hijas y secretaria de oficina. Pero, algo puntual ocurre: dichas mujeres quedan encerradas en un sótano con todos los embutidos y absolutamente todos los conflictos salen a la luz. ¿De la peor manera? Sí.

No puedo revelarles cada detalle porque perdería gracia la trama para quienes aún no tuvieron oportunidad de presenciarla. Lo que sí les puedo garantizar es que cuando las mujeres nos agrupamos, con diferentes modos de pensar, de vestir o de actuar; algo nos une: el hecho de ser MUJERES.

Creo que no existe poder mayor que el nuestro y no porque queramos competir con los hombres sino porque las mujeres tenemos la oportunidad de dar vida, algo tan valioso como ello.

Volviendo a Verde agua, tanto la dramaturgia como dirección de Marina Lamarca, son impecables, con un atractivo único y, al menos a mí, me hicieron brotar las lágrimas de esperanza, de que vamos por buen camino, de que todo acto de justicia (sea o no criticado por quienes no se sienten “parte”) dio y seguirá dando los frutos anhelados. Mientras tanto, la puerta permanece cerrada, la adulación hacia este político aumenta, los aplausos se oyen a lo lejos, quien iba a dar un discurso (por un motivo específico) no lo da; la violencia física y verbal van en auge… hasta que se produce un quiebre: el más inesperado de toda la obra. Cuando eso ocurre, el patriarcado empieza a disolverse, las furias a combatirse y las manos a abrazarse.

No hay peor odio que el que pueda surgir entre mujeres, no hay peor guerra que la que nos tenga enemistadas. El amor late en los corazones de estas excelentes actrices que interpretan increíblemente a estos personajes.

Pero el verde, pueden preguntarse por qué está presente en sus vestidos y es que quisieron combinar con la corbata de Carlos Almada (quien, por suerte, no está físicamente en la obra). Y sí. Cinco mujeres que están felices y dichosas de tener a este hombre en su vida cotidiana, cada una desde un lugar diferente y con un propósito distinto… Sus sonrisas que parecen pintadas como para la foto que saldría en la portada de la revista con mayor tirada; se vislumbran ficticias. 

¿Cuánto tienen que fingir para no decaer? ¿Cuántas pruebas deben superar para subsistir? ¿Cuál es el peligro que las aqueja? ¿A qué le tienen tanto miedo?

Lo que parece ser, no es… se cae. No puede sostenerse, así como el sol no puede taparse con una mano. 

Es el momento, el de la unión, el de la empatía, el de abrazarse y no juzgarse, el de callar a tiempo, el de solidarizarse sin rencor. El de decir ¡basta!

Dramaturgia y Dirección: Marina Lamarca.

Elenco: Agusta Bermúdez, Anabella Aizenberg, Ayelén Garaventa,

Lili Popovich, Sol Agüero.

Funciones: Sábados, 20 hs.

Teatro Border.

Mariela Verónica Gagliardi

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Maquillando al patriarcado

Cuentos de hades

En estos tiempos es necesario (mejor dicho, imprescindible) que existan obras de teatro como Cuentos de hades (basada en relatos de Luisa Valenzuela, dramaturgia, dirección e interpretación de María Emilia Franchignoni, junto a la composición y dirección musical de Jorge Chikiar).

Resulta entonces muy simple escribir sobre temáticas tan interesantes.

Estamos cansadas (sobre todo las mujeres) de las narraciones de princesas, de los finales felices y del comieron perdices. ¿Quién lo hace, acaso?

Cuentos de hades es una invocación a las épocas pasadas en que se contaban historias de boca en boca, en que la libertad se poseía con el solo hecho de respirar. Pero, dichos cuentos sufrieron transformaciones por parte del patriarcado. Sí, hace mucho tiempo al igual que ahora. El famoso miedo fue oscureciendo aquellas historias realmente encantadoras. O al menos, más encantadoras que su resultado final.

Algunos de los cuentos interpretados en escena son: Caperucita roja, La bella durmiente y Cenicienta. Se trata de una puesta completamente original, en la que se recrea un bosque encantado, con proyecciones audiovisuales, sonidos y efectos en vivo. Todas estas cuestiones artísticas, sumadas a la dramaturgia y actuación; nos ofrecen un realismo real y palpable con los cinco sentidos.

Es posible respirar un aire nuevo, sonreír con los interrogantes planteados por la actriz, darnos cuenta que siempre la mentira estuvo del lado de enfrente y que por más que se nos pretendió someter… ya es imposible sostener dichos patrones ancestrales.

Son tiempos difíciles y abruptos.

No olvidaré más un momento de la historia en que Caperucita es advertida (como ya es conocido públicamente, por su madre). ¿Cuántas veces hemos oído y leído este cuento?

Alguna vez, acaso, se han preguntado por qué es enviada una niña de corta edad, al medio del bosque para llevarle a su abuelita unos mandados? ¿Nunca pensaron por qué su madre no la acompañó o por qué no fue ella en lugar de su hija?

Tal como sabemos, estos principios de adoctrinamiento se utilizaban mucho en tiempos pasados y, quiérase o no, se siguen usando en la actualidad. ¿Para qué? Nada más ni nada menos que como se menciona: para hacer una bajada de línea sobre el adoctrinamiento. En vez de buscar una teoría lógica se recurre a lo perverso, a engendrar miedo en lo más débiles de manera inconsciente.

Por suerte, y no es casual, Cuentos de hades tiene este hilo conductor que nos permite atravesar en formato atractivo y lúdico, los árboles altos y toda la vegetación abundante de dichas escenas. Estas heroínas no son pasivas. Hablan, despiertan, interrogan, plasman sus dudas al cielo, al éter. No hay respuestas pero no se desaniman. Continúan. Atraviesan lo obscuro, preguntan -y sus voces se superponen con las de otros personajes-. Siguen, siempre para adelante. Sin temor. Estos personajes femeninos están latentes, vibran en la sala del Centro Cultural de la Cooperación. Nos acarician y trascienden la cuarta pared. Se aventuran a ser más fuertes que cualquier discurso apolillado y obtuso.

Luisa Valenzuela, en su libro Simetrías (1993) se explaya, se y nos nutre. Persigue ideas, no personas. Deconstruye los mitos y los deja a nuestro alcance para que también interpretemos, para que cuestionemos el brebaje que nos dan sin preguntar siquiera si es de nuestro agrado o para qué.

Somos mujeres, no presas. No le tenemos miedo a ningún lobo por más feroz que sea. ¿Por qué lobo y no loba Charles Perrault?

Con el énfasis en un lindo atuendo color rojo, dejamos pasar los puntos más importantes (léase, la psicología de estos personajes).

En el libro de Valenzuela, puede leerse la siguiente cita:“El mundo no le ha pasado por encima porque el mundo, con todo su horror y destemplanza, no concierne a las damas”; en referencia a la Bella Durmiente. Ese universo no incluye mujeres, podría decir de manera genérica. El mundo es de los hombres, quienes solamente deciden con qué mujer contraer matrimonio, qué vestimenta cambiarle y qué ideas conservadoras aplicarles por siempre.

Hay cosas que vencen, medicamentos, comida y pensamientos. Así como ya no se acepta una vacuna sin averiguar su contenido químico, las ideologías y pensamientos, también, están en crisis. En constante movimiento. Por suerte. Causalmente, nos empoderamos, salimos a la calle (no bosque) y pedimos por nosotras. No necesitamos historias represivas sino nuevos cantares. Para el hoy y para el futuro prometedor.

Basada en cuentos de Luisa Valenzuela
Dramaturgia, dirección e interpretación: Emilia Franchignoni
Composición y dirección musical: Jorge Chikiar
Funciones: Viernes, 20 hs
Centro Cultural de la Cooperación

 

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La traición mata

Un comedor, ambientado muy precariamente, que consta de una mesita con rueditas y dos sillas de madera, nos invitan a presenciar la vida de dos mujeres grandes.

La particularidad de estas señoras es que son mejores amigas, pero su relación se basa en la hipocresía, el dolor, el resentimiento, la bronca y la mala sangre. Uno podría preguntarse para qué quieren ser amigas si se detestan como seres humanos. Y la respuesta más simple podría ser que, además de que existen muchas relaciones enfermizas en la realidad, sienten una especie de placer al hacer sufrir a la otra.

«El Imperio de Goldie» no es la soberanía de Imperio (Juan Francisco Muñoz) sobre Goldie (Claudio Favieri), en un primer momento. Imperio, es la típica mujer pacata, que se horroriza al escuchar hablar a su amiga Goldie, quien tiene un vocabulario muy espontáneo y conectado con lo sexual, con la diversión y con pasarla bien en la vida.

Esta comedia de humor negro, saca los trapitos al sol de distintas situaciones y momentos de ambas y, solo el destino, podrá decidir cómo terminará su amistad.

Sucede que a Imperio, hace cinco años, se le ha muerto Bruno, su marido, -no se sabe cómo- y, desde entonces, está de luto. Pero no está de luto vestida de negro ni llorando por los rincones. Ella se viste como una andrajosa, está abandonada estéticamente por completo, es perversa y no tiene sensibilidad, ni en sus palabras ni en sus actos. Pretende simular lo triste que está por esa pérdida cuando, en verdad, le encanta tener la cama grande solo para ella, cobrar la pensión y no martirizarse con la no colaboración en la casa de parte de él.

Imperio tiene una rutina muy meticulosa, al punto de la obsesión. Cada mueble y objeto debe estar en un lugar, perfectamente ubicado. No le gusta atender el timbre ni el teléfono. Tampoco disfruta de su soledad ni tiene una actividad recreativa.

Su mente ya no está tan fresca y habla con su difunto, lo reta y -a diario- repite las mismas frases y contestaciones ante todo lo que se va aconteciendo.

Su amiga Goldie, en cambio, es esbelta, rubia y se viste a la moda. Es snob, ama salir de compras, cocinar y competir con la desafortnada vida de su amiga. Tanto es así que se le ocurre organizar un viaje a Mar del Plata. Claro que Imperio no acepta, pero lo que sí tiene que aceptar -a la fuerza- es la idea de Goldie de pasar una prueba de fin de semana, en la cual deberán improvisar juegos, charlas y comidas, como si estuvieran juntas en la costa.

En todo momento podemos observar cómo sale a la luz lo más negativo de cada una de las amigas, pero lo llamativo, es que ninguna de las dos hace algo al respecto. Imperio, le demuestra que su presencia le es ingrata y no se anima a marcar el límite para que Goldie no se entrometa en su privacidad.

Hace cinco años que el tiempo se ha detenido para la viuda y esto marcó un antes y un después. Por otro lado, Goldie, le recuerda su estado civil constantemente, al igual que los recuerdos vividos cuando su marido estaba vivo.

De esta manera, vivenciamos un abanico de sentimientos contradictorios, los cuales llevan la amistad a un punto que roza lo ridículo. Es imposible no reír y estremecerse con cada momento que se observa en la vida de estas mujeres.

Su talento como actores es infinito y no hay palabras que puedan expresar el trabajo llevado a cabo por ellos en el escenario.

Por momentos se ven ingredientes al estilo Antonio Gasalla, donde la realidad, por más dura que sea, es ridiculizada hasta estallar en carjadas por la incoherencia reinante.

El guión también cumple un rol fundamental en esta obra de teatro, ya que cada diálogo establecido por ellas nos da cuenta de la importancia de la palabra, de cada gesto y de cada acción realizada.

Por más parodia y humor que puedan existir en la obra, un punto fuerte es la trama psicológica de la misma. Estos personajes están muy analizados antes de guionarlos y eso se nota a la perfección. La manipulación está presente en muchos momentos de la puesta en escena y, gracias a este factor, podemos justificar sus acciones e imaginar posibles desenlaces.

Si nos tapáramos los oídos, notaríamos cómo la expresividad de los actores nos cuenta perfectamente esta historia, llena de traiciones y secretos ocultos.

Si nos tapáramos los ojos, escucharíamos cada relato, imaginándonos la vestimenta, el caminar y la presencia de ellas.

El final de «El Imperio de Goldie» es la frutilla del postre y un souvenir que será guardado por siempre en esas cajita tan preciada.

Si pudiéramos recortar el desenlace de la obra, sería como un libro de Elige tu propia aventura, donde puede pasar el final previsto o el más temido.

Imperio, no se llama así por casualidad. Su perfil demuestra a una mujer sufrida y harta de la vida que elige vivir… hasta que decide cambiarla y ese cambio será rotundo y eficiente.

¿Querés saber el final, conocer a estas amigas – enemigas e ingresar en la casa detenida en el tiempo? Te queda una sola función que es el próximo sábado 17 de noviembre.

Mariela Verónica Gagliardi

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