*** MAYO 2023 ***

Entradas etiquetadas como ‘Andamio 90’

Minientrada

Distintas formas de extinguirse

En pie de Esperanza

En pie de Esperanza (escrita y dirigida por Leonel Dolara) es un poema a la vida. Una enseñanza amorosa que empieza desde algo tan simple como un vínculo inesperado y culmina con lo más increíble de la vida como lo es el compartir -desde el corazón-.

Lorena Szekely es quien lleva adelante el personaje protagónico de Esperanza, luciéndose como es habitual cada vez que sube a escena. Su experiencia y pasión por la actuación le permiten interpretar a una mujer anciana sin necesidad de caer en determinados artilugios ridículos. Hago hincapié en esto último porque resulta interesante cómo dolara elige a una actriz joven teniendo por delante el desafío de adquirir todo lo necesario para que desde las butacas sintamos que una señora de tercera edad está frente a nosotros.

Admirable su trabajo que se confabula exitosamente con el de su nueva pedicura, haciendo volar sus diálogos por esta casa en la que tanto se contiene y retiene.

Siempre el hogar de una persona grande aloja muchos sentimientos, aromas, fragancias y pasados sin resolver. Esta historia no escapa de eso sino que lo hace relucir como oro brillante. 

Una molestia en un dedito del pie abre el portón (porque puerta quedaría muy diminuto) a un universo en el que estas dos mujeres se sienten reflejadas. Sí, como el famoso espejo en el que pueden mirarse, juzgarse y, en definitiva, terminar hablando de ellas mismas.

Hasta acá podrán creer que es una obra un tanto espiritual, profunda, sensible y no se equivocan. Esto y más. Mucho más. Porque En pie de Esperanza consigue indagar sobre esos amores ultrajados, soñados, perdidos, tapados con la alfombra; sobre la soledad y su padecimiento, sobre lo que se desea y no se tiene. Sobre la muerte y sus propósitos y un bagaje que llega directo al corazón como la flecha de Cupido. Esa flecha que lastima y agrada a la vez. Que nos sacude y permite llevar a la reflexión.

Otro de los grandes temas que se tocan en la obra es el del vínculo de madre e hija, aquél que parece ser en ellas y en la mayoría como conflictivo, insano, tóxico y recurrente. Una parece saber lo que necesita la otra pero, la otra, no permite que se le otorgue. Quizás por capricho u orgullo. 

Y, como otro de los puntos importantes de la historia, surge un personaje imaginario que podría ser Esperanza misma reencarnada en otro ser, trasladándonos al presente y, por qué no, al futuro.

Un pie que sin salud no puede sostener la totalidad del cuerpo, con todo lo que eso implica. Que no logra tolerar la infinidad de sentires de esta mujer que transita la vida a su manera pero que encuentra constantes trabas de parte de su hija. Porque no siempre se piensa, en esta sociedad, qué es lo que necesita la persona adulta mayor sino que se pretende hacer lo que “corresponde”. Pero, ¿si Esperanza desea sumergirse en su enfermedad y perderse en la calle y esfumarse como vemos en las películas? ¿O acaso existe un modo de hacer las cosas? ¿Se respeta lo que desea el otro? ¿Qué lugar ocupa la culpa en este comedia dramática? ¿Cuándo va a ser el día en que se respete la decisión ajena por más que estemos en contra por miedo?

Esperanza lucha contra sus propios fantasmas, aquellos que su mente crea por diferentes motivos. Ella, necesita ser y no permanecer. 

Cuando las energías estén en la misma sintonía, lo inesperado ocurrirá y todo pesar ya no tendrá sentido de ser llevado a la mesa. Esa mesa con mantel que aguantó tanto o más que el pie en cuestión. 

La hermosa señora pudo andar a pesar del dolor (externo e interno), del cansancio, del qué dirán y de su total convencimiento sobre los personajes televisivos. La compañía no da igual y su ausencia tampoco. Por eso, el mensaje de esta pieza artística es enorme y cada quien podrá llevarse una parte consigo o la totalidad (aquella que su apertura de alma le permita abrazar).

Dramaturgia y Dirección: Leonel Dolara
Actúan: Rosella Bosco, Gabriela Del Mar, Stella Minardi y Lorena Szekely
Funciones: Viernes, 20 hs
Teatro Andamio 90 (Paraná 660 - CABA)

Mariela Verónica Gagliardi

Anuncio publicitario
Minientrada

Andamio 90: Programación

Programación Marzo - flyer

Minientrada

Buscando extinguirse del sistema

El patio de atrás1

La obra de teatro El patio de atrás (escrita por Carlos Gorostiza y dirigida por Natacha Delgado) explota comportamientos y situaciones ocurridas durante una época trascendental en nuestro país: el menemismo.

Tal como lo describe su título, la puesta en escena tiene lugar en un patio. Allí pasan sus días y noches pretendiendo que las cosas cambien sin hacer algo para que eso ocurra.

Sin tener casi conexión con la naturaleza, esta familia -integrada por hermanos adultos- gira en un círculo vicioso.

Pareciera ser que existe un secreto que les atormenta la existencia. Un hermano que se fue o que desapareció o que, por algún motivo, está ausente. Ellos pretenden saber de él, encontrarlo, que vuelva al hogar, que de señales de vida.

Mientras tanto, un pajarito (su única “mascota”) es dejada de lado, ya no llama la atención, muere sin ser percibido o, tal vez, los ruidos lo matan.

Así es como el egoísmo, las continuas quejas y reproches se apoderan de los corazones de estas personas que no encuentran una salida conveniente. El relato dinámico permite que nos metamos en la historia desde el comienzo y disfrutemos de Gorostiza sus universos tangibles. También la dialéctica construye diálogos rebuscados, provechosos, complejos, simples, como un laberinto sin fin.

“Siempre hay que tener una pila de repuesto”, dice Máximo (el hermano mayor). Pero esta frase no la evoca de un momento a otro sino que todo gira en torno a la necesidad que tiene por escuchar su radio y la dificultad que posee al estar postrado en una silla de ruedas sin que nadie le haga el favor. Luego, esto es reflejo de cuestiones más profundas como podría ser la perdurabilidad de las cosas, la cultura de aquel entonces de lo obsoleto y del no reciclaje.

A la vez que las dos hermanas (Nena y Clemen) suelen conversar sobre chismes y cosas banales, las horas pasan y a es practicamente a lo único que le prestan atención: cada media hora unas campanas de la Iglesia suenan y se combinan con los ruidos del videoclub que está en el local de al lado de su casa (un local que la familia le alquila).

La música está ausente, salvo cuando las luces verdes titilan y aturden con melodías techno que matan todo lo construido hasta el momento. Era la época de la cadena yanqui, Blockbuster, que se encargó de aniquilar a todo pequeño comerciante, de implantar el sistema capitalista más que nunca vendiendo la misma chatarra que el resto de las empresas que incluso hoy siguen de pie en territorios nuestros.

Clemen, mientras observa las plantas resecas, dice: “Un día de estos habría que regarlas”. Pero ya es tarde. Como todo lo que ocurre sin poder imponerse con palabras que permitan frenar semejante derrota intelectual.

Los sonidos de pájaritos intentan ser superiores a los ruidos, pero perecen…

Como una pelea generacional, los más jóvenes necesitan unirse para avanzar y no lamentar lo que no puede ser; al tiempo que los mayores siguen encerrados en ese patio de atrás, entre paredes descoloridas y una sensación de agobio.

Por más vigilancia que pretenda hacer uno sobre otro, lo que tenga que ocurrir ocurrirá y lo que no, no.

Y Pancho afirma que “El tiempo no solo pasa sino que desafina”. Como un instrumento que suena lastimosamente y sin motivo de existencia alguna.

La iluminación ambienta tenuemente cada escena, crea más intimidad y cercanía entre y para con ellos. Las tonalidad en sepia construyen una época lejano que, sin embargo, no es. Unos años que destruyeron y que pretenden volver.

Todo lo que se rompe o gasta queda a un lado, acumulando objetos que jamás serán reutilizados, dándole sentido de ser al liberalismo que poco tiene que ver con la libertad que se necesita a gritos.

ficha El patio de atrás

Mariela Verónica Gagliardi

Minientrada

Lisístrata, de Aristófanes

lisistrata

la rebelión de las mujeres

de Arístófanes – Versión: Rodolfo Roca

Dirección: Roberto Monzo

Con un elenco formado por 27 actores en escena, Acrobacias y Música en vivo

¡¡¡GRAN ÉXITO DE PÚBLICO 

ÚLTIMAS FUNCIONES!!!

SÁBADO  A LAS 20HS

Teatro Andamio `90 

Paraná 660 – C.A.B.A

 ESTE ESPECTÁCULO ES UNA CO-PRODUCCIÓN CON EL TEATRO ANDAMIO`90 

ESTE ESPECTÁCULO REALIZÓ FUNCIÓN  EL 29/08 EN EL CENTRO CULTURAL KIRCHNER – Sala La Cúpula

Minientrada

El legado de Bolívar

Robinson en la casa de Asterión1

Robinson en la casa de Asterión (escrita y dirigida por Carlos Arroyo) es una obra de teatro venezolana que tuvimos el lujo de presenciar en el teatro Andamio 90´. Esta puesta en escena al igual que muchas más, fueron incluidas en lo que se pasó a llamar el 1° Corredor Latinoamericano de Artes Escénicas (organizado por el Centro Cultural Kirchner y aprovechando a nuclear a diferentes festivales y movidas teatrales que se desarrollarán en el presente mes de octubre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en diferentes zonas del Gran Bs.As).

Así es como esta bellísima y dramática obra muestra a un hombre que soñaba con la libertad, con empapelar la ciudad y los pueblos con libros, con educación, con la necesidad imperiosa por implantar la semilla de la bondad y erradicar todo mal sentimiento. Este hombre es el escritor Tomás Jurado Zabala, quien visita a Asterión (el Minotauro) y consiguen establecer unos jugosos diálogos en que transitan por diferentes tipos de emociones.

Mientras unos sonidos devientos ilustran el principio de esta historia, la quietud no consiga primar los actos.

Simón Rodríguez (Aníbal Grunn), un educador muy famoso de Venezuela, nacido en el año 1769, es a quien encarna el escritor de la presente obra. Él nos habla de la soledad, de la necesidad que existan libros para liberar a América de la ignorancia, entre algunos de sus principios más conmovedores. Simón Rodríguez, durante su exilio recibió el apodo de Robinson (nombre que se utiliza para la presente dramaturgia).

A su vez, Asterión (Wilfredo Peraza), nacido en el mismo año pero antes de Cristo, en la Isla de Creta; sufrió mucho la soledad, fue un hombre de lealtad y su estilo de vida de aquel entonces lo hacía alimentarse de carne (sin importarle su procedencia).

Al tiempo que avanza la historia, los hombres no tienen más opción que aferrarse a quienes en verdad son, a tolerar lo intolerable y a seguir adelante con el propósito que más los caracteriza. Simón Rodríguez nos habla del poder que se vale de gente ignorante, de cómo los poderosos se aprovechan de los menos provistos de intelecto.

Pero el discurso del educador continúa clamando por la enseñanza, por la necesidad de que se le otorguen conocimientos a todos los hombres por igual, porque al menos tengan un oficio del cual valerse a diario. De los oficios de albañil, carpintero, herrero que son necesarios en una sociedad. También nos introduce en una temática muy interesante referida al rol de la mujer. Él no habla de nosotras como merecedoras de un lugar menor sino de la oportunidad que también deberíamos tener como para valernos de nosotras mismas sin que recaigamos en meras esposas.

Y los niños, claro que tendrán que ir aprendiendo pero siempre desde la razón. Para ello tenía el deseo de crear una República, una escuela republicana donde hospedar a estos chicos que serían el futuro.

La iluminación cumple un papel muy relevante ya que se encarga de acentuar las escenas más importantes y de crear suspenso mediante sus oscilaciones. Del vestuario qué podría decirse más que es ideal, vistiendo al personaje griego con un majestuoso traje y accesorios, y al educador de blanco como su pureza y convicciones.

Una verdadera historia que recorre el mundo con sus giras, enseñando, aprendiendo y con una humildad que es la encargada de dotar a estos artistas en verdaderos cautivadores de público.

De repente mis ojos no pueden disimular más y se ponen rojos, cargados de lágrimas. Asterión me comenta esto después de la función. Y es que ambos actores no solo están sobre su escena montada sino en la piel de cada ser que los observa detenidamente.

Cuando todo termina, el pasillo no queda vacío sino que dotado de magia, de revolución, de ganas de saber más sobre este elenco y, así, Wilfredo Peraza nos comenta una experiencia que vivieron con otra de sus obras meses atrás: El año pasado estuvimos en Grecia, nos invitó la Embajada de Venezuela en Grecia, (…) porque ellos hacen un encuentro cultural venezolano: llevan músicos, bailarines, pintores, entonces muestran el arte de Venezuela allá en Grecia (…) Ellos nos ayudaron a cambiar ciertas cosas para hacerlo más local para ellos. De esa manera los chistes que realizaban causaban mucha gracia en los espectadores.

ficha Robinson

Mariela Verónica Gagliardi

Minientrada

Un hechizo que rompe con el amor

Prueba de amorUn romance, compuesto por Frida (Renata Marrone) y Guinter (Santiago Stieben), es el que tiene como principio esta obra de teatro llamada “Prueba de amor” (escrita por Roberto Arlt y dirigida por Rita Terranova). Dicha dramaturgia, en palabras del propio autor, es un boceto teatral irrepresentable ante personas honestas.

Ya teniendo en cuenta esto y contextualizando la época, se puede garantizar que se trata de una ironía y ridiculización hacia quienes “gobernaban” en ese entonces como conservadores y estaban a favor de ciertas prácticas tiranas y a quienes en vez, delibremente, se condenaban con un estado de sitio.

Frida quiere casarse con Guinter y todas las escenas que podrán verse girarán en torno a palabras que pretenderán convencerla de que solo continúe con ese deseo si realmente lo ama, al igual que que él continúe a su lado si obtiene alguna prueba determinada.

En un solo acto, integrado por tres escenas -las cuales transcurren en el living de la mansión de Guinter- los parafraseos serán recurrentes, uno querrá ser más vivo que el otro, inclusive utilizando mecanismos no imaginados.

Una mujer enamorada que desea tener total certeza de que él es el indicado. Un hombre que no confía demasiado en ella y pretende hacerle notar cómo lo único que le interesa de él es su fortuna. Él se cuestiona si Frida lo amaría sin ningún billete y ella, pretendiendo evadirlo, le contesta que lo conoció rico.

Esta obra es una pieza teatral perfecta por su texto, los dos actores y la dirección de la talentosa Rita Terranova. Acompañan este universo mágico, la iluminación y efectos sonoros -junto a la música reproducida, la cual marca suspenso- consiguiendo un resultado óptimo y notable.

Si pensamos cómo eran las señoritas de aquella época, que debían casarse vírgenes, contentar siempre al hombre en todas sus ocurrencias, no ser rebeldes sino sumisas; este personaje que vemos resulta una oposición, una manera de hacer notar que no siempre los hombres tenían razón y que todas las mujeres tenían derecho de negarse a hacer lo que no estaban a gusto.

Aunque los derechos fueron arrebatados por los inoperantes y violentos de siempre, aquellos que no saben escuchar sino aniquilando.

Frida es un ejemplo de feminismo, sin extremos, de una delicada mujer que sabe decir que no cuando lo precisa, que cuestiona lo necesario para no equivocarse gravemente y que el amor no la enloquece ni cega.

Guinter, es el reflejo de tantos hombres que incluso hoy siguen existiendo, que suponen que con una fortuna pueden manipular decisiones y futuros supuestos.

Es increíble la literatura de Arlt en cada uno de sus libros, en su pensamiento inagotable y en su intelecto que busca por lugares sorprendentes.

Por momentos sentí que estaba en el cine, donde no existen equivocaciones porque el material ya está editado y unido a la perfección. Donde las equivocaciones son a drede o involuntarias.

Los años 30´ fueron inolvidables: por el proceso militar como gran aspecto negativo, pero por su música, vestuarios, peinados y estilos del lenguaje insuperables.

Como un retrato en la mesita de luz, ahí queda él, con un objeto que su dinero compró. Sin nada más. Quizás solo con lo que se merecía por engañar, por intentar ser más que. Ella, de igual manera, siente la traición, y solo prestando verdadero atención podrá conocerse quién es más culpable si de culpas se trata.

Así, con un primer plano que cualquier mirada puede imaginar, mientras las luces se apagan tenuamente y los aplausos avivan la sala.

Domingos 19 hs. Andamio 90´.

Mariela Verónica Gagliardi

Nube de etiquetas