La osadía femenina
Ser mujer no es fácil. Sin embargo, resulta maravilloso el desafío diario, la pasión y el amor que debemos dar, las luchas a veces sinsentido pero que, a la larga, son maravillosa. Porque pareciera ser que por haber nacido mujer se esperan de nosotras miles de cosas, dadas por supuestas (claro está) y, de esa forma, se nos quita la libertad que precisamos para movernos y ser como realmente deseamos. Al igual que un hombre…
Mujeres perfectas es la nueva comedia musical de Manuel González Gil y Alberto Alejandro (dirigida por el primero), que destaca a cinco actrices exitosas y las hace lucir como quieren. Con Julia Zenko como fiel exponente por su larga trayectoria y el resto del elenco (Natalia Cociuffo, Lucila Gandolfo, Victoria Onetto y Candela Vetrano) que deleitarán en todo momento, con chistes, bromas, despertando la risa y carcajadas a cada instante. Sí, porque ellas demostrarán, en escena, que es posible reír aún cuando surja el engaño y que la unión hace la fuerza. Al ver esta historia recordé La vagina enlutada, solo que los rumbos son algo diferentes pero la idea semejante. En esta oportunidad no están de luto estas amigas sino que no tienen una pasión que se apodere de ellas. Una más estructurada que otra, otra más suelta, otra más rebelde. Las personalidades y sus carismas, chocan y se acarician al mismo tiempo durante una fiesta un tanto atípica. Celebrar un divorcio nunca ha sido tan novedoso ni entretenido, sobre todo porque juntas descubrirán que tienen más en común de lo que sospechaban.
Lo más curioso es que el champagne les deshinibirá hasta que el “culpable” sea descubierto de la peor manera. El alcohol, en esta ocasión, no las hará más borrachas sino más fuertes y valientes; demostrándoles que tendrán una nueva misión para ganar dinero y ser felices. Si es que las carmelitas descalzas no existen en el grupo y quien pretenda tener algunas de sus características perecerá.
Mujeres perfectas es un musical para disfrutar durante un poco más de una hora y media, con una puesta en escena espectacular, pudiendo contemplar tonalidades azules y de otras gamas que harán contraste con el vestuario en blanco y negro. Sí, porque ellas se desplazarán por la fiesta con estos “colores” que son de por sí neutros, como si estuvieran hace tiempo esperando el color para lucir, aquél que les surja desde el corazón con una sonrisa eterna.
Diálogos que van y vienen, algunos banales, otros profundos y frases que quedarán resonando en el aire hasta que le encuentren el sentido. El sentido que les devuelva la esperanza de vivir de verdad, sin considerarse entes que cumple y tienen obligaciones pero no placeres.
Con un recorrido por canciones de diversos ritmos (todas traducidas al castellano y adaptadas al argumento de la dramaturgia) es que las actrices traspasan las tablas, se comunican con los espectadores y brillan cada vez que les toca el momento de entonar las más preciosas melodías: Bailando en las veredas (Raúl Porchetto), La marcha de la bronca (Pedro y Pablo), Crimen (Gustavo Cerati), Una canción diferente (Celeste Carballo), Las cosas tienen movimiento (Luis Alberto Spinetta), Soy lo que soy (Sandra Mihanovich), Somebody to love (Queen), Avanti morocha (Caballeros de la Quema); son algunas de las canciones que desfilarán y nos permitirán cantar junto a ellas (al menos con nuestro interior).
Imposible no aplaudir de pie esta propuesta, este gran acierto para llevar al Teatro Apolo y los detalles que se tienen en cuenta por doquier.
Se dice que las mujeres nos criticamos y envidiamos siempre. Bueno, hombres, esta es la prueba de que eso no es así como dicen. Ellas se unen, se compadecen, se alientan y claro que antes se sacan el cuero como es debido. Porque son muy sinceras, demasiado. Y eso es realmente bueno para que, después, construyan su aventura que nos dejará boquiabiertos.
Mucho rock, mucho entusiasmo, mucho power y una velada más que increíble. Si creíste haber visto todo sobre el universo femenino, ¡Mujeres perfectas te demuestra que aún hay más!
Escrito
en enero 15, 2017