*** ENERO 2023 ***

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En busca de la felicidad

Dos hombres sin destino18

Esta dramaturgia estrenada en España en el año 2004, tuvo un éxito rotundo y acá en Buenos Aires ya va por su segunda temporada.

El humor en tono absurdo es muy difícil de lograr en un escenario y en vivo, donde los tiempos tienen que ser precisos, justos –permitiendo dar lugar a los chistes que serán uno de los efectos deseados de la historia-.

Dos hombres sin destino son dos ejemplos de vidas que no logran encauzar sus metas, que ni siquiera se las plantean y que lo que hacen, a diario y por inercia, es mirar la televisión cual familia Simpsons.

Un sillón desgastado y cansado tanto como ellos, de sobrevivir sin incentivos.

Pero, un día, la suerte de Juan Ignacio cambia fortuitamente, consiguiendo la envidia de José Ángel -quien ya ni siquiera tiene un motivo para respirar-.

Juan Ignacio, tocado por la varita mágica, absurdamente puede conseguir hasta ponerse de novio con una actriz internacional, dar discursos ante un público masivo y ser solicitado como un referente a seguir.

Claro que el contraste que pretende acentuar el autor es el de dos personas que no hacen nada por sí mismas, esperando que algo los modifique en alguna dirección.

Entre risas, surgirán llantos por la propia indignación a no apostar nada (y no por miedo, sino por vagancia). Una casa que nos muestra un living, un escritorio y el decorado que quedó de antaño, congelando sus vidas como si se tratara de una simple fotografía sin movimiento ni respiración.

Qué fácil puede resultar burlarse de otro y qué tétrico puede ser asumir quien se es. La quietud, ese lugar cómodo que ya se torna incómodo en cuanto se puede ver el progreso ajeno, esa envidia venenosa que desea que al otro le vaya mal para no moverse del sitio en que se está.

Ordinarios, vulgares y conformistas; como tantos otros. Intentando sobrepasarse de desorden y consiguiéndolo a la perfección. Estrellándose contra un espejo de sí mismos y viéndose reflejados en el otro, constantemente.

Dos hombres sin destino es una mirada sobre aquellas personas que no aspiran a nada, simplemente que ven los días correr desde la ventana de su casa, sintiendo que la vida es eterna.

La simpleza de la historia permite hacer reír y reflexionar a un público heterogéneo. Una obra que es, indudablemente, para pasar un buen rato, encontrándose consigo mismo, quizás en algún momento de la dramaturgia.

El destino de ellos será incierto pero destino al final. Como el de cualquiera, como el de cada uno de nosotros. Como quien no tiene esperanzas sino la paciencia de no mejorar.

¿Cómo parodiar la propia desgracia?

Esta seguramente sea la clave de esta comedia que no tiene pudor ni vergüenza. Con dos actuaciones antagónicas, que se fusionan bien y en la que uno consigue lucirse como los personajes que le caen del cielo; mientras el otro viste y deambula siempre igual.

Dramaturgia: Pepón Montero y Juan Maidagán. Elenco: Iván Esquerré y Gonzalo Suárez. Dirección: Néstor Montalbano. Teatro CPM Multiescena. Funciones: viernes y sábados 21 hs. Domingos 20 hs.

Mariela Verónica Gagliardi

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En lo imposible está la realidad

Luisa1

Existen temas más controversiales que otros, existen situaciones más dolorosas que otras y etapas en que la imaginación puede llegar a ser la única aliada.

«Luisa se estrella contra su casa» (escrita y dirigida por Ariel Farace) engloba estas cuestiones y profundiza en ellas, de tal modo que recrea lo más noble de un ser humano.

El título es asombroso, fuerte y con un significado que no podrá saberse hasta comenzada la obra.

Luisa (Luciana Mastromauro) es una madre que se quedó sola en una enorme casa, la cual considera como su mundo. Bueno, en realidad uno de sus mundos ya que el segundo es el supermercado al que acude en todo momento.

Su modo de ser y de conectarse con los demás es un tanto peculiar, permitiendo que conozcamos su vida, sus preocupaciones y ese dolor tan imposible de sanar.

Acaba de sufrir una pérdida y no le será fácil seguir adelante. De hecho, su mente está un poco confundida y el bloqueo que tiene no le permite vincularse del todo con otras personas. Un vecino, músico, (Guido Ronconi) tendrá el honor de ser silenciado cuando ella lo ordene, para más tarde seguir escuchando una misma melodía que acompañará a la dramaturgia hasta su desenlace.

Como escenas que también se reiteran, de un momento a otro, pretenden demostrar la rutina de esta pobre mujer que no sabe cómo hacer para llenar esos huecos de soledad, a diario.

Por un lado está tratando de atravesar un duelo, sin apoyo de alguien. No parece tener más que a sus productos. Sí, productos de limpieza que compra en las góndolas del mercado, a los cuales les deposita su cariño y dedicación total.

Mientras los recuerdos la invaden por completo, conocemos cómo era la Luisa de antes, la felicidad que le daba ser llevada en un carrito, elegir la comida y estar pendiente de su hijo.

Pero, aún sin vestirse de negro, su rostro refleja el dolor que siente. Ella recuerda, sueña, imagina que un Odex (Juan Manuel Wolcoff) es su amigo, que viven juntos. Y, en cierta manera, eso ocurre en escena. Al menos, tenemos oportunidad de presenciarlo, de notar cómo necesita comunicarse con alguien. En este caso se trata de un producto de limpieza que no le cuestiona ni reprocha nada, solo obedece sus órdenes, las cuales son impartidas en carácter de urgencia.

Una urgencia no puede olvidarse, como tampoco un accidente o imprudencia. Esa sensación de no haber podido estar allí, de no haber podido hacer algo -por más pequeño que sea-, angustia infinitamente.

Con respecto al argumento de la historia, existen varias cuestiones a resaltar: por un lado, la denotación del título de la dramaturgia que está íntimamente relacionado con el accidente que ocurre en cierto momento. Por otro lado, la necesidad de Luisa por estar en lugares cerrados como pueden ser su casa y el supermercado. También, la atmósfera que se crea ella misma en su cabeza, la cual se traslada a convertir su hogar en su mundo ideal. Y acá me detengo un instante.

Su casa, confeccionada ecológicamente por cajas de cartón de diferentes cosas, le permite a ella y los demás personajes de la obra; trasladarla o moverla de diferentes maneras para narrar un suceso externo o interno.

Ese hogar es un universo limitado y, sin embargo, su mente es quien no la abandona jamás.

Toda la historia es sumamente coherente, muy bien interpretada y con una intimidad realmente perfecta.

No existe posibilidad de no crear una conexión con su argumento ya que todos hemos perdido a alguien, todos hemos padecido la soledad y todos seremos nuestros principales motores que impulsarán nuestro querido cuerpo.

La inercia le permite empezar, continuar y repetir la misma situación. Como si nada hubiera ocurrido en el medio, a pesar de que su corazón le recuerda que ya nada será como antes.

En lo imposible está la realidad esboza Pedro (Matías Vértiz) a su madre en un momento de la dramaturgia, para demostrarnos cómo lo supuesto puede ser modificado al extremo. De ahí en más, varias situaciones no comunes desfilarán delante de nuestros ojos, enseñándonos que se puede volar sin tener alas y estrellarse aún sin andar en moto.

ficha Luisa

Mariela Verónica Gagliardi

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Unidos, jamás serán vencidos

Los tres mosqueteros1

Miguel Cervantes con su Don Quijote de la Mancha impulsó a varios escritores y ensayistas a relatar diversas aventuras entre caballeros, atravesando lugares hostiles y teniendo que combatir para avanzar. En 1615 se publica el primer tomo y esta otra historia toma su esencia, humor y valentía para que triunfe la ideología y, por supuesto, el amor.

Francia es el lugar en que se desarrolla Los tres mosqueteros, una novela que se escribe dos siglos después que la anterior y dentro de la que se pueden analizar los lazos entre instituciones, entre el pueblo y entre ambos.

En 1617, Luis XIII logra acceder al poder ordenando que maten a Concino Concini y, luego, le pide a su madre que se exilie del país para poder poner en el trono a uno de su agrado: el duque de Luynes.

Unos años son atravesados por continuos enfrentamientos entre madre e hijo, enfrentamientos con ejércitos de por medio e inclusive una guerra civil. Cuando la paz, por fin, llega el rey hace lo posible para que se permita profesar la religión católica que había sido prohibida por los protestantes. Su apodo de El justo, se le otorga gracias al equilibrio que consigue establecer entre ricos y pobres.

Eran momentos en que la Iglesia y la Monarquía retenían el poder absoluto de la población, de las decisiones y del porvenir de un Estado. Así fue como la figura del cardenal Richelieu se torna relevante en la historia y esta dramaturgia de Los tres mosqueteros, una dramaturgia en que tres hombres luchan por sus ideales, arriesgan sus vidas y se unen para derribar el mal.

Esta puesta en escena (con libro y letras y dirección de Hernán Espinosa) está basada en la novela original de Los tres mosqueteros (Les trois mousquetaires) de Alexandre Dumas pero con varios tintes diferentes que la vuelven más dinámica y entretenida.

Hace dos días murió el padre de D’Artagnan (Patricio Arellano), quien será el héroe y protagonista de la historia. Este adolescente desea formar parte de la Compañía de Mosqueteros del Rey (integrada por Athos, Porthos y Aramis) y, justamente, lleva consigo una carta de recomendación redactada por su progenitor que debe hacérsela llegar a Tréville para tal efecto.

A partir de esta noticia, son varias las luchas, enfrentamientos y muertes que ocurren, haciendo prevalecer antes que nada a la fidelidad. Estamos ante una historia que ocurrió hace cientos de años atrás y, sin embargo, existen varias cuestiones que ni siquiera en nuestros tiempos logran resolverse. Se trate de Francia, de un país europeo o de nuestra querida patria argentina.

El enfrentamiento entre personas y el egoísmo quizás nunca se extingan, aunque queda en cada uno unirse a sus semejantes o quedar marginado o puesto en la misma bolsa que quien “domina”.

¿Por qué es importantístimo este drama?

Entre algunos de los puntos más destacables está la amistad, ese vínculo que solo existe por amor y que es muchísimo más trascendente que el amor en una pareja. La amistad es la única relación que tiene su fundamento en la elección personal. No hay condicionamientos, posesiones ni ataduras. Esto es lo que les permite a los cuatro mosqueteros el recorrer Francia e Inglaterra, defender el trono de la Reina Ana, cuidarla ante todo tipo de adversidades, demostrar que la religión es una cosa y la institución otra muy diferente.

Mientras que el Cardenal Richelieu confirma que es el propio diablo, logramos observar las atrocidades que giran en torno a Dios y a la muerte. Este carismático mensajero del Señor está unido a Milady de Winter y el Conde de Rochefort, ambos detestables y detestados por el pueblo entero.

Más allá de la mágica puesta en escena, de los glamorosos vestuarios de época y de las canciones que abrazan a cada intérprete y a la historia misma; lo que reluce es el romanticismo. Encuentros y desencuentros nos llevan de la mano hacia un sendero plagado de sentimientos profundos, de pasados sepultados y de un presente prometedor para algunos.

Con respecto al contexto político real de Francia, dista en cuanto a la cronología pero lo impresindible está narrado tanto en la novela de Dumas como en esta versión adaptada por Espinosa. Por el lado de los protagonistas, también se respetan los del libro aunque no los vinculos establecidos entre ciertos personajes ni los modos en que mueren algunos de ellos.

Este musical acierta en modificar el libreto y adaptarlo a su favor, consiguiendo que el público este espectante y llorando hacia el final. Así, el factor sorpresa logra su cometido sin estar pendientes de la parte que vendrá.

Uno para todos y todos para uno es el emblema de estos mosqueteros tan humanos que no temen en sacar sus espadas y derribar a todo aquel que intente perturbar la paz y serenidad.

Mientras la música de Damián Mahler, ambiente cada escena y canción, la historia nos deja varios interrogantes, una puerta abierta y la certeza de que siempre que unamos fuerzas podremos conseguir aquello tan soñado. Podrá ser una sutileza o el mayor placer, aquel que nos hace pasar noches de insomnio, aquel que no nos permita cerrar los ojos porque, tal vez, ya lo hayamos conseguido.

Los tres mosqueteros ficha

Mariela Verónica Gagliardi

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Cuando se pierde la esperanza

Despojos3

En el Teatro Español de Azul, dentro del marco del Festival Cervantino, se presentó una obra de creación colectiva llamada Despojos (dirigida por Juan Etcheverry). La misma cuenta varios temas interesantes, ubicados en cierta época que nos marcó a todos los argentinos: la pos dictadura militar y principios de la democracia.

Si bien no es la intención del argumento, hablar de los gobiernos de facto, resulta imposible no citar algunos de sus aspectos como ser el contexto, que permita entender y reflexionar sobre la historia que se plantea en el escenario.

Según el diccionario de la RAE (Real Academia Española), despojar significa: Privar a alguien de lo que goza y tiene, desposeerle de ello con violencia.

Puede afirmarse que a lo largo de la obra que tiene dos horas de duración, aproximadamente, se confirma que la violencia (psicológica sobre todo) es utilizada como herramienta para quitarle a unos pobres seres humanos, lo poco que tienen, haciéndolos sentir menos que la miseria. Algo tan desolador como el sentirse nada y que, encima, los que manejan el poder, les saquen el alma.

Todas las escenas tienen lugar en un pisquiátrico, dentro del cual conviven personas de diferentes sexos, edades y estratos sociales. Entre ellos, cabe resaltar, que no existen inconvenientes sino que prevalece la solidaridad. Aunque, la dueña del lugar y el médico, son quienes manejan toda la medicación de los internos y sus tratamientos. Como si fuera poco, utilizan la esperanza de estos enfermos para aprovecharse y robarles. Claro que estos robos no se manejan como hurtos sino quitándoles, previamente, la vida.

Nada más tenebroso que recordar la masacre provocada por la dictadura de Videla y verla plasmada en el aire de la dramaturgia, en ciertos diálogos y en la manipulación que hacen los que tienen el poder. Éstos no debieran considerarse poseedores de tal, sin embargo, en vez de cuidar a los enfermos, los van empeorando día a día.

Un lugar donde la calidez humana se esfumó para hacer prevalecer la rigidez, el formar fila, el obedecer y no tener derecho a que opinen nada. Absolutamente nada. Por suerte, entre los propios internos, sí van conversando sobre sus preocupaciones y uno se convierte en sostén del otro.

Al ser una creación colectiva, existen muchas escenas donde todos los actores logran lucirse y demostrar su amor por el teatro, un arte que permite expresar hasta lo más “prohibido”, usando diferentes lenguajes para transmitir.

Despojados de su fe, caminan como zombies, hablando pero sin saber qué decir. No tienen escapatoria ya que sueñan con que algún familiar los venga a buscar, cosa que nunca ocurrirá. Es totalmente triste el panorama y la relación con un centro clandestino se pone de manifiesto sin siquiera mencionarlo. Ellos, ahí presos, involucionando, quedándose despojados de todo y sintiendo que sus vidas no valen nada.

En cuanto a la historia, puntualmente, se puede conocer una antigua historia de amor, una actual historia de amor, lucha de intereses constantes, egoísmo, manipulación y la vida que transita entre todos muy rutinariamente. Resulta ser que el más subestimado y considerado un objeto sexual, termina siendo el portavoz de la verdad y, el único, que se anima a revelarle a la policía sobre el último asesinato llevado a cabo en la institución.

¿Por qué estas personas deben ser vigiladas y castigadas?

¿Qué hicieron como para que sus vidas tomen ese rumbo?

Como si estuvieran presos de su libertad y de todo lo demás, cada uno respirará porque es algo inconciente de hacer. El resto lo harán para no ser castigados. Lo más humillante de todo es que se trata de un lugar privado por el que pagan mucho dinero para estar allí. Pagan para ser sancionados o alguien lo hace por ellos. No tienen ya la certeza de por qué están en este lugar. Solo desfilan por las diferentes habitaciones, consumen lo que les dan e inclusive sienten que los tratan bien.

El dinero no es lo único que buscan estos manipuladores del poder, sino, justamente, la sensación de hacer con los demás lo que quieren. Ellos deberían estar en tratamiento pisquiátrico o presos. Tanta maldad junta resulta angustiante, pero, los tintes de humor están presentes en Despojos, lo cual pone la historia en un lugar un poco más relajado. Las situaciones graciosas se vinculan a un humor ácido que intenta rozar el humor negro.

Solo la risa surge y se torna agradable cuando la tensión está a punto de llegar a su máxima expresión. De esta manera, Despojos se convierte en una tragicomedia que se puede disfrutar en familia, aunque no la considero apta para niños.

Mariela Verónica Gagliardi

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No se puede aniquilar la fe

La bestia rubia12

 

 

 

 

 

 

En 1974, el Padre Mugica, fue fusilado. Existen distintas versiones respecto al origen del asesino. Algunos se inclinan porque habría sido un miembro de la Triple A. Mugica estaba brindando una misa en la Iglesia San Francisco Solano (Villa Luro) y, al cabo de un instante, su cuerpo baleado se derrumbó en el piso.

«La bestia rubia» (escrita por Andrés Gallina y dirigida por Tatiana Santana) toma el asesinato y vida del Padre para, a partir de la danza, recrear el antes y después de la sociedad, una sociedad de clase baja -representada por este humilde hombre- que se nutría del peronismo para darle su amor a los más necesitados.

Por esos años, este partido político estaba vedado. Pero los religiosos, de alguna manera, también. Lo espiritual es opuesto a la dictadura. El amor, también.

Mugica, además, era un hombre que se enamoraba, que sentía pasión por el fútbol y el automovilismo. Él, rezaba para que Fangio y Racing salieran campeones. Hasta que optó por dejar de lado sus pedidos y orar por los pobres, iluminándolos.

Rodolfo Eduardo Almirón, supuesto autor material del hecho, barrió a uno de los curas más bondadosos de la historia, por envidia. Que no sea lea como imbécil este comentario. Quien precise derramar sangre para sentir que sus ideas triunfaron y que tiene poder, está en vías de lograr exactamente lo contrario. Cómo puede ser que un embajador de Dios, que le dio tanto a la población religiosa y atea, no pueda estar presente para continuar con su mandato terrestre.

Estratégicamente hablando, un Cura tiene la posibilidad de llegar con sus palabras y oraciones a una gran cantidad de gente que confía en él. En cambio, un uniformado de la AAA, intenta predicar política sin ser político y utilizar la fuerza para exterminar a quien no se pliegue a su movimiento. Tristemente, esa fue la realidad.

La obra de teatro no precisa demasiados diálogos ya que las canciones se encargan de hilvanar una escena con la siguiente, además de utilizar al baile como herramienta total de expresión. La danza contemporánea es la encargada de demostrar lo que pudo sentir este seguidor fiel de la fe al morir, teniendo tanto por hacer en el mundo, abandonando un estilo de vida par ir a otro mundo diferente, para el que aún no estaba preparado.

«Un hombre fue ajusticiado hace 1900 años, en el Monte Calvario, en el Monte Calvario…»

Este verso, suena y resuena en mi cabeza durante la obra y después de la función. Se apodera de mí por la fuerza que tiene cada una de sus palabras, por el acento que se hace en el catolicismo, en los héroes y en la forma que tienen de ver a un hombre común como depositario de su alma, siendo de origen judío.

Jesus de Nazaret, Carlos Mugica. Ninguno de los dos eligió morir de tal manera. Uno crucificado por un pueblo religioso que lo consideraba traidor y el otro por un movimiento político que lo consideraba también traidor.

¿Por qué se lo consideró a Mugica de ese modo? ¿Quién se creyó su asesino para aniquilarlo, considerándose dueño de la verdad?

La palabra del padre no dañaba, enaltecía, mientras sus ojos claros como el mar, brillaban. Es increíble el parecido entre el Padre y el actor Nelson Rueda. Observo una foto de cada uno y sigo encontrando similitudes. Parecen, inclusive, la misma persona, fotografiada en distintos momentos.

Con respecto a la banda sonora, realizada por Rony Keselman, deleita profundamente. Le otorga un peso fundamental a la historia, impidiendo que caiga en alguna ocasión. Cada momento de tensión se escucha, se ve y se siente. Las tres disciplinas (danza, canto y actuación) se fusionan tan bien que deseamos que “La bestia rubia” no finalice nunca.

Todos los actores y bailarines-actores tienen un compromiso enorme con lo que hacen, además de su profesionalismo plasmado en cada movimiento. Laura Figueiras se muestra, al igual que en otras obras, como un ave que levanta vuelo sin pesar. Su cuerpo adopta la postura que ella desea y desde las acrobacias aéreas hasta en el piso transmiten mucho más que una performance. Es ese don innato que no se estudia ni adquiere, es aquello con la conforma como una artista completa, íntegra y distinguida.

Nelson Rueda nos lleva a congregar y plantea la religión de tal forma que no se siente un fanatismo. Él representa al Padre, lo interpreta, habla como hubiese hablado y dice lo que hubiese dicho. El espacio escénico no tiene más que una pared con la V y la P, ya conocida la combinación por todos los argentinos. Todas las representaciones nos permiten situarnos en tiempo y espacio gracias a las coreografías y a la música. Debo decir que los movimientos se entrelazan con los diálogos y con cada uno de los silencios, espontáneamente sin sentir que se fuerzan situaciones con tal de exponer una comedia musical.

Creo que Mugica desde el cielo, sigue iluminado como soñaba y está agradecido porque se siga hablando de él tan maravillosamente -expresando su mandato artísticamente-. El arte, como la fe, perduran con el tiempo y son las únicas cosas que nadie, jamás, podrá matar.

La bestia rubia

Mariela Verónica Gagliardi

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Esto es tan solo la mitad… de todo aquello que me contaste

ESTO ES TAN SOLO LA MITAD…
Domingos 19 hs.

…DE TODO AQUELLO QUE ME CONTASTE
Domingos 20 hs.

De Pablo Bellocchio

Funciones: Domingos 19 y 20 hs
Entrada: Una obra $50. Las dos obras $70
Espacio Polonia (Fitz Roy 1477)
Reservas: loslasciareservas@gmail.com

ESTO ES TAN SOLO LA MITAD
DE TODO AQUELLO QUE ME CONTASTE

En el velorio de Piero Lascia hay dos familias velándolo. Conocen solo pedazos de la historia de su padre; solo pedazos de su propia historia. Falta una mitad. Una mitad que está a pocos metros. En otro cuarto. En otra obra. DOS OBRAS, UNA HISTORIA.

Actores: Estefanía Revas, Gimena Romano Larroca, Juan Tupac Soler, Nicolás Salischiker, Jorge Gentile, Jimena López, Rodrigo Bianco y Verónica D’Amore.

 

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Tarde o temprano, la Justicia llega

Granos de uva en el paladar4

“España dividida en dos”, al igual que muchas personas, situaciones, circunstancias.
«En España no hay hambruna sino misericordia», dicen irónicamente.

Una sociedad conservadora, tradicional, donde el divorcio y tantas otras cosas son mal vistas; nos presentan una pieza teatral con dramaturgia, canciones y baile. Una obra que te hace reflexionar, por más que vayas con otra idea en la cabeza.

Granos de uva en el paladar3De repente los cantos a capela se apoderan de nuestros sentidos y las letras -muy pegadizas- convierten las lágrimas desgarradoras en una verdad fácil de aceptar pero difícil de digerir.

Los alimentos son comparados con vivencias y con la dictadura, al igual que los colores.
“Si me quieres escribir, ya sabes mi paradero” (entonan las presidiaras en la cárcel, como para entretenerse y que el tiempo no sea, también, una tortura).

Ellas van desdoblándose en distintos personajes, a medida que se sucede el relato y -lo interesante e impactante- es qué tipo de armas utilizan para combatir el mal. Ellas no tienen ametralladoras sino telas que las representan y balas que impactan con efectos sonoros. Esa es una de las distinciones que se plasman en el escenario y que conforman al equipo en una unidad orgánica.
«Un hombre tiene que ser fuerte o no es nada», le dice la madre a Miguel (Zaida Rico). Este niño que no comprende el mal en ninguna de sus vertientes.
Los tiempos van y vienen. Las historias se entrelazan, las actrices utilizan determinadas vestimentas para diferenciarse de una u otra persona, para que nada se preste a confusión.

Granos de uva en el paladar5

Francisco Lagos de la Fuente (interpretado por Susana Hornos, personifica a Francisco Franco), uno de los represores más emblemáticos de la historia. Él hace prevalecer su poder ante cualquier adversidad, él gobierna si se lo puede denominar de ese modo, él muestra su personalidad sin ningún tipo de vergüenza ni arrepentimiento.
Mientras tanto, la búsqueda de familiares fusilados, se convierte en la protagonista de toda la trama. La desesperación, la angustia y el dolor; se apoderan de nuestra atención.

Chusa, Adelina y La uva en el paladar; son tres cuentos escritos por Susana Hornos, adaptados para esta obra titulada “Un grano de uva en el paladar”; de una manera muy inteligente y efusiva.
Tres historias con una carga emocional muy fuerte, que llegan al corazón. Tres historias que no son solamente para recordar sino para accionar.

Estas narraciones son contadas por cinco actrices españolas, las cuales interpretan: vivencias, tragedias, vicisitudes, amores, Granos de uva en el paladar1alegrías y -por sobre todas las cosas-, memoria a lo que fue y que, aún, es.
La dictadura, el statu-quo, el estancamiento, la involución, el dolor y la pena; se hacen notar en esta obra. Cada personaje encarna a un ser capaz de transmitir sensaciones únicas.

Una mujer enamorada (Maday Méndez), se casa con un hombre (Susana Hornos) que, luego, la descarta por otra. La Iglesia en contra de la realidad y un adolescente que no logra entender la guerra ni el olvido.

¿Cómo asimilar que el mal existe sin tener consuelo por ello?
¿Cómo aceptar que solo es posible cambiar el futuro pero haciendo valer los propios ideales?
Existen muchos puntos fuertes y estratégicos en «Un grano de uva en el paladar», como ser: el desarrollo a partir del título. Un título que describe una sensación llamada placer. Dicho gusto y sabor están prohibidos en una sociedad conservadora y, al bajar los brazos, la muerte en vida se apodera de dicho cuerpo -el cual no logra manifestarse-.

Las cinco actrices se inmiscuyen en problemáticas políticas y sociales, las cuales datan de décadas pasadas y de un futuro que no puede, todavía, modificarse.
Granos de uva en el paladar6No debe ser tarea fácil cambiar un modo de vida, las costumbres, las tradiciones y el «deber ser», pero cuando dichas cuestiones coartan la libertad y ejecutan el poder a costa de cualquier objetivo; todo se vuelve muy confuso y tenebroso.
Somos humanos con derechos y obligaciones, pero de ningún modo y en ningún sitio del universo debería privarse a una persona de ser quien es. El límite de dicha manifestación lo encontramos al trazar una línea divisoria con los derechos del compañero.

Ahora, ¿cuán lejos se está (en este caso en España), de unirse realmente como para modificar la constitución y las aberraciones llevadas a cabo por el gobierno de facto de Franco? ¿Cuán miserable puede ser un hombre como para decidir, equivocadamente, por sobre los ciudadanos? ¿Una vida solo vale según a qué persona pertenezca?

“Granos de uva en el paladar”, narra y transmite desde los cimientos, desde el origen; apoderándose de la mirada y concentración por parte de los espectadores, quienes se conmueven y emocionan al ver y oír tanto talento, al saber que la juventud y los mayores pueden unirse y pelear por una causa justa. Pelear, como se debe: sin armas, sino con lógica, con leyes escritas, con la palabra justa y necesaria como para revertir tanto daño causado porque quienes ignoraban que la justicia -tarde o temprano-, se iba a hacer presente.

Granos de uva en el paladar2

Esta función fue muy especial ya que estuvo dedicada al público español, quien viajó desde Europa para poder declarar en Argentina, todo lo sufrido en aquel entonces. Los Tribunales abrieron sus puertas, los abogados querellantes acompañaron y la sociedad española (que tuvo en el siglo XV a un monstruo que arrasó con nuestra población, eliminándola casi por completo), luego se vio invadida por el mismo monstruo, con diferente cara, pero el mismo.

“El mal empezó en 1492”, relata una de las artistas. Un mal que es posible revertirlo.
Los ideales son los principales a la hora de conseguir cambios. Como se dice: «la unión hace la fuerza» y en este caso, por suerte, empieza a demostrarse.

 

Mariela Verónica Gagliardi

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