*** MAYO 2023 ***

Entradas etiquetadas como ‘Teatro del Pueblo’

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El lugar perdido – últimas 3 funciones

El lugar perdido

Angelita se ha criado desde muy pequeña con su tía Pampa, lejos de su hermana melliza y sus padres en San Pedro. Muchos años después, instalada y estudiando en Buenos Aires, un intento de suicidio es un alerta hacia todos ellos.

Este hecho dramático da inicio a la obra, despabilando a todos en una nueva realidad.

 

«Una tarde apareció Federico con una pecera pequeñita y la apoyo sobre la mesada. Nadaba un pececito Violeta y uno Celeste. Las niñas corrieron y subieron a las sillas para mirarlos. Uno Celeste y el otro Violeta. Como los nombres de las hermanas de su cuento preferido. Ese cuento que pedían todas las noches antes de dormir. Una le daba de comer a la mañana. Y otra por la tarde. Pasaban horas mirándolos. Unas semanas después, mientras tomaban la leche, Violeta saltó de la pecera y cayó sobre el mármol de la mesada, sin sonido, sin pedir ayuda… A veces no se sabe cómo pedir ayuda… A veces no se puede. Y si hay amor se ayuda como se puede, como se puede…»
Ficha técnico artística

Autoría: Juan Ignacio Fernández
Actúan: Héctor Da Rosa, Patricia Gilmour, Greta Guthauser, Nora Kaleka, Miguel Young
Vestuario: Esteban Parola, Ricardo Racconto
Escenografía: Esteban Parola, Ricardo Racconto
Diseño de luces: Carlo Argento
Realización de escenografia: La Locomotora Taller
Música: Santiago Barceló
Fotografía: Leopoldo Minotti
Diseño gráfico: León Gramajo
Asistencia de dirección: Ayelen Garaventta
Dirección: Leopoldo Minotti
Duración: 75 minutos
Clasificaciones: Teatro, Adultos
TEATRO DEL PUEBLO
Av Roque Sáenz Peña 943 (C.A.B.A.)
Teléfonos: 4326-3606
Web: http://www.teatrodelpueblo.org.ar
Entrada: $ 250,00 / $ 220,00 – Lunes – 20:00 hs – Hasta el 17/09/2018
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«Coronado de gloria», de Mariano Cossa

Coronado de gloria

 

Puesta y Dirección Daniel Marcove

Comienzos del Siglo XIX, América del Sur está conmocionada por los movimientos independentistas. Tiempos de cambios, conspiraciones y pasión revolucionaria en un territorio en el que está todo por hacer.  Días cruciales. Todo se trastoca y deja de ser lo que era. Los sueños personales y el prometedor porvenir en el nuevo continente, casi sin querer, colisionan con el proyecto político revolucionario.

En Buenos Aires los españoles que no apoyan la revolución  son perseguidos  y obligados a salir del país. El músico y maestro de origen catalán Blas Parera, creador involuntario del himno nacional argentino, decide huir a su España natal buscando la paz y la gloria que cree no encontrar en el nuevo mundo. Allí para su sorpresa lo espera otro calvario…  Coronados de Gloria,  nos acerca la historia menos conocida del origen de nuestra canción patria. La puja entre dos hombres: el pianista Blas Parera y el político Vicente López.  Una historia intensa, trágica y ambigua pero sin dudas inquietante acerca de la relación entre el arte y la política.

Estreno para público: jueves 29 de junio a las 20 hs

Funciones: jueves 20 hs

Teatro del Pueblo

Av. Roque Sáenz Peña 943

Entradas: $200, $170 estudiantes y jubilados

Informes: 4326-3606

www.facebook.com/CoronadodegloriaTeatro/

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«Yo, Encarnación Ezcurra», dirigida por Andrés Bazzalo

yoAutor: Cristina Escofet // Interprete: Lorena Vega // Músicos: Sebastián Guevara, Agustín Flores Muñoz y Malena Zuelgaray // Música Original y Arreglos Musicales: Sebastián Guevara, Agustín Flores Muñoz y Malena Zuelgaray // Dirección Musical: Agustín Flores Muñoz // Dirección: Andrés Bazzalo // Funciones: Domingos, 18 hs. // Teatro del Pueblo, Av. Roque Saénz Peña 943 // Entrada: $200.- (Estudiantes y Jubilados $170.-) // Tels.- Informes: 4326-3606

Encarnación Ezcurra, la mujer de Rosas, artífice en la sombras de la Revolución de los Restauradores, es una figura maltratada por la historia oficial, pero de una riqueza evidenciada en las intensas cartas que enviaba a su hombre en el desierto. Nos encontramos con ella en los últimos momentos de su corta vida, recluida en sus habitaciones, obsesionada por el pasado: el intenso amor que la unió a Rosas y el poder que ya la ha abandonado. En un rastreo a través de la correspondencia que mantiene con su amante en el desierto, Encarnación se evoca desde sus fortalezas y va comprendiendo que también sus debilidades forman parte de esa vida que eligió experimentar desde la acción para ser la estratega de su hombre; y que finalmente desembocó en ser la sombra callada de ese poderío del cual no formaría parte. Fatal paradoja: ser el cerebro y la palabra de Rosas; despojada de palabra propia. Una política de agallas en un momento en que a las mujeres, el orden de lo político les estaba negado; pero también el olfato de que la ambición del poder que no dialoga con sus contradicciones, lleva en sí, el signo de la derrota

Algo sucede en escena. Una mujer Encarnación Ezcurra nos interpela desde un recorte del pasado que se hace presente. El tiempo se suspende. Todo es presente. La Negra Toribia esta ahí. Nosotros también. Desea escucharse para ser escuchada. El amor y la política en épocas de chuza y bola. Entre la estrategia, la astucia y el silencio. Algo sucede en escena. Un pedazo de historia en la piel de una mujer que entendió como nadie que nacer en estas tierras no implica nacer en una patria. La potencia humana palpable y visceral de Lorena Vega. El marco musical que nos regala ese tiempo de vidalas y refalosas. La luz que cuenta la historia iluminando, dejando entrever. Luces y sombras. La sensibilidad de un director que permite que la escena acontezca y que la cuarta pared desaparezca. Algo sucede en escena. Tanto que se te mete en la piel y sigue sucediendo después de la función”, Cristina Escofet

“La figura de Encarnación Ezcurra es largamente vituperada, a lo sumo ignorada por la historia de la Argentina. Sin embargo ella fue protagonista de un momento histórico tan apasionante como esclarecedor de nuestra constitución como país. Momentos de grandes rivalidades, de enfrentamiento entre Unitarios y Federales, de guerras civiles y antinomias. Momentos históricos que nos permiten reflexionarnos como sujetos de la historia. Su figura es notable, inquietante y supo utilizar su inteligencia y lucidez, para sortear desde las sombras las limitaciones impuestas a una mujer en su contexto social e histórico. Fue pieza esencial de la política, mano derecha de Juan Manuel de Rosas y posibilitó su acceso al poder. Con un texto brillante, poético, audaz y no exento de ferocidad nos permite acercarnos no sólo a ella si no, sobretodo, a aquellos momentos de nuestro país, que parecen, de alguna manera, reeditarse continuamente. Antinomias argentinas pasadas y presentes. Y la semblanza de la pampa bárbara. Hombres indómitos. Lucha de intereses. Momentos fundantes. Y una mirada femenina, para una mujer brava e intensa”, declara Andrés Bazzalo

Este espectáculo cuenta con el Apoyo de Proteatro

Ficha Técnica: Vestuario y Asesoramiento Artístico: Adriana Dicaprio; Diseño de Iluminación: Soledad Ianni; Fotos y Diseño Gráfico: Lucio Bazzalo; Asistencia de Dirección: Pablo Cusenza

Prensa: Silvina Pizarro

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Vuelve «Los Sirvientes», de Adriana Tursi y dirigida por Andrés Bazzalo

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A partir del 18 de febrero, comienza la Segunda Temporada de “Los Sirvientes”, con texto de Adriana Tursi y dirección de Andrés Bazzalo, con funciones todos los sábados a las 20 hs. en el Teatro del Pueblo.

Los sirvientes

A partir del 18 de febrero comienza, con funciones todos los sábados a las 20 hs, la Segunda Temporada de “Los Sirvientes”, con texto de Adriana Tursi, interpretado por Luciana Bava, Marcelo Bucossi, Laura Montes de Oca, Soledad Rodríguez, Élida Schinocca y Fito Yannelli; dirigida por Andrés Bazzalo. En el Teatro del Pueblo, Av. Pres. Roque Sáenz Peña 943. Entrada $200.- (Estudiantes y Jubilados $170).

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Hagamos de cuenta que no pasó nada

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ficha-en-boca-cerradaCuando el elenco de una obra es excelente, la historia (sea cual fuere) ya tiene el éxito asegurado. En esta oportunidad, Jorge Azurmendi (a quien sigo frecuentemente) decidió estrenar En boca cerrada (escrita por Juan Carlos Badillo), una dramaturgia realmente conmovedora que te atraviesa de pies a cabeza, sin exagerar. Con una puesta en escena impresionante, impactante, y que permite que se fusione con las acciones llevadas a cabo por los personajes de este drama.

Se sabe que la época de la dictadura militar está presente, que las desapariciones son frecuentes y que el silencio es moneda corriente. Sin embargo, está presente esa sensación de que todos los conflictos -recurrentes- son parte nuestra. Los dramas que giran en torno a problemáticas familiares tienen su razón de ser y, en este caso, En boca cerrada llega a ser eficiente con su mensaje que, tal vez, sea un despertar en las mentes que, por un motivo u otro, aún continúan adormecidas como con ese hormigueo que solo se va con un buen pisotón.

¿En qué se basa la obra?

Puntualmente, es la muerte del padre de una familia el origen de un cúmulo de traumas, olvidos, manipulaciones, angustias, dolores y ocultamientos que salen a la luz durante el llanto más desgarrador de quien acaba de enviudar.

Esto parece ser un argumento bastante conocido, aunque cabe resaltar que la historia se sitúa en el último año de gobierno de Isabel Perón, habiéndose estrenado la pieza artística en 1984. De hecho, fue muy emotivo escuchar -mientras esperaba para entrar al Teatro del Pueblo- a personas que habían visto la primera versión y que rogaban que la experiencia fuera igual de buena. Ese temor, se disolvió al salir de la sala principal. Un señor me dijo que la obra fue tan maravillosa como hace treinta años atrás, que no cambió nada. Realmente estaba conmovido, sobre todo porque su generación fue la que más padeció esa triste época en el país.

Nadie puede permanecer con los labios pegados durante mucho tiempo. Éstos se secan de tal forma que producen muchísima incomodidad, la respiración debe cambiar su curso y todo el organismo se inquieta en pos de acomodar las partes como se merecen. Todos estos detalles corporales, sinceramente, pueden verse manifestados en los actores -quienes asumen que, algo, debe cambiarse-.

Entonces, ¿qué es lo atrapante de esta obra?

Su recurso narrativo, el estilo de jugar con el pasado y presente… hasta sentir que está jugando con el público presente; como tantas veces los políticos hicieron y siguien haciendo. Cuando una madre se desgarra por no tener de quién hacerse cargo, cuando se quita esa máscara que la «protegía» y puede vislumbrarse su rostro sin maquillaje, puro, con años y décadas de soportar lo que, quizás, no tenía por qué.

La crisis política de Argentina se seguía agudizando, y al año siguiente se desataría la dictadura más sanguinaria y exterminante en el país. Si bien el contexto no se apoya en las desapariciones y asesinatos de víctimas por parte de Videla y sus secuaces, el olor a podrido puede impregnarse por completo. Quizás porque ya sabemos que en poco tiempo se desataría lo peor.

Todos los personajes tienen un cúmulo de características bien específicas que les permiten dejar una determinada huella en el presente o en el pasado. Transcurra el tiempo que transcurra, pareciera ser que los acontecimientos y las experiencias no los han cambiado en absoluto. Como si fuera el código familiar, morderse la lengua antes que decir lo que se supone será un error irreparable.

Mientras la sala de costura confecciona diferentes vestuarios, la novela es esperada como espacio que reconforte un poquito, y las mentiras irán saltando como un resorte infinito.

¿Cómo hubiera sido esta familia si decidía hablar en su momento y no guardarse nada?

Quizás nunca se sepa o quizás podría tratarse de la misión imposible de reconstruir el año anterior al Golpe del 76´ en que todo era tan incierto como las muertes, sin piedad, que se desataban.

Un lecho que no es de rosas sino todo lo contrario, un mueble que aloja a un matrimonio que no se quiere en absoluto. Acá radica el origen de la sucesión de problemas futuros que se fueron avecinando como lluvia con granizo.

El elenco es increíblemente poderoso, convincente y con la función precisa de no defraudar a los espectadores que ya conocen la pieza dirigida por Agustín Alezzo. Un doble desafío del que, al parecer, salen ilesos estos grandes artistas.

Después de ver En boca cerrada es posible que no tengas demasiado filtro. Es preferible expresar que callar. Porque se dice que: el que calla, otorga; y si de algo podemos estar seguro es que eso no siempre es tan así.

Mariela Verónica Gagliardi

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Tiempos para compartir

La denuncia20

Ficha La denunciaUna perfecta iluminación, espacios escénicos muy bien recreados con los precisos detalles y la elección de utilizar a la actuación como principal aspecto hacen que una pintura de Molina Ocampo se acerque a nuestros tiempos.

Quienes adoramos el género de Comedia dell´ arte, seguramente, sintamos que esta obra es deliciosa por donde se la mire y sienta. Más aún cuando se combina con el lenguaje criollo, nutriéndose del lunfardo -ideal para que cuatro actores excelentes puedan lucirse de principio a fin-.

La denuncia (escrita por Rafael Bruza y dirigida por Claudio Martínez Bel) es una historia que puede darse el lujo de basarse en distintos tiempos y jugar con el pasado y presente espontáneamente. De esta forma, una mujer -que no tuvo ni tiene demasiada suerte en el amor-, decide presentarse ante dos oficiales y llevar adelante un íntimo reclamo que hará ventilar la historia de su familia.

Lo interesante de esta dramaturgia es que utiliza a la sátira para narrar los complejos vínculos entre cuatro integrantes realmente pasionales. Si no existiera la ridiculización de cada uno de ellos, estaríamos en presencia de una pieza totalmente dramática y tensionante, permitiendo que pudieran compararse los diálogos con noticias desde épocas de antaño.

¡Cuántas historias reales podrían verse reflejadas en esta ficción teatral que se basa en un hecho real del año 1909! Y, cuántos familiares estarían sintiéndose identificados por más que no se hicieran cargo de ello públicamente.

Sin lugar a dudas que cabe resaltar la impecable interpretación de los actores en escena, demostrando su ductilidad y perfección para encarnarse en la piel de un hombre o de una mujer; teniendo en cuenta los ademanes característicos de cada género, al mismo tiempo que su modo de caminar, de desplazarse y de contemplar su universo más cercano.

Habría que pensar y repensar, una y otra vez, qué pretende denunciar una persona cuando se acerca a una comisaría, qué desea exponer y cómo busca sentir una determinada tranquilidad al abandonar la dependencia. Aquí se hallan maneras, muy sutiles y picarescas, de tener cierta paz y tranquilidad en el interior, valiéndose de atributos no esperados por nuestra sociedad actual. Claro que se trata de una historia montada como sainete, bien autóctono, muy rural y con los ingredientes necesarios para hacer estallar en risas a los espectadores, constantemente.

Las máscaras y pelucas le permitirán a sus creadores e intérpretes el poder jugar y, al mismo tiempo, montar varios relatos que se unirán de un modo irrisorio, poco convencional y muy ágil.

Posiblemente, la estructura escénica es la que permite que el éxito sea rotundo durante toda la función. El visualizar el pasado, conjugado con el presente, en simultáneo le otorgan a la denuncia un valor agregado y una sed de querer más brebaje artístico para nuestra alma. Qué importante resulta el unir un texto de estas características que cobra vuelo gracias a su director y a la performance llevada adelante por sus actores. Estaría en condiciones de afirmar que el público querrá asistir a esta obra varias veces, porque es el efecto que queda subrayado por los aplausos y las carcajadas emotivas.

Mientras el galán de la historia desfila por los rieles del tren en busca de su salvación, el amor lo esperará más cerca de lo imaginado hasta que todo vuelva a empezar -casi de manera idéntica aunque sin dar a lugar a la especulación por parte de los espectadores-.

Mariela Verónica Gagliardi

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Que no decaiga

Partir de hoy1

Hay dos cosas que me atrevo a afirmar: los payasos suelen ser melancólicos y siempre existe algo que se quiera decir y no se sepa cómo.

Con una escenografía circense en tonalidades grises y rojas, con los tradicionales banderines colgando y varios objetos significativos para utilizar en la narración; él nos recibe. Nos abre sus puertas para que descubramos lo que siente y lo que calla.

Pablo Bontá es su nombre y recuerda su debut como actor, inmerso en nervios y olvidos de palabras, sin saber cómo recobrar la memoria y la tranquilidad para dar un buen espectáculo. Pero su sonrisa todo lo salva, los famosos trucos de animador caminando por la cuerda floja hasta saber que su vida interior también importa.

Una sombra marca el comienzo de Partir de hoy (escrita por Walter Rosenzwit y Pablo Bonta; dirigida por Walter Rosenzwit) hasta que el silencio se apodera de los espectadores: la inspiración tarda en llegar. Y la valentía también, agrego. Puede tardar una vida entera pero es necesaria para seguir adelante y quitarse esa mochila tan pero tan pesada que dificulta el caminar.

La música y los efectos especiales están coordinados con las acciones del clown, el cual va llevando su relato intimista a un lugar precioso en que rememora ciertos lugares, en que evoca lo más importante de su niñez.

Estoy más abandonado que Iglesia sin cura – decía su padre, a quien recuerda y cita durante varios momentos de su monólogo que no pretende ser un sinfín de palabras sino un modo de compartir con nosotros la nostalgia.

Las décadas del 60´ y 70´ desfilan por el escenario pero no para hablar de política sino de un cumpleaños en 1975, de vacaciones familiares y del olvido. Unas diapositivas ilustran este recorrido en que el artista se vuelve espectador de sí misma, se emociona, sonríe y acota.

Perdido o temiendo perderse, temiendo ser olvidado o guardado en la caja de recuerdos. Y a esto se suma el factor tiempo. Se dice que el tiempo es tirano que no alcanza para nada y Pablo menciona que antes era diferente, que antes de pequeño viajaba una hora con su mamá a la Plaza del Congreso para darle de comer a las palomas durante horas. Este es uno de los tantos ejemplos que recorta de su pasado y pega en su recorrido. Quizás, actualmente, no sea como antaño pero, seguramente, deben existir padres que lleven a sus hijos a lugares lejanos para darles el gusto. No todo lo pasado es mejor que lo presente, aunque en la voz de él sí lo es y sí es verdad que inmerso en dictaduras militares todo acto de dulzura era contado con las manos.

Con máscara el personaje y sin máscara el hombre que se despoja de todo lo tangible para que solo sus expresiones narren. Aunque un hecho en especial es el que marca su dolor, aquel que nunca pudo revelarle a su hijo y que ya es tiempo que sepa.

Todo deja en el espacio escénico: su vergüeza, sus ilusiones, sus miedos, sus recuerdos, sus debilidades, sus sueños, su amor. Nadie lo juzgará, solo tendrá nuestro abrazo alrededor de su cuerpo abatido. Un cuerpo que cae y se reanima como el ave fenix. Que pasa del llanto a la risa pretendiendo hacernos pasar un grato momento de felicidad.

Para reír es necesario también sufrir. Sino cómo se siente una sonrisa. Cómo se puede valorar lo bello cuando no se supo sobre fealdad.

Pablo Bontá o Pablo Bont, como quiera ser llamado es un artista completo, que nos enseña cómo montar un espectáculo teniendo en cuenta varias herramientas y estilos de discursos que permitirán el aplauso real. Porque él está vivo al igual que su corazón que no se queja sino que sigue soñando con un mundo mejor.

Dramaturgia: Walter Rosenzwit con la colaboración de Pablo Bontá. Intérprete: Pablo Bontá. Direccion: Walter Rosenzwit. Funciones: jueves 20 hs. Teatro del Pueblo.

Mariela Verónica Gagliardi

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El dinero no es de nadie

El puente7

Esta es la primera obra escrita por Carlos Gorostiza que nos sitúa en el año 1947, época en que la clase alta estaba a punto de perder su categoría y la clase baja, intentaba organizarse para pelear por sus derechos como trabajadores.

En plena crisis socio-económica, «El puente», toca situaciones de la vida cotidiana, enfrentando a ricos y pobres, exacerbando y estereotipando lo más significativo de cada uno.

Casualmente, la construcción es una actividad que agrupa a ambas clases sociales, de diferente manera, permitiéndoles a unos trabajar y a otros dirigir.

Gorostiza fue un ilustre al tomar una realidad, llevándola al teatro y ejemplificando lo más relevante y digno de conocer.

Durante esa época los jóvenes tenían otras inquietudes. En “El puente”, notamos cómo un grupo de amigos juega a la pelota, tiene charlas sanas y se divierte, además, yendo a bailar a la milonga. A la vez que los ricos, debaten sobre cuestiones banales e intentan separarse cada vez más de la miseria económica.

Me pareció muy atractiva la manera de narrar esta historia, separándola en diversos actos que, justamente, describen escenas de los más desfavorecidos y, luego, otras de los más poderosos.

La división entre un acto y otro se logró oscureciendo la sala, hasta continuar iluminando lo que vendrá.

En cuanto a la escenografía de la clase alta, se constituye por una casa con muebles y objetos de época y, la clase baja, está mientras inmersa en una calle, de la que tenemos referencia gracias a la puerta de calle de dicha mansión.

Por otro lado, y siendo lo más significativo, toda la narración gira en torno a la construcción del puente y a dos personas que no vuelven de su rutina de trabajo.

Las conversaciones y diálogos son extractos del día a día, de ese entonces. A su vez, el vocabulario utilizado es, también, propio de los 50′ en que el respeto era otro pero la falta del mismo entonces era otra.

Refiriéndome a las interpretaciones, las vi muy sentidas y bien llevadas a cabo. Cada actor pudo diferenciarse de los demás gracias a la caracterización de cada personaje. Esto ayudó a que cada uno tuviera su espacio de intercambio y que desde el público podamos apreciarlo.

Considero que la pobreza siempre va a ser un factor que realzará la discriminación por parte de los que ya la utilizan como parte de su vida.

Un niño, desde su ingenuidad se sorprende, divierte y ocupa de lo que cree necesario. Un adulto, desde su retorcimiento, se deprime, aburre y preocupa. Estas notorias diferencias se pueden apreciar en grandes y chicos a lo largo de la obra.

Se suele decir y afirmar que de lo único que podemos estar seguros es que todos moriremos en algún momento.

Entonces, ¿qué diferencia tendrá un cadáver con otro? ¿Unas cenizas con las otras?

Nadie podrá sentir a flor de piel lo que le pase a otro hasta que no lo viva realmente.

En esta dramaturgia se da, perfectamente, la situación en que dos familias tendrán que atravesar lo mismo, a pesar de que intentarán hacer hasta lo imposible para distanciarse. Son excelentes los momentos en que se convergen los personajes, pudiendo entretejer el argumento a medida que avanza la historia.

Así como en un comienzo unos jóvenes charlan sobre temas de su edad, llega el momento en que sienten que deben entender al país, su debacle, la crisis y la desigualdad explicando lo que llega a sus oídos, conformándose ya como futuros adultos.

El dinero, por otro lado, es uno de los temas que predominan en la pieza teatral, puesto en casi todos los diálogos que se producen. Tal es así que en cierto momento uno de los actores confirma que el mismo «no es de nadie».

Pensándolo, por unos instantes, nos daremos cuenta que están en lo cierto. Solamente sirve para cambiar pero por productos o servicios aunque cuando escasea, ni siquiera tiene ese valor agregado.

No llega a las manos de quienes más lo merecen o necesitan, sino que se destina a enriquecer cada vez más a los que ya todo tienen.

Bajo este panorama, igualmente, los pobres no son seres resentidos ni vengativos, queriendo, simplemente, tener lo mínimo.

Este fragmento de la historia argentina detalla un panorama realista, desde un ángulo social. No faltará aquel que disienta con esta mirada y argumente lo contrario.

Siempre el dinero ha enfrentado a un bando con otro. Sin él no habría guerras ni discusiones ni luchas ni poder.

Es ilusorio pensar que sin billetes tendría sentido matar o morir.

El puente ficha

 Mariela Verónica Gagliardi

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Hay que erradicar este color

 

Amarillo3

“Amarillo” es el color de la envidia, el color del oro y el oro es la cloaca… ¿cuántos sabrán estos datos?

La obra de teatro (escrita por Carlos Somigliana y dirigida por Andrés Bazzalo), protagonizada por  Sergio Surraco (Cayo Graco), nos presenta a los antiguos romanos luchando por sus derechos, a una clase baja pidiendo algún rédito económico y algo que los favorezca.

Cayo Graco y su hermano Tiberio son las voces y héroes de los más desfavorecidos. De los que siempre se dejan para lo último, para lo que sobre o quede.

Es muy interesante e impactante como el autor real y Bazzalo, quien adapta los relatos a una nueva versión, pueden Amarillo7situar un hecho histórico en un lugar determinado pero, sin embargo, saber que está íntimamente relacionado con la reforma agraria en Argentina y los diversos factores que estuvieron en puja durante una época de la historia en que estaba muy marcada la línea entre hacendados y campesinos.

Mientras los opuestos actores políticos se hacen presenten, las miserias humanas surgen e implantan en cada acto en que un sector u otro informa sus ideas e intenciones.

Una moneda, que en ese momento era de oro, vale más que la vida de cualquier terrestre y aún más de quien es opuesto en ideología.

Todos los protagonistas caminan, se cruzan, ignoran, unen, miran, esquivan, hasta encontrarse con sus pares, semejantes u opuestos. Los diálogos y oratorias se representan, escuchan, evaden o combaten.

Como en un relato épico, está muy bien caracterizado cada personaje, el vestuario y escenografía. Esta última, bastante sencilla y permitiendo que la vista observe lo relevante sin adentrarse en detalles cargados.

Así es como se desarrolla una historia que sirve para concientizar un poco más. Que no se queda en relatos pasados sino que, a pesar del paso de los años, continua siendo una problemática actual de Argentina y de muchos de los países con características similares al nuestro.Amarillo1

En este caso un joven, perteneciente a una familia rica, se esfuerza hasta las últimas consecuencias por conseguir la justicia. En esta oportunidad un amigo que lo traiciona, por el simple hecho de sentirse alguien y un Senado que decide chantajear al más ignorante para “triunfar”.

“Amarillo” es una suma de ideales, de convicciones y modos de ver una misma situación de diferentes maneras: colaborando o siendo egoísta.

Como suele ocurrir, quienes tienen la vara del poder, manipulan a quienes apenas tienen un pedazo de pan duro -cuando lo tienen- para llevar a sus bocas. Pero un Senado, conformado por Patricios sanguinarios y latifundistas, no dejará llevar adelante el plan de equidad social, desatándose una verdadera lucha.

Con respecto al origen de esta pieza teatral, cabe resaltar que fue un año después de la destitución del presidente brasilero Joao Goulart, quien se refugió en la provincia de San Luis de nuestro país y,  recién en este tiempo, se vuelve a investigar quiénes estuvieron involucrados en su muerte. Se supone que la amistad que mantenía con el presidente Juan Domingo Perón, lo habría perjudicado, habiendo sido envenenado.

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Partiendo de ese acontecimiento y de cualquier semejanza con otro hecho en América Latina, podemos ver reflejada la misma problemática, la reiteración de la misma y el sufrimiento de los sin tierra, de los que cuando logran tener un representante honrado y valiente, este dura poco tiempo o mucho, hasta eliminárselo por completo.

Esta obra dramática, merece ser vista por todos los sectores sociales como para lograr su cometido: polemizar e intercambiar opiniones, abrir corazones y cerrar otros.

A la vez que un líder pone su alma para que los más pobres tengan lo que se merecen, es perseguido por los Patricios IMG_1425y cuando todo parece terminar con el asesinato de este gran hombre, la historia sorprende.

El muere como un héroe y eligiendo. De la misma forma que se hizo cargo de cada una de sus palabras y actos, escogió al autor del crimen y como terminar su vida.

Se viene a mi mente una canción de Carlos Gardel (compuesta en 1935) que en cierta estrofa dice: “Por una cabeza, todas las locuras. Su boca que besa, borra la tristeza, calma la amargura”. Si bien la letra está vinculada al amor, a los desengaños y a la melancolía; perfectamente se puede relacionar con ciertos Amarillo12sucesos de esta obra. Por una cabeza, trazando un paralelismo entre la pasión y la muerte. La pasión hacia su mujer decidió volcarla por completo en la política y hacer realidad su sueño, el sueño de los relegados.

El amor de su vida, siempre estuvo presente. Los besos de Licinia, lo contenían. Aunque en ningún caso lograron aislarlo del desenlace escogido por su valeroso sentir.

Mariela Verónica Gagliardi

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Los suburbios tienen aroma a Cachafaz

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“Cachafaz, adiós milonga querida. Cachafaz, al compás del bandoneón”. Esta estrofa sonaba y resonaba en mi cabeza, una y otra vez, buscándole el sentido a la obra, a los relatos, a la intencionalidad de la pieza artística.

El personaje picaresco, chanta y adorable que encarna Emilio Bardi en los suburbios de un conventillo, donde vive con La Raulito (Claudio Pazos), su compañera, es una de las cuestiones más sobresalientes de la pieza teatral de Copi -dirigida por Tatiana Santana-.

Ellos hablan en forma de payada, ambientados como en la década del 40´, sintiendo el tango, la milonga, hablando en lunfardo y actuando instintivamente en un mundo donde el que no garronea algo está perdido.

Cuando empezamos a introducirnos en la historia, notamos como él es un borracho y “ella” trabaja de mucama pero la echaron por la barba crecida. Esta pareja no tiene demasiado tiempo para deprimirse ni llorar por los rincones. El dinero no les alcanza, no hay trabajo que dure y el Cachafaz chamuya con que tiene que inspirarse para escribir, narraciones que nunca llegará a publicar porque las ideas no le surgen demasiado.

Una de las cuestiones que me asombró fue la gran cantidad de personas grandes y que en ningún momento se horrorizaron ante las palabrotas esbozadas por los protagonistas. CachafazEs que en los burdeles, en los conventillos y en esa clase social, era moneda corriente escuchar ciertas expresiones.

En cierto momento escuchamos una canción sobre la pija que ella le canta a él, con ritmo de milonga. Los dos, felizmente, se tocan, danzan y expresan su sentimiento -tan profundamente- que logramos entender el amor que siente uno por el otro.

Estos personajes tan especiales, se enfrentan a la autoridad policial ante cualquier adversidad. Un día, el uniformado toca a la puerta y quiere arrestarlo. Explica el motivo y dice que están culpando al Cachafaz de haber robado cosas, lo cual es cierto. Y es que él tiene que hacerlo para sobrevivir monetariamente.

Mientras la comedia musical prosigue su eje emblemático y cada una de las trabas surgidas, las vecinas dentro del conventillo, le cantan a La Raulito sobre las cosas que les robaron.

Aunque no tienen solo un modo de proceder negativo. También se dedican a abastecer a la ciudad Pardo con carne, aquella carne surgida de los cuerpos matados. De esa manera, tienen otro ingreso para intentar mantener su humilde vivienda.

Pero la desfachatez hace que el delinquir sea un detalle y que todos sus actos sean justificados -de alguna manera- por su amada. El Cachafaz canta sobre su inspiración y dice versos como: “El hombre es un enemigo negro, blanco, pobre o rico; pero ninguno es pavo real”.

En cuanto regresa la policía, intenta arrestarlo pero él lo termina matando. No es un asesino a sangre fría, simplemente un hombre práctico. Claro que no sabe que acaba de asesinar a un familiar muy cercano, pero éste no es motivo suficiente para que se entristezca ni tenga cargo de conciencia. Un hombre raudo como él está para otras cosas.

Otra de las situaciones más relevantes de la historia es la referida a la noche en que van a comprometerse. Dicha unión surge a partir del asesinato del último vigilante y al robarle su anillo, se da cuenta de que puede dárselo a ella. La Raulito va a estallar de felicidad, aunque Cachafaz2más tarde una desgracia se avecinará, la cual romperá con toda la dicha.

La puesta en escena es oscura, arrabalera, con un cuerpo de baile que expresa los sentires de cada situación, sumado al agregado de sus voces -las cuales no podrán ser silenciadas-, y el lujo de contar con tres músicos que interpretan con sus instrumentos las melodías de las canciones en vivo.

“Pedile perdón al cielo por haber comido humanos”, dice uno de los vecinos. A lo cual podemos agregar que cuando la desesperación es tan grande no hay moral que prevalezca. ¿Está bien consumir animales y no humanos? El especismo presente nuevamente. En otra época, en otro contexto sociocultural. La quietud predispone al hombre a aceptar que es ético asesinar a los inferiores y, sin embargo, es incorrecto comerse entre pares.

Cuando el corazón deja de latir, cuando éste es lastimado, herido, imposibilitado de seguir con su sonido interno, recién ahí los valores más profundos salen a la luz. La humanización del humano.

Ficha artístico-técnica Cachafaz

 Mariela Verónica Gagliardi

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