*** ENERO 2023 ***

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La onda expansiva

La onda expansivaLa trama de la historia sucede en el seno de una familia de clase media en los 60′. El diagnóstico clínico de uno de los integrantes será una noticia explosiva y producirá una onda expansiva que dejará esquirlas en cada uno de los miembros del núcleo familiar y en lo personal del protagonista.

Farolito, un hombre de 50 y tantos años, rodeado de un mundo de mujeres y con su guitarra a cuestas es, junto a su pareja Fernanda, el hilo conductor de un disparate causado quién sabe por quién. ¿Es Farolito víctima de un mal entendido? Acostumbrado, casi placenteramente, a ser el centro del universo y sumergido en el contradictorio afecto de las mujeres que lo contienen, Farolito recibirá una noticia que cambiará su presente. Está en él y en su familia darle el giro necesario para que las cosas dejen de ser lo que son. Todos quedarán involucrados en este cometido. Un cometido que varía según quién lo lleve a cabo.

Dramaturgia: Rodrigo Cárdenas

Actúan: Silvia Cristin, Pablo Finamore, Nanci Losada, Luz Moyano, Tina Ottaviano, Agustina Rudi, Silvia Trawier

Vestuario: Anahí García

Escenografía: Anahí García

Iluminación: Gastón Díaz

Fotografía: Díaz Díaz

Diseño gráfico: Malala Emanuele

Asistencia de dirección: María De Los Ángeles Gianotti

Prensa: Silvina Pizarro

Dirección: Rodrigo Cárdenas

Clasificaciones: Teatro, Adultos

TEATRO HASTA TRILCE

Maza 177 – CABA

Teléfonos: 4862-1758

Web: http://www.hastatrilce.com.ar

Entrada: $ 300,00 – Lunes – 21 hs – Del 26/08/2019 al 30/09/2019

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Quiero gritar y sentir el universo sobre mí

La onda expansiva

¿Ciencia ficción?

A veces quisiéramos pensar que todo se trata de un malentendido, o de un cuento de Ray Bradbury.

Se dice que la realidad supera a la ficción y es completamente cierto…

La onda expansiva (escrita y dirigida por Rodrigo Cárdenas) es una reflexión profundo, en lenguaje burlesco, sobre muchas temáticas sociales y políticas actuales. 

¿Qué lugar ocupa una persona cuando se le diagnostica un trastorno?

Pasa a estar en el rincón de las víctimas, de los victimarios, de los inapelables, de.

En todo momento me daban ganas de interactuar, como si se tratara de una conferencia en la que se pueden hacer preguntas. También sentí ganas de cantar, de bailar y de gritarle al mundo entero qué equivocados estamos (en general) cuando juzgamos a quien padece.

A la largo de la historia se puede mencionar un eje central llevado adelante por el gran Pablo Finamore quien personifica a un hombre que tiene algunos problemitas de salud. Parece ser, por lo que cuenta, que siempre fue como vemos pero su psiquiatra -recién ahora- decidió ponerle título a su padecimiento. 

Oligofrenia es su mal y para quienes no están al tanto, se trata de una patología grave que produce una alteración en la personalidad. ¿Podríamos pensar en varias personas que podrían llegar a tener este trastorno? Quizás sí. O quizás no. A veces hay quienes prefieren pensar en la enfermedad (como se menciona en cierto momento de la obra) poniéndole el nombre de idiotez. 

¿Sufre quien pasa por algo así?

La onda expansiva12

Nuestro personaje “Farolito” parece ser feliz a su manera. Él canta, ríe, es un “niño” mimado, un padre presente y, el resto mejor ni mencionarlo para no opacar su luz.

Familia disfuncional, humor grotesco, semejanzas con la realidad, pasiones que dañan a terceros, confusiones y un literal desorden por doquier.

Quién está en su sano juicio, queda a criterio del espectador. 

Asumir es lo que más cuesta en esta historia y eso se ve reflejado en cada personaje, en cada diálogo y en cada uno de los detalles de composición musical y escénica. Un todo que grita a viva voz que el amor no es lo que se supone sino lo que se siente. Y a veces ni siquiera eso. Lo que una siente de una manera el otro lo expresa de otro modo. Como en la vida misma, como en la diversidad que existe y que tantas veces resulta imposible de aceptar por no coincidir con nuestros reglamentos internos.

La frustración se pasea por el hogar de esta familia que estalla a cada rato cuestionando a la normalidad. Como si eso fuera cierto y posible.

¿Sería posible sentir cosas bonitas sin juzgar hacia quién?

¿Los corazones se abren cuando razonan?

Una obra maravillosa con una primera función que no lo parecía en absoluto. Con una dramaturgia creada con pasión, con la misma que se hincha por Racing (que, como ráfaga, se comparte). Siempre dije que quienes son fanáticos de este club es porque realmente tienen la camiseta puesta. Con la pasión que grita los goles es que inspira a estos artistas a dar lo mejor de sí en el escenario, a transmitir más que palabras y a dejar la enseñanza más grande e infinita del universo que es el compromiso. Como quien milita en un partido político o quien está convencido de lo que escribe, de cada punto y coma. 

Así las canciones italianas y populares de nuestro país se encargan de generar una historia paralela y que converge en todo momento, dando como resultado un producto teatral fabricado con la energía necesaria como para que las escenas fluyan, para que la iluminación acompañe y resalte los instantes más tensionantes de la obra de teatro. 

Como quien anhela un mundo mejor y para ello se anima a hacer una crítica social punzante y sonante, con vuelo y magia para que no nos angustie pero si nos comprometa a accionar y reaccionar. A sentirnos parte del sufrimiento ajeno, a poner un freno cuando las cosas se nos van de las manos y a permitirnos ser felices con lo poco o mucho que se tenga.

La onda expansiva es una caja que una vez que se abre resulta imposible ignorarla.

Vos, ¿te hacés cargo de lo que te toca?

Dramaturgia y Dirección: Rodrigo Cárdenas
Funciones: Lunes, 21 hs
Hasta Trilce (Maza 177 - CABA)

Mariela Verónica Gagliardi

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La enfermedad de la pasión

Amo odiarte1

Amo odiarte (escrita por Rodrigo Cárdenas y Verónica Díaz Benavente, dirigida por el primero) es una obra de teatro romántica que no deja de lado, en ningún momento, al humor. Porque, qué sería de la tragedia sin un poco de risa, ¿no?

Quienes aman tienen que saber que, en algún momento, todo se transformará. Y no siempre de la mejor manera. Porque lo opuesto a amar no es querer sino detestar y aborrecer. Quien no lo asuma, está vibrando en una sintonía diferente a la vida real.

Amo odiarte es una de esas comedias que hacen falta -a lo largo de todo el año- en la cartelera porteña, ya que no es superficial como suelen ser las de verano. Tiene esa frescura innata que nos permite, como espectadores, respirar agradablemente. Y es que ahí reside absolutamente todo: en los códigos utilizados desde el comienzo de la historia y en la manera que engancha. Amo odiarte nos da la posibilidad de recorrer la vida de una pareja que transita diferentes situaciones -desde que se conoce-. Cabe resaltar que cada escena es enérgica, precisa, detallada y haciendo foco en lo que realmente importa sin dar vueltas innecesarias. Por ello es que puede ser recomendada como obra para inquietos y para todo amante del teatro.

La presencia de Nancy Anka es más que agradable. Su figura encarnando a Patricia, junto a la de su compañero Gonzalo (Pablo Sórensen), nos otorgan una bocanada de aire fresco en medio de la angustia, y un modo de sentir todo a flor de piel. Porque si hay algo que no le falta a estos personajes es la pasión. Gritan con pasión, aman con pasión, se desesperan con pasión y bailan con pasos de nostalgia y esperanza.

Todo es práctico en la puesta en escena y funciona de manera eficiente. Un mobiliario que es fácil de manipular, junto a una iluminación precisa y que permite enfatizar en el drama propuesto en las tablas, junto a la selección musical exquisita con las voces de Bee Gees. ¿Algo más se le puede pedir a su director? Creo que no. O quizás sí: una segunda parte.

¿Quién no ha discutido? ¿Quién no ha mandado todo a la…? ¿Quién no se ha desesperado, llorado y pataleado alguna vez?

Amar es eso y es lo contrario.

Amar es tanto que no siempre se puede determinar con palabras sino más bien con sensaciones.

Y cuando uno quiere un futuro al norte y, el otro, uno al sur… no queda mucho por decir. Quizás más bien un adiós o un hasta luego o, tal vez, un algo que conforme tanto dolor.

Dos actores que se lucen, que se complementan muy bien y que se nutren en todo momento. La calidez de sus interpretaciones nos permiten sentir junto a ellos, padecer y sonreír. Esa es la magia del teatro.

Un escenario que pareciera ser su casa, aquella que observamos, aquella en la que quisiéramos entrar para aconsejarlos.

Ellos crecieron, enloquecieron juntos y quieren compartirlo con su público. Un público que aguarda cada desenlace. Sí, porque si hay algo que genera esta historia es adrenalina, como en la vida misma. Como quien dice una frase tajante y ya no se sabe qué repercusión tendrá en verdad. Porque hasta lo más conciso puede convertirse en incierto. Porque no existen seguridades ni acá ni allá. Porque la vida es lo más imprevisto que nos pudo haber tocado y Amo odiarte le hace honor. Vivir con proyectos, con metas, con sueños y con equivocaciones, claro está.

Ella con muchos cambios de vestuario que se podrían entender como una justificación a su personalidad, la cual se modifica de un extremo a otro en cuestión de segundos. Él, en cambio, permanece con la misma ropa casi todo el tiempo, lo cual se debate entre su rol en escena y su temperamento lineal.

Almas gemelas o, simplemente, romance. Como más les guste. Como lo elijan y como el destino lo prepare. Forzar de nada sirve. Todo lo que acontecerá lo demostrará una y otra vez. Así, lo natural será su receta perfecta para que el círculo vicioso deje de serlo y le de lugar al latido de corazones.

Funciones: lunes 19 hs

Teatro Buenos Aires

Mariela Verónica Gagliardi

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