Una muerte en silencio
Excelente propuesta para ver en familia sin distinción de edad ni de género, porque de eso se trata: de ser libre, lo más que se pueda, yendo a favor de nuestra propia corriente y no de un timón manipulado por mandatos añejos sin importar nada y en contra de todo.
Con un vestuario de época que se transforma con el correr de los días, canciones que expresan junto a los cuerpos en movimiento todo lo que no se les permite en palabras; así es que podemos conocer a: Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela; cuatro hermanas que en la presente puesta consiguen hacerse oír. Unidas a otros personajes muy bien representados.
En esta casa no pasa nada es una obra de teatro performática basada en relatos del libro “La casa de Bernarda Alba” (de Federico García Lorca).
Lo grandioso del título es que resume, perfectamente, la ideología de la historia, a dónde apunta y cuáles son sus consecuencias.
Por un lado, el personaje principal interpretado por un hombre (Tomás Almandos) que refleja un quiebre de la época de antes y de ahora. Una sociedad conservadora, que aún sigue vigente, pero menos que antes; una madre que no tiene por qué ser mujer (con todo lo que eso conlleva).
Esta pieza artística es una ventana al mundo occidental, una búsqueda de identidad personal y colectiva, un progreso de la juventud versus el témpano de quien lleva adelante un hogar. Las cadenas invisibles que sujetan aquello que ya no tiene peso real sino simbólico.
El amor en todas sus formas y maneras, que oscila de un paso a otro, de un estiramiento corporal a otro, de la quietud de un cuerpo hasta que ensambla con otro.
En esta casa no pasa nada es el pedido absoluto de silencio por parte de una sociedad, replicada en cada familia. El pedido de que los sentires se oculten bajo llave y se viva con la angustia y temor constantes.
¿Recuerdan al galán Pepe el romano?
Aquí podrá conocerse más de una versión del mismo ser. No se trata de un Sherlock Holmes sino de varias personalidades que conviven dentro de un mismo ser, para justificar (de alguna manera) el no engaño de eso hombre a su prometida, Angustias (Shushu)
Es un acierto la selección de canciones que ayudan a darle un vuelo aún más alto a la obra. Las mismas, en idioma inglés nos permiten no distraernos de lo que ocurre en escena, de no mezclar el decir de un tema con lo que un cuerpo evoca y plasma.
Vestidas de negro, con las ventanas completamente cerradas, de luto eterno. Sí, porque una de ellas solamente contraería matrimonio y lo que la motiva es salir, respirar aire puro… pero sus hermanas desean lo mismo. Abandonar ese sentimiento de culpa que no debería existir hacia un difunto. Hacia un padre que ya no existe físicamente.
Mientras el tiempo transcurre, los cuerpos se contraen y expanden, lucha contra su madre, la aborrecen.
Una juventud que no parece tal, Desprovista de fragancias silvestres, de aroma a campo, de besos y abrazos. Hasta que un buen día, todo vuela por los aires, como un volcán en erupción. Ahí, recién ahí, se impone el corazón de cada una, sus deseos más profundos, el auto descubrimiento, la bondad, lo simple y el tesoro de estar respirando con un fin muy parecido a un tesoro que brilla cada vez que se mueve.
Dicen que la vida es movimiento. Así que en esta casa pasa todo lo que tiene pasar sin desear dañar a nadie. Una víctima siempre habrá y eso es irremediable, al menos en esta historia que tiene mucho de todo. De ternuras y silencios. De tragedias y sinsabores, de entendimientos y revolución.
Con el arma más poderosa llamada amor y su opuesto llamado represión es que se oscila de un extremo a otro. Como un péndulo muy a flor de piel.
Autoría: Federico García Lorca. Versión: Florencia Laval y Julieta Varela Funciones: Martes, 20.30 hs Patio de Actores (Lerma 568 - CABA)
Escrito
en octubre 1, 2019