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Al romanticismo, a la pasión, al dolor desgarrador, a la poesía… al amor.
Cuando me invitaron a ver esta obra no sabía muy bien por dónde iría la cuestión. Podía ser una comedia musical, un recital un poco aburrido o algo bizarro. No sé si les pasa, pero por lo general, no me gusta leer mucha información antes de ir a ver una obra al teatro ya que después me veo condicionada por la famosa sinopsis.

Con una ambientación llena de fragancia a nostalgia y a enamoramiento, Dr. Bolero y sus locuaces – Lenguaje universal del corazón, nos invitan a pasar a su living. Allí conocemos a los músicos: Roberto «Tito» Amaro (Hernán Pérez), Ramón «René» Rodríguez (Ruy Alonso) y Frank «el Sinsonte» Jiménez Jr. (Paulo Ruiz), quienes muy gratamente nos enseñan sus compaces y ritmos. Por otro lado, Consuelo Pareja (Laura De Andreis) – la mujer que tiene locos a todos los hombres con su presencia y voz – y Benny, quien más sabe de este género, desde su historia hasta sus melodías; van haciendo un recorrido muy interesante, desde la década del 20 hasta la del 60.
Como una emisión radial, al igual que ocurría muchos años atrás, Benny, vestido con traje y lookeado como los presentadores de aquella época, nos deleita con varias canciones conocidas y, también, fragmentos de otros íconos de este estilo cubano.
A su vez que Consuelo, va intercalando otros temas con su partenaire. Ellos, se relacionan a través del amor, de su significado, pero todo lo que él siente por ella, parece no ser correspondido.
Sucede que Consuelo Parejas, está en su máximo punto de esplendor y talento, entonces desea, evidentemente, abocarse a su profesión. Por otro lado, él, intenta demostrarle su sabiduría, pero de nada sirve. Por momentos, parecen conectarse, pero luego, la distancia los vuelve a separar.
Mientras tanto, «el living del amor», sigue vibrando con sus notas y los músicos, felices de estar allí, también intentan ganarse aunque sea una mirada de la intérprete. Ella con su vestido rojo y tacos altos en color negro, pisa firme y no duda en ningún momento que lo suyo es el escenario.
Algunas de las canciones, y fragmentos, que escuchamos fueron: «Estás en mi corazón» (Ernesto Lecouna), «Inolvidable» (Bebo Valdés), «Veinte años» (Guillermina Aramburu), «Noche de ronda» (Agustín Lara), «Somos» (Mario Clavel), «Mía» (Armando Manzanero), «La última noche» (Bobby Collazo), «Esta tarde vi llover» (Armando Manzanero).

El bolero gira en torno al corazón (cardiocentrismo). Si escuchamos «Piel canela» (Bobby Cappó), «Mucho corazón» (Ema Elena Valdelamar); podremos darnos cuenta, a los segundos de comenzada la pista, de qué se trata. Igualmente, todos los boleros se orientan a cuestiones de sentimentales, sea positiva o negativamente.
En el caso de «Tú me acostumbraste» (Frank Domínguez) y «Contigo a la distancia» (César Portillo de la Luz), notamos cómo surgen los reproches y el resentimiento.
Hay para todos los gustos y de todos los sabores. Depende del estado de ánimo, de la situación sentimental, del humor, de la vida misma. Lo que no se puede negar es que es maravilloso sentir el cariño de un hombre o una mujer al decir su amor en una canción. Aunque, ¿saben que me sorprendió de la palabra bolero? Su significado. La primera acepción que aparece en el diccionario está vinculada a la mentira. ¿Será que para conquistar o adular a alguien hay que «chamuyar»?
Podríamos decir que esta puesta en escena es una clase abierta, en la cual el que va sin ningún tipo de conocimiento, se lleva una carpeta llena de información y sabiduría. Claro que, al menos en la función que estuve presente, el público era un fiel conocedor de boleros, hasta el punto de conocer a la perfección cada letra.

Al lado mío tenía a un matrimonio de unos 60 años de edad y fue maravilloso notar como él la miraba de reojo, le susurraba un tema al oído y, ella, quieta en su butaca, recibía tan cálida sorpresa.
No a todo el mundo le gustan los boleros. Quizás porque se guían por un Luis Miguel como referente contemporáneo pero les aseguro que, si indagan un poquito más, van a empalagarse un rato con las canciones melódicas.
Lo interesante fue ver cómo el presentador hilaba cada subtema con determinadas canciones, lo cual hizo muy llevadera la audición. Por ejemplo, en un momento hizo una descripción de los tres reinos de la naturaleza: el mineral, el vegetal y el animal. Pueden preguntarse qué tiene que ver esto con el amor. Y les respondo, que ¡todo!

En el reino mineral encontramos a las joyas como el oro y las piedras preciosas, que son despreciadas por el bolero. En el reino vegetal encontramos a las flores, que representan uno de los regalos más típicos y hermosos en el mundo del amor. Y, por último, en el reino animal tenemos a los pájaros, aves y palomas; muy relacionadas con los mensajes románticos.
Al terminar la función, de aproximadamente una hora y medio, todos quisimos un Bis. Benny nos dijo que con gusto lo harían, pero que venía otra obra a continuación. La única expresión que me sale es ¡qué lástima!
Todos teníamos ganas de más. ¿Cómo decir adiós? Claro, nosotros no nos teníamos que despedir, sino los artistas. Por suerte, sabemos que la próxima audición en vivo es el próximo viernes a las 21 hs en Taller del Ángel.
Lo bello siempre dura poco…

Mariela Verónica Gagliardi
Escrito
en noviembre 7, 2012